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diumenge, 25 de febrer del 2018

Profundizar en la interioridad, ¿por qué hacerlo?

¿Qué opina el lector sobre su mundo, sobre el mundo en el que está viviendo? Claro, hay un mundo cercano, el entorno de la persona, y hay un mundo global, ese que habitualmente sólo conocemos de oídas, quizá por las noticias. Quizás el lector de estas líneas sea una persona acomodada, sin problemas graves, que mira los grandes problemas mundiales tomando distancia, o quizás por el contrario sea un activista por los derechos humanos, o por la paz mundial. Incluso puede que el lector no esté disfrutando de un entorno cercano agradable. Tenemos todas la posibilidades. 

Este blog, como otros muchos, está dedicado a difundir y compartir cierto tipo de conocimiento relacionado con la interioridad de la persona; en las sociedades avanzadas modernas solemos estar totalmente volcados al exterior de nosotros mismos, y nuestra interioridad queda bastante olvidada, y por ello estos escritos están predestinados a no tener casi ninguna audiencia.  En efecto, observando todo el abanico de posibles lectores, podemos percibir que hay muchas personas que, por decirlo así, parecen tener una vida bien organizada y una "cabeza bien amueblada", esto es, una mente altamente organizada, y con coherencia de ideas y contenidos; personas fuertemente intelectualizadas, producto natural de nuestro modelo de sociedad y de educación, que han aceptado, que han interiorizado unas ideologías y una filosofía de vida que les son útiles para navegar por la existencia. Estas personas no parecen sufrir ni por ellas ni por las desgracias de los demás, el torrente de malas notícias que vemos diariamente en los medios no les afecta en absoluto; no es que necesariamente no sean empáticas, ni que sean indiferentes al sufrimiento ajeno, que también puede ser, es más bien que están como "vacunadas" contra todo tipo de dudas o malestares emocionales, toman una posición pragmática, necesariamente distante. Difícilmente este tipo de personas leerán alguno de los artículos de este blog o de otros del mismo estilo, como mucho no pasaran del titular y del primer párrafo, ¿para qué iban a interesarse? Lo verán simplemente como una pérdida de tiempo. Su interioridad funciona como un reloj, no les molesta para nada, no necesitan ni quieren acceder a ella. 

Si lo planteamos así, en términos de utilidad, ¿a quién le puede ser útil investigar en el tema de la interioridad? Dejando de lado la aplicación de las técnicas atencionales-mindfulness para incrementar la productividad, que de hecho atiende sólo a un aspecto concreto de la interioridad, la atención,  pero sólo para seguir volcado en lo exterior, en lo productivo, nos quedan las personas que no están plenamente satisfechas con lo que ven en ese exterior, con lo que viven ellas mismas y/o los demás. Puede existir una inquietud, un deseo por saber más sobre el porqué de las cosas, más allá de las descripciones que dan las ciencias, muy detalladas, muy técnicas, pero superficiales en el sentido de no responder a la pregunta de ¿por qué es así?, o puede sentirse ya no una inquietud, sino un verdadero desasosiego, una imposibilidad de aceptar las cosas tal como se presentan, como parecen ser.

Dependiendo del grado de inquietud, porque en las personas, tan diversas como somos, encontramos todo el abanico de inquietudes hacia cualquier tema, desde la indiferencia total hasta la dedicación absoluta e  incluso la obsesión, dependiendo de ese grado, la persona puede ser una simple lectora con cierta curiosidad, o puede ser alguien que se involucra y practica yoga, tai-chi, meditación, y esto en diversos grados, desde prácticas esporádicas buscando un bienestar hasta hacer de la práctica un modo de vida.  Es esta inquietud la que motiva a la persona a sumergirse en ella misma, en una interioridad desconocida, pues no ha sido explorada anteriormente, al contrario, ha sido más bien ignorada. Y al explorarla puede ser que se muevan cosas, que caigan ideas preconcebidas, ideas sobre el mundo y sobre la persona misma, sobre su autoimágen, su propio concepto de sí misma. Es una exploración de terreno desconocido que puede cambiarte de raíz, y lo desconocido y los cambios profundos siempre asustan, por ello, explorar a fondo la propia interioridad exige valor y determinación, demanda constancia y una buena motivación para seguir adelante. 

La mayoría de personas interesadas en cultivar la interioridad se quedan en la superficie, como esos niños que vemos en las playas que se sumergen en el agua poco profunda con un tubo para respirar, y van observando el fondo, a sólo un metro de profundidad. Si entraran mar adentro, verían que ahí, debajo de la superficie, hay todo un mundo inmenso por descubrir, no exento de peligros, de una extensión y profundidad increíbles. Pero para explorarlo hace falta un buen equipo y un entrenamiento, y por supuesto, una motivación. Este símil de la exploración submarina nos muestra otro aspecto importante de la exploración de la interioridad: cuando nos sumergimos profundamente, lo que encontramos ya no es sólo nuestra interioridad, sino la interioridad, así en general; deja de ser una exploración local, cercana, para pasar a ser global, universal: la mente profunda es idéntica en todas las personas, lo que nos diferencia es lo superficial. A gran profundidad, hay unidad. Por tanto, nuestra propia individualidad se difumina, somos parte inseparable de un todo. 

Para explorar a ese nivel de profundidad, sin miedo a lo que vas a encontrar, sin miedo a la transformación personal, radical, que te sucederá, ¿qué tipo de motivación se necesita? Poca gente llega a aventurarse tan lejos.  

Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos. Mateo 22:14
Creo que nadie será capaz de profundizar hasta perderse a uno mismo simplemente por una motivación básicamente egoísta, como por ejemplo encontrarse bien, aumentar el bienestar propio, o por satisfacer un deseo personal de conocimiento. Si tu motivación es hacerte un favor a ti mismo, de cualquiera de las muchas formas de hacerlo, en cuando llegas a un nivel tan profundo que el "tu mismo" empieza a desvanecerse, en ese nivel te detendrás, pues, ¿qué sentido tiene proseguir hasta el punto de que el sujeto que buscaba su satisfacción desaparezca como tal sujeto? Esa será una barrera infranqueable que impedirá profundizar más. Ni siquiera la sed de saber, de conocer la realidad tal como es, creo que sea suficiente para llegar al nivel de la unidad con todo lo existente, pues ese nivel implica la desaparición del sujeto que quiere saber. 

Entonces, ¿quién será capaz de seguir profundizando incluso asumiendo el hecho de que va a perderse a sí mismo? La única motivación suficientemente poderosa para rebasar esa muralla que representa tu propia disolución es el amor, no el amor enfocado a ti mismo, sino el Amor con mayúscula. Es ese Amor el que, según la leyenda, condujo al Buda a abandonar su lujoso entorno para buscar la iluminación, pues él fue incapaz de asimilar, de aceptar, el sufrimiento de los demás, el verlos en la miseria, en la enfermedad, la vejez y la muerte, no pudo seguir viviendo como antes después de saberlo. Esta no aceptación del sufrimiento en general, no del propio sino del sufrimiento en sí, es una expresión de Amor impersonal, general, y proporciona la fuerza necesaria para profundizar en la realidad interna, oculta, y desvelarla, incluso a riesgo de dejar de ser el que creías ser: el "ego" psicológico. 

Es una no conformidad radical, la persona es incapaz de aceptar el sufrimiento ajeno; es tener una conexión con todo, unida a un querer saber el por qué. Cuando se tiene esa combinación, y además se tiene en un grado elevado, es cuando la persona se olvida de sí misma, su deseo ardiente de saber y de hacer algo al respecto será capaz de llevarla a las profundidades del Ser, y allí sabrá, y comprenderá el por qué. 



dijous, 22 de febrer del 2018

Descubrir el sujeto central, último, permanente.

Llegando a casa, mi madre me espera con la merienda, la sensación de estar en casa, de recogimiento, de seguridad y descanso.

Montando por primera vez en moto, la sensación de aceleración, de agilidad, de potencia que se despliega con un gesto, con un simple giro de muñeca.

Besando por primera vez a una chica, cuanta suavidad y excitación, cuanta torpeza también, que intensidad de momento.

Escuchando el último álbum de Springsteen en mi primer coche, al salir del trabajo, conduciendo hacia la carretera de les aigües en Barcelona, adonde voy a correr. Sensación de disfrute.

En la playa, echado en la arena boca abajo, introduzco perezosamente la mano en la arena caliente, entorno los ojos, y me adormezco, suelto, me relajo totalmente.

Caminando hacia la cima del Puigmal, con buena compañía, a paso rápido, amenaza con llover, y llueve, es granizo de hecho, pero no te importa, sois jóvenes, estáis disfrutando de la montaña, no pasa nada, todo está bien.

Hablando por teléfono con papá, su voz está cambiada, está enfermo, parece grave, preocupante, decido que iré a verle el fin de semana, sin saber que será demasiado tarde, que esa es la última vez que oiré su voz, por teléfono.

Esperando a la puerta del colegio a mi hijo, ya salen, la satisfacción compartida, él de volver a casa, yo, de que vuelva a casa. No hace falta nada más.

El silencio entre nosotros. Incómodo. Frustrante. La no comunicación. Nada que decir, nada que compartir. Darse cuenta de ello. Entristecer por ello. Preguntarte el porque. El como se llega a eso.

Peinar canas. Las rodillas a veces hacen ruidos cuando te levantas. Algunas manchas en la piel. La imagen que te devuelve el espejo, prefieres no insistir demasiado en verla, es como si te estuvieran borrando de la escena. Recuerdos. Más recuerdos. Sensación de estupor, ¿que ha pasado? ¿que me ha pasado? ¿Como se ha ido todo tan lejos, tan rápido? Parece imposible. Pero es así.

Yo Llegando a casa, montando por primera vez en moto, besando por primera vez,  caminando hacia la cima, en la arena, hablando por última vez con papá, esperando a la puerta del colegio, dándome cuenta de la incomunicación, peinando canas, sintiendo estupor. Yo. Es lo único que es constante en toda la historia. El sujeto. No el cuerpo, ni las emociones, ni la mente, que han cambiado centenares, miles de veces, sino el sujeto central que ha vivido todas las experiencias. 

Me concentro en ese sujeto central. Es lo que da consistencia a toda la vivencia. El hilo conductor, común a todo. No es nada en concreto, pero sin él no hay nadie que viva las experiencias. Es como un foco central de conciencia, de darse cuenta. Miro ese foco. Me fundo con él.  Y al fundirme con él, todo lo demás se ve como una unidad: mi cuerpo, emociones, pensamientos, y todo lo que lo rodea, el mundo, son uno, lo son ahora, y siempre lo han sido. Y esa unidad es dinámica, está en flujo continuo, en movimiento. Todo lo que he sido, lo que he sentido, forma parte del todo. Y, de alguna forma imposible de describir con palabras, al menos para mi escasa habilidad literaria, también todos los instantes de tiempo son uno. Desde el sujeto central no hay separación de ningún tipo, ni estas separado del mundo, ni el pasado está separado del presente, solo hay un ahora eterno. Sólo puede ser así porque el sujeto último está más allá del espacio y del tiempo. Es pura conciencia intemporal, inmaterial. Pero ahora me parece lo más real, en medio de toda la impermanencia.

Es Ser.


dijous, 8 de febrer del 2018

Saber científico y mindfulness

Metaestudios científicos y su utilización para mostrar que mindfulness no funciona

Hay, como es bien conocido, abundante producción científica sobre mindfulness, particularmente sobre sus efectos tanto a nivel de comportamiento de la persona como de modificaciones neurológicas asociadas. Hay que tener siempre presente que mindfulness no es ni ha sido nunca un descubrimiento de la ciencia, es ésta la que se ha interesado por mindfulness debido a los efectos, subjetivos claro está, pero evidentes, reportados por muchísimos individuos de todo el mundo, culturas, nacionalidades, edades y condiciones sociales. Además de estos estudios científicos que intentan entender el fenómeno en sí y sus efectos, hay otros que pretenden más bien probar que se está exagerando con la importancia que se le da a mindfulness. Suelen ser metaestudios, esto significa, estudios de estudios: estudian la rigurosidad del los estudios sobre mindfulness para averiguar si hay algún patrón negativo, en términos de rigor científico, en ellos.

Esto en sí es positivo, es una comprobación, y siempre es bueno comprobar una y otra vez lo que se cree saber. El problema, según mi punto de vista, es cuando el investigador parte de una creencia negativa, querer demostrar que mindfulness simplemente no funciona, y además aborda la investigación sin tener el conocimiento previo mínimo exigible sobre el fenómeno es estudio. Lógicamente, actuando de esta forma se cometen errores de base, de concepto. Este es el caso del estudio Mindfulness NoBetter Than Watching TV, literalmente, "mindfulness no es mejor que ver la TV", compartido por una compañera de estudios en una lista de whatsapp; un título claramente sensacionalista, provocador, que ya anuncia de antemano las intenciones del autor, no se trata de matizar, puntualizar, etc sino de desmontar.  A continuación, desde mi perspectiva como científico y como meditador, procedo a mi vez a desmontar ese artículo, eso sí, con bondad y compasión.

¿Mindfulness no es mejor que ver la TV?

Resumamos brevemente los argumentos de ese artículo, y vayamos analizándolos.

...mindfulness, however, does not use a uniform or operationalized definition. That is critical to good science. Mindfulness, no obstante, no utiliza una definición uniforme o operativa. Eso es crítico para la "buena ciencia".
Esto es correcto. Tal como apuntábamos en la introducción, mindfulness tiene miles de años, multitud de practicantes en todo el globo y de todo tipo, y es por ello que la ciencia se ha interesado por el fenómeno, que en sí es independiente; si la ciencia carece de una definición precisa para sus estudios, es un problema de la ciencia, no de mindfulness. Recordemos que hay diversos  tipos de saber, y el científico es uno de ellos, no el único, e incluso tengo mis dudas de que sea el más completo. ¿Tenemos acaso una definición operativa científicamente de la bondad? Otro ejemplo nos lo da la propia ciencia: hace ya más de cien años del descubrimiento de que el espacio y el tiempo son una sola cosa, el espacio-tiempo, y que además ambos tienden a anularse a medida que la velocidad se acerca a la de la luz, hecho que se ha aprovechado en numerosas películas de ciencia ficción; este es un hecho científico, probado, para el que tenemos incluso fórmulas matemáticas precisas, pero, ¿se entiende? ¿realmente alguien entiende que a medida que corremos más y más el tiempo se detiene? No se puede entender, nadie puede, y no entiende porque nuestra mente no sabe, no es capaz de funcionar sin el tiempo.

Así que tenemos saberes científicos que no son plenamente comprendidos, pero los aplicamos, los controlamos incluso, aunque no los entendamos. Hay otros muchos ejemplos como éste en el ámbito de la Física, que conozco un poco. Pero que no entendamos el espacio-tiempo no es problema para la ciencia, es nuestro problema, de nuestra mentalidad, que no está diseñada para entenderlo, y por ello no negaremos la ciencia por ser incapaz de explicar ese fenómeno de forma inteligible, no diremos "si no saben explicarlo para que lo entendamos, debe ser falso, un montaje"; se trata de ámbitos distintos del saber. Y mindfulness, como la meditación, la iluminación y los estados espirituales, son subjetivos, son saberes no científicos; la ciencia puede y debe aprender de ellos lo que buenamente pueda dentro de sus límites de acción, pero usar esos límites para negar lo que está fuera de ellos es falaz y deshonesto.

...someone will say, “Who cares, as long as it works.” But this is an unscientific attitude. In science, the details do matter. We need to know what is really real, because it affects how we implement interventions and how further scientific research proceeds. Alguin dirá, "a quien le importa, mientras funcione". Pero esta es una actitud acientífica. En ciencia los detalles importan. Necesitamos saber que es realmente real, porque ello afecta a cómo implementamos las intervenciones y cómo procederá la posterior investigación científica.
Aquí de nuevo el autor del artículo confunde saber científico con saber absoluto, "real": si no es analizable científicamente, no es real. Tiene toda la razón en decir que mindfulness es difícil de estudiar científicamente, como cualquier otro aspecto de la interioridad, pero la extrapolación que le lleva a negar su realidad es falaz.

If, as the recent review shows, watching nature documentaries are as effective as mindfulness, then you can simply turn on the TV, learn something about nature, and get all the apparent benefit of meditation. Si, como el estudio reciente muestra, ver documentales de la Naturaleza es tan efectivo como mindfulness, entonces simplemente enciende el TV, aprende algo sobre la Naturaleza, y consigue todos los beneficios aparentes de la meditación.
Bien. Aquí se ve claramente que el investigador no conoce en absoluto de lo que está hablando, esto es, de mindfulness, la cual cosa era de esperar pues él mismo ya lo había anunciado así al querer reducir mindfulness a una inexistente "definición operativa". Efectivamente, ver en televisión un documental puede estar dentro de las prácticas de atención plena si se ve, pues eso, con atención plena; y no sólo ver un documental, hay infinidad de acciones cotidianas que pueden hacerse con atención plena, planchar, lavar platos, leer un libro, comer ...
Por otra parte ver un documental con plena atención no te procura los beneficios de la meditación en absoluto, en todo caso, te procura los de estar atento a algo interesante por un cierto tiempo; para conseguir todos esos beneficios, necesitas como mínimo algunos meses de aplicar esa atención plena a muchas otras actividades (mindfulness externo), y más adelante, atender a tu interioridad con atención plena (mindfulness interno). Y eso es sólo el principio, se necesitan años de práctica para realmente saber que es el estado de atención plena continuada, sin necesitar ningún objeto externo, como un documental, para captar la atención.

Mejorar, o no, el comportamiento sociable


El artículo a partir de ese punto se enfoca en el denominado prosocial behavior, algo así como "comportamiento sociable", que define como la conjunción de compasión, empatía, falta de agresión, conexión y falta de prejuicio. Resumiendo lo que enuncia a continuación, se enuncia que mindfulness no mejora más la actitud sociable que otras actividades, como por ejemplo ver el documental de Naturaleza. De nuevo aquí se ve claramente el desconocimiento: sin duda "otras actividades", dependiendo de cuáles, pueden ser igual o incluso más efectivas que mindfulness en la mejora del comportamiento social, porque mindfulness no tiene como fin la mejora del comportamiento, que en todo caso suele presentarse como efecto secundario, sólo cultiva la atención-conciencia. 

Las posibles aplicaciones de ese entrenamiento son muchas: mejorar la eficiencia en el trabajo, en el estudio, en la gestión emocional, en las relaciones sociales, ... pero todo esto son posibles aplicaciones prácticas, que evidentemente pueden atenderse también con otros métodos, como la psicología positiva, la psicología transpersonal, la gestión de tiempo, y otras muchas. ¿Significa esto que mindfulness no sirve para nada? Evidentemente que no. Muchos practican técnicas de mindfulness sin buscar ningún incremento de nada práctico, aunque sin buscarlos te vienen solos esos efectos secundarios que el artículo que discutimos niega. 

Conclusión


Llegamos a la conclusión del artículo y también de este post:

The most parsimonious interpretation of the science at this point is that mindfulness is just a ritualized form of relaxation, with no specific benefit beyond that. If you enjoy it and find it useful, fine. If you prefer watching Blue Earth II, then I’m with you. Just don’t spend hundreds of dollars on courses, tapes, or seminars because you bought the hype.
La interpretación más parsimoniosa de la ciencia en este punto es que la atención plena es solo una forma ritualizada de relajación, sin ningún beneficio específico más allá de eso. Si lo disfrutas y lo encuentras útil, bien. Si prefieres ver Planeta Azul II entonces estoy contigo. Simplemente no gaste cientos de dólares en cursos, cintas o seminarios porque caíste persuadido en la moda.
Mostrando más desconocimiento todavía, toda una demostración de lo que puede dar de sí hablar "rigurosamente" de algo que se desconoce. Quizá nuestro autor debería dedicarse a la política. La relajación de por sí tiene muchos beneficios, así que comete un error de peso banalizando las "formas ritualizadas de relajación" diciendo que "ningún beneficio específico más allá de eso", pues hay mucho de beneficios. Pero es que además no es eso, es que no se entiende el concepto de mindfulness, y claro, se comete error tras error. 

Siendo mindfulness el cultivo de la atención plena, es compatible como ya dijimos con muchas actividades, como lo es la relajación; en el caso de que nos relajemos con atención plena al propio proceso de relajación, a los estados de relajación, estamos practicando relajación consciente (o vivencial), y los efectos de relajarse aumentan en grado muy notable al poner conciencia, una conciencia bien entrenada. Y si prefieres hacerlo viendo Planeta Azul II está muy bien, sólo que si sólo saber relajarte y prestar plena atención viendo Planeta Azul II y no en otras actividades o, más importante y más avanzado, mantener la relajación y la atención plena incluso en la inactividad, entonces tus habilidades de mindfulness son simplemente muy limitadas. 




















dilluns, 5 de febrer del 2018

¿Puede la Iluminación espiritual ser tan práctica como mindfulness?


La iluminación

En las tradiciones espirituales la denominada "iluminación" se considera el objetivo último de la humanidad, aunque cada tradición la presenta con matices diferenciados; en el cristianismo se relaciona con la comprensión de la verdad que ha sido revelada en las escrituras, en el sufismo se vincula con un "despertar" de la conciencia, con una conexión directa con el ser espiritual, en el budismo nos lo explica el conocido monje Matthieu Ricard:
La iluminación es un estado de perfecto conocimiento o sabiduría, combinado con infinita compasión. Una comprensión tanto del modo relativo de existencia (la forma en que las cosas se nos aparecen) como del último modo de existencia (la verdadera naturaleza de estas mismas apariencias). Se supera la visión distorsionada de la realidad que nos hace pensar que lo que vemos a nuestro alrededor es permanente y sólido, o que nuestro "yo" es una entidad real y autónoma. Matthieu Ricard, monje budista.
Es un concepto que también podemos encontrar sin necesidad de acudir a tradiciones; Antonio Blay, uno de mis referentes en materia de desarrollo personal, nos lo explica así:

Es como si se rompiera toda la estructura artificial que le envuelve y entonces la persona descubre lo qué es, descubre lo que siempre ha sido, descubre que su ser es potencia, luz y amor; que es presencia y realidad permanente. Descubre que han desaparecido todos los  problemas  que en su  vida  ha  tenido,  que  desaparece  por  completo  toda  posibilidad  de  temor,  toda  posibilidad  de  dudas,  toda posibilidad de perplejidad, porque ha desaparecido toda dualidad. Vive ya su conciencia de sujeto, de ser uno mismo, y este ser uno mismo tiene una tal autenticidad, una tal totalidad que le sitúa junto, con, y en el centro de todas las personas y de todo cuanto existe. Éste es el estado de iluminación. En el Oriente recibe el nombre de samadhi o de satori. A. Blay (1988): Relajación y Energía.

Mindfulness "aterrizado"

Actualmente es sabido que hay un gran interés por la práctica de mindfulness - atención plena - aplicado a aspectos prácticos de la vida, desde el rendimiento académico, pasando por la terapia psicológica y el coaching personal hasta el rendimiento laboral; se menciona en los cursos el origen de mindfulness en el budismo, como una de las vías para lograr la iluminación, pero a partir de ahí se centran en aspectos mucho más mundanos, en los que está comprobado que es efectivo, incluso un experto en mindfulness empresarial como Fernando Tobías nos dice que él enseña un mindfulness "aterrizado", queriendo indicar esta orientación eminentemente práctica y alejada de toda espiritualidad.

Efectos de la meditación, y de mindfulness en particular 

¿No debería extrañarnos que una técnica de iluminación sea efectiva para aplicaciones "prácticas" que parece que no tienen nada que ver con el propósito original?

La Dra. Therese Brosse en su libro Conciencia y Energía nos da una posible explicación, que resumimos brevemente: los sistemas biológicos están organizados de manera jerárquica, de menos complejidad a más complejidad, desde el nivel celular, nivel orgánico, y en los animales superiores, sistema nervioso autónomo y cerebro, controlando cada nivel a su inmediato superior; propone Brosse que, en el caso de la humanidad, la evolución social ha introducido desorden en el sistema nervioso superior, ha desequilibrado el sistema. La meditación es capaz de introducir un nuevo nivel jerárquicamente superior del sistema nervioso, la conciencia-atención, que es capaz de estabilizar el sistema nervioso, y de aquí su eficacia comprobada. O sea que la meditación es una creación de nuestra especie, como lo es la estructura de la sociedad, que recupera el equilibrio biológico.

Iluminación y sus posibles efectos prácticos

Si esto fuera así, que la conciencia incrementada que proporciona mindfulness y también otros tipos de meditación, equilibra el sistema nervioso, como de hecho está verificado científicamente, por el hecho de introducir un nuevo nivel superior en la jerarquía de control de la persona, siendo que el objetivo original era conseguir la iluminación, nos preguntamos, ¿qué efecto tendrá entonces conseguir esa iluminación a efectos prácticos? Pues nos parece que alguien iluminado debe de ser una persona desconectada del mundo, inoperante a efectos prácticos; pero parece algo contradictorio que sea así, viendo los efectos de las técnicas de iluminación. Por otra parte, nos parece muy remota la posibilidad de conseguir la iluminación. Pero volvamos un momento a A. Blay:

Esta realización, por extraordinaria que parezca, está al alcance de todo el mundo. Y marca un nuevo nacimiento, el auténtico nacimiento  de  uno  mismo.  A  partir  de  entonces  la  persona  será  ya  para  siempre  auténticamente  ella  misma. Exteriormente  seguirá  siendo  una  persona  con  todas las limitaciones  humanas,  sujeta  a enfermedades,  a defectos,  a  todas  las  contingencias;  necesitará  de los  demás  para  comer,  para  vestir,  para  convivir., Pero interiormente brillará como un foco positivo que no dependerá absolutamente de nada y porque no dependerá de nada exterior podrá irradiar, podrá dar, tendrá libertad, tendrá fuerza. A. Blay (1988): Relajación y Energía.
Entonces, ¿no sería posible que una persona iluminada espiritualmente tuviera aún un mayor equilibrio y fortaleza emocional, y una claridad de conciencia que le hiciera disfrutar más de la vida e incluso ser más efectivo en cualquier tarea que un practicante de mindfulness únicamente interesado por estos últimos efectos y aplicaciones? ¿Una persona iluminada ha de ser necesariamente alguien desconectado de la realidad? Nada lo indica. Podría tratarse de una "iluminación aterrizada", parafraseando a F. Tobías.