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dilluns, 13 d’agost del 2018

¿Estamos en Matrix?

¿Alguna vez has tenido esa sensación de que no estás seguro si estás despierto o todavía estás soñando? Matrix, la película.

La película "Matrix" fue innovadora,  se atrevió a representar algo que hasta entonces era un concepto vago o impensado, excepto para aquellos que tenían un interés activo en las filosofías orientales. "Matrix está a nuestro alrededor", decía el iniciado Morfeo al neófito Neo: una referencia simbólica al mundo ilusorio (maya en la filosofía hindú), nada más que una simulación digital proyectada en el cerebro. Quizá durante milenios esta visión estaba restringida a los seguidores de filosofías orientales, pero la Física empezó a sospechar lo mismo en los inicios del siglo XX; por ejemplo, Sir Artur Eddington, reputado astrofísico experto en Teoría de la Relatividad, ya hablaba en esa época en los siguientes términos:

El hombre de la calle siempre está haciendo una demanda de una explicación concreta de las cosas mencionadas en la ciencia; pero necesariamente debe quedar decepcionado. Hay cosas de la realidad que no tienen ninguna semejanza con nada de lo conocido en la vida cotidiana. El mundo externo de la física se ha convertido así en un mundo de sombras. Al eliminar nuestras ilusiones, hemos eliminado la sustancia, porque de hecho hemos visto que la sustancia es una de las más grandes de nuestras ilusiones. Los núcleos de fuerza eléctrica dispersos en el vacío se convierten en un sólido tangible; su inquieta agitación se convierte en el calor del verano; su aún más tenue vibración etérea se convierte en un hermoso arco iris. Surgen nuevas significaciones que difícilmente pueden explicarse con palabras. En verdad que la comprensión sincera de que la ciencia física se refiere a un mundo de sombras es uno de los avances recientes más significativos. A. Eddington.
Es realmente impresionante que la ciencia, investigando el mundo material, haya llegado a esas conclusiones, pero quizá aún es más impresionante que coincidan en buen grado con las afirmaciones de los antiguos y modernos místicos. Parece pues que el ser humano tiene la capacidad latente de ver más allá de la sólida apariencia, sin usar los sofisticados medios de la Física. ¿Cómo puede ser?

En 101 cuentos clásicos de la India, de Ramiro Calle, se cuenta la historia de un joven pez que pregunta a otro más sabio, "oye, ¿tu sabes lo que es el mar?, ¿realmente existe o es una leyenda?" a lo que el pez sabio responde "amigo, naces, vives y mueres en el mar, te alimentas y reproduces en él, tu cuerpo está hecho del material del mar, estás rodeado de él, e incluso siendo así, ¿tu me preguntas por su existencia?.  Esta puede ser la situación: como en Matrix, estamos inmersos en una realidad aparente, y nos confundimos con ella, siendo difícil despertar de este sueño. De nuevo A. Eddington nos da su parecer en este aspecto:

El universo es de la naturaleza de un pensamiento o sensación en una Mente universal ... Para poner la idea crudamente: las cosas del mundo son material mental. Por supuesto, la sustancia mental del mundo es algo más general que nuestras mentes conscientes individuales; pero podemos pensar que su naturaleza no es del todo ajena a los sentimientos en nuestra conciencia ... Habiéndolo concedido así, la actividad mental de la parte del mundo que nos constituye no causa gran sorpresa; lo conocemos por auto-conocimiento directo, y no lo explicamos como algo distinto de lo que sabemos que es, o más bien, se conoce a él mismo como lo que es. A. Eddington
Para Eddington no es tan sorprendente que seamos capaces de "ver" la naturaleza real de todo pues nosotros mismos somos parte de ese "Matrix", y a través del auto-conocimiento, de la meditación, de la reflexión profunda, al mismo tiempo que nos conocemos a nosotros mismos también estamos conociendo la realidad.

El despertar a esta conciencia de ser "una sombra dentro de un mundo de sombras" necesariamente ha de ser gradual; si no se ha trabajado metódicamente, pacientemente, el auto-conocimiento y la auto-conciencia, el imaginar un mundo así, en el que todo lo que parece sólido son formaciones mentales en último término ilusorias  se hace desagradable a la persona, más bien poco o nada deseable. Pero la vivencia que se experimenta, si se hace bien, es otra muy distinta: a medida que "despertamos" nuestra mente parece que se llena de luz y vitalidad, de visión clara, se vuelve estable, ecuánime, centrada. Y eso es solo el principio, aunque ya es mucho tener una mente así en nuestro acelerado y convulso mundo. Si se sigue trabajando, la conciencia que sobreviene está realmente más allá de la mente, y por tanto más allá de palabras, conceptos y explicaciones, hay que vivirla en directo para saber que es, hay que experimentarla. Y es una conciencia de plenitud, de estabilidad absoluta, de ser. Seguimos siendo capaces de pensar todo lo que queramos, solo que sabemos que somos mucho más que nuestro pensar. Tenemos este potencial, de desarrollar nuestra conciencia hasta trascender la mente, todos nosotros somos como Neo, con un potencial que no imaginamos, esperando pacientemente a ser utilizado.