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dijous, 28 de maig del 2020

Iluminación de la mente

La mente, ¿que es para nosotros? 

La respuesta habitual que nos viene suele ser "todo lo que pienso", o también "mis pensamientos y recuerdos", también puede ser que hayamos visto definiciones más elaboradas que hayamos aceptado como correctas, del tipo "mis capacidades de razonamiento, de planificación, de resolver problemas, de entender...". 

Sólo si hemos explorado definiciones y conceptos sobre la mente como se encuentran en las filosofías místicas en general, pero muy en particular las orientales, responderemos de una forma menos personal, más colectiva, más holística (relativo al todo o que considera algo particular como parte inseparable de un un todo), y entonces nuestra respuesta será del estilo de "la mente es todo, y todo está en la mente, nuestra mente particular está incluida y es parte inseparable de la mente total". 


Claro que una cosa es la teoría y otra la práctica: podemos haber leído definiciones holísticas de la mente y haberlas aceptado más o menos porque nos suenan bien pero sin entenderlas del todo ni menos aún comprenderlas (entender un concepto creado por otra persona es cuando lo captas, ves su significado, comprender el concepto es integrarlo en tu pensar como un conocimiento propio y a partir de ahí pensar y actuar en consecuencia). Comprender de verdad una visión holística, universal, de la mente no es como estudiar un libro de texto, se necesita una reflexión profunda, mantenida seguramente durante bastante tiempo, es necesario verlo, sentirlo, para aceptarlo. Este tipo de comprensión se relaciona con la denominada iluminación, que evoca una luz que se enciende en la mente y permite ver lo que antes estaba en la oscuridad.

Iluminación de la mente

Leyendo, estudiando, y reflexionando sobre la mente y su iluminación llegas a darte cuenta y aceptar, o sea a comprender, que hay tres facetas en esa iluminación: la que hemos mencionado de comprensión, otra que tiene que ver con la conciencia-energía, y una tercera que se relaciona con la bondad. Son tres aspectos distintos.
  1. La comprensión que ilumina la mente es la que hemos mencionado, ocurre cuando ves en profundidad alguna cosa, penetrando en su comprensión hasta que la cosa es parte de ti, parte de tu mente;
    comprender viene del
    latín comprehendere que significa ‘abarcar’, ‘coger’, en el sentido de ‘coger intelectualmente’: tu mente abarca toda la cosa y la coge en el sentido de incorporarla a tu pensar y a tu conocer: la conoces. No se trata de una mera comprensión intelectual, de un entender los detalles, es también un conocer holístico: tu eres lo que has comprendido, y lo comprendido es parte de ti. 
  2. La conciencia-energía que ilumina la mente es esa otra faceta relacionada con estar muy despierto, muy receptivo para poder comprender en profundidad y en amplitud.
    Mantener la mente muy consciente implica disponer de una energía interior que la mantenga así; una mente muy consciente es una mente observadora, conectada, incluso contemplativa, no está perdida en pensamientos involuntarios, automáticos, está contemplando lo que se le presenta; es una mente en paz, estable, muy relacionada con el denominado estado mental de conciencia plena o mindfulness
  3. El tercer factor que ilumina la mente, y seguramente el que menos se menciona, es la bondad, o sea la predisposición a hacer el bien sin mirar a quien y sin esperar recompensa alguna.
    A menudo la actividad intelectual de la mente bloquea la bondad; un razonamiento más o menos lógico puede ser poco o nada compasivo, al contrario, puede llevarnos a conceptos y acciones dañinas. Así, un nacionalista extremista con un concepto aceptado de nación, patria, etc puede mostrarse agresivo con quien no comparta su ideario, un religioso fundamentalista puede hacer lo mismo con un no creyente, o un agente financiero puede arruinar a una familia o a una empresa al operar en mercados financieros buscando un lucro fácil y rápido. La bondad no es lógica ni intelectual, y sólo puede manifestarse plenamente en una mente contemplativa, comprensiva, o sea parcialmente iluminada.

Un efecto fácilmente observable de la triple iluminación de la mente en sus aspectos de comprender, de conciencia y de bondad es la sabiduría, que no significa tener muchos conocimientos, sino de usar con sensatez, con compasión y con bondad los conocimientos que se tengan. La persona sabia usa su mente iluminada en sus tres aspectos a la vez: comprende profundamente, con plena conciencia, y aplica tal comprensión y conciencia con bondad y compasión. La mente sabia es una mente despierta y en paz profunda, que desprende y comunica esos tres factores simultáneamente.