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dilluns, 5 de febrer del 2018

¿Puede la Iluminación espiritual ser tan práctica como mindfulness?


La iluminación

En las tradiciones espirituales la denominada "iluminación" se considera el objetivo último de la humanidad, aunque cada tradición la presenta con matices diferenciados; en el cristianismo se relaciona con la comprensión de la verdad que ha sido revelada en las escrituras, en el sufismo se vincula con un "despertar" de la conciencia, con una conexión directa con el ser espiritual, en el budismo nos lo explica el conocido monje Matthieu Ricard:
La iluminación es un estado de perfecto conocimiento o sabiduría, combinado con infinita compasión. Una comprensión tanto del modo relativo de existencia (la forma en que las cosas se nos aparecen) como del último modo de existencia (la verdadera naturaleza de estas mismas apariencias). Se supera la visión distorsionada de la realidad que nos hace pensar que lo que vemos a nuestro alrededor es permanente y sólido, o que nuestro "yo" es una entidad real y autónoma. Matthieu Ricard, monje budista.
Es un concepto que también podemos encontrar sin necesidad de acudir a tradiciones; Antonio Blay, uno de mis referentes en materia de desarrollo personal, nos lo explica así:

Es como si se rompiera toda la estructura artificial que le envuelve y entonces la persona descubre lo qué es, descubre lo que siempre ha sido, descubre que su ser es potencia, luz y amor; que es presencia y realidad permanente. Descubre que han desaparecido todos los  problemas  que en su  vida  ha  tenido,  que  desaparece  por  completo  toda  posibilidad  de  temor,  toda  posibilidad  de  dudas,  toda posibilidad de perplejidad, porque ha desaparecido toda dualidad. Vive ya su conciencia de sujeto, de ser uno mismo, y este ser uno mismo tiene una tal autenticidad, una tal totalidad que le sitúa junto, con, y en el centro de todas las personas y de todo cuanto existe. Éste es el estado de iluminación. En el Oriente recibe el nombre de samadhi o de satori. A. Blay (1988): Relajación y Energía.

Mindfulness "aterrizado"

Actualmente es sabido que hay un gran interés por la práctica de mindfulness - atención plena - aplicado a aspectos prácticos de la vida, desde el rendimiento académico, pasando por la terapia psicológica y el coaching personal hasta el rendimiento laboral; se menciona en los cursos el origen de mindfulness en el budismo, como una de las vías para lograr la iluminación, pero a partir de ahí se centran en aspectos mucho más mundanos, en los que está comprobado que es efectivo, incluso un experto en mindfulness empresarial como Fernando Tobías nos dice que él enseña un mindfulness "aterrizado", queriendo indicar esta orientación eminentemente práctica y alejada de toda espiritualidad.

Efectos de la meditación, y de mindfulness en particular 

¿No debería extrañarnos que una técnica de iluminación sea efectiva para aplicaciones "prácticas" que parece que no tienen nada que ver con el propósito original?

La Dra. Therese Brosse en su libro Conciencia y Energía nos da una posible explicación, que resumimos brevemente: los sistemas biológicos están organizados de manera jerárquica, de menos complejidad a más complejidad, desde el nivel celular, nivel orgánico, y en los animales superiores, sistema nervioso autónomo y cerebro, controlando cada nivel a su inmediato superior; propone Brosse que, en el caso de la humanidad, la evolución social ha introducido desorden en el sistema nervioso superior, ha desequilibrado el sistema. La meditación es capaz de introducir un nuevo nivel jerárquicamente superior del sistema nervioso, la conciencia-atención, que es capaz de estabilizar el sistema nervioso, y de aquí su eficacia comprobada. O sea que la meditación es una creación de nuestra especie, como lo es la estructura de la sociedad, que recupera el equilibrio biológico.

Iluminación y sus posibles efectos prácticos

Si esto fuera así, que la conciencia incrementada que proporciona mindfulness y también otros tipos de meditación, equilibra el sistema nervioso, como de hecho está verificado científicamente, por el hecho de introducir un nuevo nivel superior en la jerarquía de control de la persona, siendo que el objetivo original era conseguir la iluminación, nos preguntamos, ¿qué efecto tendrá entonces conseguir esa iluminación a efectos prácticos? Pues nos parece que alguien iluminado debe de ser una persona desconectada del mundo, inoperante a efectos prácticos; pero parece algo contradictorio que sea así, viendo los efectos de las técnicas de iluminación. Por otra parte, nos parece muy remota la posibilidad de conseguir la iluminación. Pero volvamos un momento a A. Blay:

Esta realización, por extraordinaria que parezca, está al alcance de todo el mundo. Y marca un nuevo nacimiento, el auténtico nacimiento  de  uno  mismo.  A  partir  de  entonces  la  persona  será  ya  para  siempre  auténticamente  ella  misma. Exteriormente  seguirá  siendo  una  persona  con  todas las limitaciones  humanas,  sujeta  a enfermedades,  a defectos,  a  todas  las  contingencias;  necesitará  de los  demás  para  comer,  para  vestir,  para  convivir., Pero interiormente brillará como un foco positivo que no dependerá absolutamente de nada y porque no dependerá de nada exterior podrá irradiar, podrá dar, tendrá libertad, tendrá fuerza. A. Blay (1988): Relajación y Energía.
Entonces, ¿no sería posible que una persona iluminada espiritualmente tuviera aún un mayor equilibrio y fortaleza emocional, y una claridad de conciencia que le hiciera disfrutar más de la vida e incluso ser más efectivo en cualquier tarea que un practicante de mindfulness únicamente interesado por estos últimos efectos y aplicaciones? ¿Una persona iluminada ha de ser necesariamente alguien desconectado de la realidad? Nada lo indica. Podría tratarse de una "iluminación aterrizada", parafraseando a F. Tobías.



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