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dijous, 24 de desembre del 2015

¿Quienes somos realmente? ¿Emociones, estados mentales, personalidad?

Mente emocional y mente racional

La ciencia sabe desde hace algún tiempo que las emociones se gestan a menudo fuera del control de la mente consciente, en el área del cerebro llamada amígdala, una especie de "cerebro emocional" independiente. 

Había un cerebro emocional antes que un cerebro racional. - David Goleman,  Emotional Intelligence pg. 16
Es posible entonces que, dada una situación, o una elección que tenemos que hacer, suceda que a nuestro cerebro racional no le guste la elección del cerebro emocional; ¿a quien seguiremos? ¿quienes somos nosotros? Desde el momento que hay alguien que observa dos "consejos" o impulsos distintos, el emocional y el racional, y debe decidir por quien dejarse llevar, la respuesta lógica parece ser: no somos ninguno de ellos, ni la mente racional ni la emocional, somos "alguien" que se deja llevar por ellos. En nuestro estado actual de evolución, como especie humana, no tenemos aún una conciencia clara de quien somos más allá de la mente, así que nos identificamos a veces con las decisiones emocionales, a veces con las racionales; como estas dos no siempre coinciden, a menudo nos comportamos y sentimos como "desdoblados". 

¿Y quien es ese alguien más allá de la mente?

"...se manifiesta a sí mismo como una corriente paralela de conciencia, que se cierne encima o al lado de lo que está ocurriendo, en vez de estar inmersa y perdida en ello. - David Goleman, Emotional Intelligence pg. 47
Según Goleman, somos (o podemos llegar a ser) conciencia independizada de lo que sucede en nuestro entorno y en nuestra mente. Este distanciamiento nos proporciona una nueva identidad, ya no nos sentimos "desdoblados" entre identidades emocionales y racionales.Una afirmación sorprendente, pero no nueva, sino muy antigua; ya había sido enunciada milenios atrás en diversas tradiciones espirituales. Por ejemplo, si Buda estuviera entre nosotros, podría haberle dicho a Goleman: "te lo dije" (aunque probablemente no lo haría). 

¿Quienes creemos que somos?

"Un rey escuchó el sonido de un laúd y quedó encantado por él, así que ordenó que le trajeran ese sonido. Los sirvientes le llevaron el laúd, no el sonido, y tuvieron que explicarle al rey que el sonido no tiene una existencia independiente, sino que es creado por los elementos separados de cuerdas, caja y arco actuando simultáneamente, Exactamente como el rey no puede encontrar el sonido del laúd, nosotros no podemos encontrar nuestro yo." - Buda, Samyutta Nikaya
Habitualmente nos confundimos con nuestra personalidad, la cual se crea de forma dinámica, instante a instante, por la acción simultánea del cuerpo, percepciones, reacciones emocionales, pensamientos racionales basados en la memoria de experiencias pasadas, y dándole unidad a todo este tinglado, la conciencia. Como en el laúd, la personalidad no existe independientemente de sus factores. 

Meditación de la atención

"Debemos ser capaces de dejar que las cosas aparezcan en la psique. Para nosotros, éste es un arte del cual la mayoría de la gente no sabe nada. Solemos interferir, ayudando, corrigiendo o negando, sin dejar que el proceso psíquico se desarrolle en paz". - Carl Jung, The Secret of the Golden Flower, 1962, pg. 93
Parece que Jung hable de una mente que no interfiere ni reacciona con los contenidos de la conciencia, una idea que nos recuerda mucho a la definición moderna de Mindfulness: cuando simplemente observamos, se produce un resultado profundamente terapéutico, una relajación en la experiencia del momento presente, y un cesar de intentar controlarlo todo. Nos damos cuenta de que si dejamos de luchar por tener el control, el mundo no se desintegra, aceptamos las condiciones de la vida, y encontramos una nueva fuente de satisfacción. 

Elementos que definen el estado de plena atención - Mindfulness - según Jon Kabat-Zinn


Entrenando la atención que no interfiere, no destruimos nuestro ego, más bien aprendemos a "ver a través de él", ya no nos lo tomamos tan en serio, obtenemos una "auto-liberación". 

La meditación de la atención nos permite descondicionarnos, nos vuelve capaces de rechazar o al menos debilitar reacciones compulsivas, automáticas, a los estímulos, que en caso de dejarnos llevar por ellas podrían dañar a otros y/o a nosotros mismos.

"Las tradiciones meditativas continúan allí donde el psicoanálisis termina ... cortamos las raíces de la reacción ... Eso elimina mucho sufrimiento. Entonces te conviertes en maestro de tu propia mente y experiencia".  - Daniel Brown, MindScience: An East West Dialogue, Boston, Wisdom Publications, 1991, pg. 101.

La importancia de identificar las emociones cuando se producen

Claro que, una cosa es observar desapegadamente nuestra mente mientras meditamos en un lugar especialmente elegido para ello, sin nada ni nadie que nos perturbe, rodeados de paz, y otra muy distinta es observar sin interferir lo que ocurre cuando estamos en plena acción y las cosas no suceden como teníamos previsto. Una de las emociones más poderosas es la ira; viene a nosotros como reacción a algo que no nos gusta, puede ser una injusticia, alguien que nos trate de forma inadecuada según nuestro modo de ver, o simplemente algo que sucede y nos perjudica. Es peligrosa porque capta de nosotros mucha energía, que tiene por objeto combatir, luchar, destruir lo que nos ha perturbado. Además,

"La ira y el miedo son las dos emociones que impulsivamente exigen una respuesta más urgente. Ante estas dos emociones hay una impaciencia por actuar." - Rafael Bisquerra, Universo de Emociones, pg. 79
Esta impaciencia por actuar puede llevarnos a realizar acciones dañinas; incluso si llevamos años meditando, la gran energía captada por esta emoción y la velocidad con la que actúa puede superarnos. ¿Cómo lograr ser un maestro en la regulación de la ira? Cada vez que nos suceda, una vez pasado el episodio, hay que repasar los acontecimientos, y darse cuenta a posteriori de que hemos estado dominados por la ira. Con el tiempo, nuestro reconocimiento de esta emoción mejorará, hasta que llegará un dia en que seamos tan rápidos que ya no nos pillará por sorpresa, la reconoceremos en cuando llegue; en ese momento seremos capaces de dejarnos llevar por ella, si lo consideramos conveniente, o de dejarla pasar, en otras palabras, seremos libres de actuar como mejor nos parezca, no estaremos condicionados.

Hay que tener en cuenta que frecuentemente hay episodios de ira de baja intensidad, que pueden pasar fácilmente desapercibidos. ¿Te sientes tenso? ¿enojado? ?impaciente? ¿displicente? ¿desafectado? Todos estos estados pueden estar relacionados con la ira más o menos encubierta. Es importante estar atento a cualquier estado emocional negativo, para aprender a reconocerlo y etiquetarlo: "reconozco que estoy impaciente ... mi mente está impaciente ... mi estado mental actual es de impaciencia ...". 

Hacer breves momentos de atención plena durante el dia

Otra posibilidad para entrenar la atención durante la acción es realizar breves descansos periódicos de lo que estamos haciendo y en ese breve instante, pueden ser sólo unos segundos, prestar atención plena, puede ser a nuestro cuerpo, a nuestras emociones en ese momento o a los pensamientos. Incluso hay diversas aplicaciones para móviles que nos pueden ayudar; por ejemplo, hay una de gratuita que nos recuerda de hacer una parada de unos segundos, y además lo hace con el hermoso sonido de un cuenco tibetano: Mindfulness Bell.




 



diumenge, 13 de desembre del 2015

Diferencia entre sentirse atraído y querer

Parte del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/):
las constelaciones del deseo y admiración-enamoramiento, dentro de la "galaxia" del amor


Ayer aprendí a diferenciar dos emociones que anteriormente creía que no podían concebirse por separado: la atracción por algo o alguien y el querer eso o ese alguien. Precisamente estaba experimentado esas emociones cuando, por casualidad (aunque ya no creo en las casualidades, es sólo una forma de hablar), me fijé en el póster del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/) que teníamos en el aula, vi que esas dos "estrellas" se ubican en constelaciones diferentes, por lo tanto, no forzosamente una lleva a la otra. Claro que, ambas pertenecen a la "galaxia" del amor, de ahí que pueden confundirse una con otra si no hacemos el esfuerzo de discriminar entre ellas.

La atracción es una emoción que se activa cuando acontece que, a través de nuestros sentidos, se nos presenta algo o alguien con un atractivo para nosotros. Este atractivo puede ser consciente (sabemos las características concretas que nos atraen), inconsciente (no sabemos que es exactamente lo que nos atrae, ¡pero lo hace!) o parte consciente y parte inconsciente. Usando terminología astronómica, diría que la atracción es una estrella de 3ª magnitud en una clasificación como esta: 1ª magnitud: el amor, centro de la galaxia, 2ª magnitud: deseo, ternura, enamoramiento, etc, todas ellas centro de constelaciones, a partir de ahí, según el tamaño visible en el póster, tenemos 3ª, 4ª etc. La atracción se relaciona directamente, o sea que puede llevar, a el enamoramiento, estrella emocional de 2ª magnitud. 

El querer es otra emoción de magnitud menor, diría que de 4ª, que no está relacionada directamente con ninguna otra estrella emocional, aunque pertenece a la constelación del deseo. La interpretación que hago de esta no-relación y menor magnitud del querer es que esta emoción está más subordinada que las otras a la mente consciente, racional: ha de generarse una idea de querencia, alimentada por el deseo. En cambio como hemos dicho anteriormente la atracción puede tener un fuerte componente irracional, inconsciente. 

Así pues, es posible estar sintiendo una atracción, que incluso puede ser fuerte, sin estar queriendo aquello, por ejemplo por que hay motivos racionales para no quererlo: la mente no entra en el juego, no se enciende el deseo, no se genera la voluntad para obtenerlo. Lo curioso es que, estando la atracción vinculada directamente con el enamoramiento, en principio es posible que el sentimiento de atracción lleve a un enamoramiento ... sin querencia, algo así como un enamoramiento platónico. De todas formas no olvidemos que estamos en la galaxia del amor, donde todo es posible, y quizás esa atracción sea capaz de llevarnos directamente al mismo centro de la galaxia a través del enamoramiento, y generar puro amor.

dilluns, 7 de desembre del 2015

divendres, 4 de desembre del 2015

Pensar en libertad

¿A quién no le gustaría ser capaz de manejar las dificultades de la vida con maestría, haciendo lo más correcto, sin quedar afectado por ellas? Es un tema muy antiguo: ¿podemos controlar nuestro destino? ¿O viene todo predestinado, y no tenemos posibilidades de participar?

La respuesta de Buda, hecha muchos siglos atrás, es:
  
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Es una afirmación simple, pero con consecuencias profundas. Si nuestros pensamientos son automáticos, si simplemente reaccionamos a los acontecimientos, entonces no tenemos libertad de elección. Pero si podemos escoger nuestras respuestas, entonces seremos maestros en la vida, en vivir. Debido a que hemos ejercitado poco nuestro control sobre los pensamientos, frecuentemente nuestras respuestas son simples reacciones, sin libertad. Debido a este hecho, podemos enunciar una consecuencia del pensamiento de Buda:

Decimos que pensamos nuestros pensamientos, pero más bien nuestros pensamientos nos piensan a nosotros.
Nuestra falta de control mental nos lleva a decir cosas como:
  • Me gustaría dejar de pensar en ... pero no puedo
  • Desearía poder dejar de ansiar tal cosa
  • Querría dejar de actuar como un autómata delante de esa persona, o de esa situación
  • Me gustaría poder cambiar mi forma de comportarme
  • etc.
Nuestra mente, no observada y funcionando sin control, se puede comparar a un televisor que se enciende sólo; estamos frente a él, leyendo un libro o quizá hablando con un amigo, cuando de repente se enciende, e inmediatamente llama nuestra atención. Quizá nuestro amigo nos sigue hablando, pero le escuchamos a medias, o nada en absoluto: el televisor acapara nuestra atención. Después, de repente el televisor cambia de canal, una y otra vez, y nosotros lo aceptamos, no tenemos el control. Vemos lo que nos presenta, sea lo que sea.

Este es exactamente el comportamiento de la mente no entrenada, saltando de un tema a otro sin control, y captando nuestra atención. ¿Es posible cambiar este comportamiento? ¿Podemos controlar lo que pensamos, y prestar atención al pensamiento sólo cuando merezca la pena hacerlo? Pocas personas, relativamente hablando, son capaces. Y sin embargo se puede, y está al alcance de muchos. Así como son necesarias muchas horas de practica y esfuerzo para tocar un instrumento de cuerda, que no es otra cosa que entrenar las manos y para realizar ciertos movimientos coordinados con el oído, también para entrenar una mente acostumbrada a años de comportamiento disfuncional serna necesarias muchas horas de práctica, per está al alcance de cualquiera que le dedique el esfuerzo.

En el primer caso, horas de práctica con un instrumento de cuerda, llegaremos a ser capaces de producir música con nuestras manos, lo que no es poca cosa. En el segundo caso, horas de práctica con nuestra mente, seremos capaces de pensar con libertad, y de elegir sabiamente cada una de nuestras respuestas a los acontecimientos. Seremos seres humanos.

Basado en el libro Conquest of Mind, de Eknath Easwaran

diumenge, 22 de novembre del 2015

La paz está dentro de nosotros, no fuera

Anoche estábamos viendo con la familia una película de guerra, "Black Hawk derribado"; la acción sucede en Somalia. En un punto de la cinta vimos cientos de milicianos somalíes armados que actúan como una horda de locos atacando a un puñado de soldados de la ONU, y matándolos en escenas terribles; en ese momento se me pasó por la mente la idea de que todo el problema de esa guerra,y por extensión de todas, se produjo debido la falta de plena conciencia: la conciencia estaba "capturada" por los pensamientos, y los pensamientos estaban fuera de control debido a las circunstancias.

En la cinta, civiles armados, en turba, matando a los soldados de la ONU,
en teoría enviados para proteger a los civiles de los señores de la guerra


La mañana siguiente me he dedicado primero a meditar sobre ello: una actividad psíquica desquiciada asociada con la conciencia "enredada", absorbida en ella puede producir desastres humanitarios. De hecho, creo que estos estados de conciencia desquiciada, o mejor dicho, estados inconscientes desquiciados, pues el sujeto está "secuestrado" por pensamientos deshumanizados, destructivos,  que le dominan, son la fuente de todos los conflictos.

Luego, pasé 10 minutos practicando una visualización: imaginando un coche con hombres armados en algún lugar de Oriente Medio, vigilando una carretera; en eso que  estos hombres se fijan en la puesta de sol, en su belleza, permanecen atentos, y luego pasan a experimentar paz, y su propia presencia interior, en silencio mental, dándose cuenta de sí mismos, más allá de cualquier conflicto externo, lo que les lleva a regresar a sus hogares, a su familia, a salir del conflicto y abrazar a la gente de su pueblo. Luego visualicé el mismo cambio en la conciencia sucediendo en todo el mundo, llegando a los líderes mundiales, y, finalmente, cómo se establece la paz perenne en todos los países. Al salir de la meditación, sentí un cosquilleo en la piel ... y en el interior.



dimarts, 17 de novembre del 2015

Relajación y meditación con música, musicoterapia

El sábado pasado por la tarde tuvimos, en el máster REMIND, una sesión monográfica de introducción a la relajación y meditación con música, y también a sus aplicaciones terapéuticas. Fue una grata sorpresa para todos nosotros descubrir la potencia sanadora de la música. Así que me he decidido a hacer un pequeño resumen personal de lo aprendido, por si le sirve a alguien (para esto está pensado este blog).

Los fundamentos: vibraciones y armonia

La música son vibraciones del aire, en forma de ondas que se propagan, vibraciones que son producidas en el medio por un instrumento. Además, las ondas de sonido transmiten energía vibratoria, y esto es común a todas las ondas, como la luz (pensemos en la luz del Sol, muy energética) o las ondas sísmicas de los terremotos. Así pues, la música es energía transmitida por el aire que vibra. 

Pero también el ruido es una vibración del aire; ¿cuál es la diferencia entre ruido y música? A nivel introductorio, sin querer pontificar sobre un tema complejo, diremos simplemente que la música tiene armonía

Vibraciones
Toda vibración es una oscilación, parecida a la de un péndulo; al igual que el péndulo puede oscilar más o menos rápidamente, es decir, a mayor o menor frecuencia, también la vibración sonora tiene una frecuencia. Ahora bien, los instrumentos musicales producen vibraciones de distintas frecuencias simultáneamente, así que a nuestro oído llegan varias frecuencias superpuestas simultáneamente; en música a estas frecuencias se les llama notas, o acordes. Por ejemplo, un piano produce frecuencias entre unas 20 hasta unas 4000 oscilaciones por segundo, técnicamente a una oscilación por segundo se le llama un "Hertz", abreviadamente Hz; así pues el piano produce notas entre 20Hz y 4000Hz.

Armonía 
Cuando las frecuencias de estos acordes guardan entre sí ciertas proporciones, el conjunto de acordes que nos llega como un paquete suena bien: es "armónico", tiene armonía, tiene belleza. En cambio si no cumple con esas proporciones entonces nos suena disonante, sin armonía, parece ruido. Así pues, la música es una energía vibrante, que se transmite por el aire, una mezcla de ondas sonoras de distintas frecuencias, que además son armónicas entre sí.  

Relajación y meditación por la música

Si escribimos "música relajante" en Google veremos que las primeras posiciones de los resultados, que son muchos, están ocupadas  por vídeos de YouTube. Es sabido desde la antigüedad los efectos benéficos de escuchar música suave:

After silence, that which comes nearest to expressing the inexpressible is music. Aldous Huxley
La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo. Platón
La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido. Leonard Bernstein

La música puede producir relajación, pero también excitación; puede ser beneficiosa, y también perjudicial, incluso peligrosa; siendo como es el sonido energía, se comprende que un sonido potente emitido a ciertas frecuencias puede ser dañino, incluso mortal. Dejando aparte gustos y preferéncias personales, y otros factores psicológicos, si nos fijamos en el efecto que produce en la mayoría de las personas, ¿qué es lo que diferencia a la música relajante? Más concretamente, en términos de frecuencias y armónicos, ¿cómo definimos a la "música relajante"? Bien, no sabemos la respuesta, la ciencia todavia no ha llegado a una conclusión, de momento hay sólo hipótesis explicativas, a continuación exponemos una de ellas.


Ondas cerebrales y acoplamiento de frecuencias

Los impulsos eléctricos de las neuronas, sumados, producen las ondas cerebrales (https://en.wikipedia.org/wiki/Neural_oscillation)




Resulta que el cerebro también tiene sus propias vibraciones, eléctricas en este caso: las ondas cerebrales; entre los cuatro tipos de ondas cerebrales, las denominadas ondas alfa, que tienen un rango de frecuencia de entre 8 y 13Hz, están relacionadas con estados de relajación consciente (no de sueño, estas relajado pero despierto). Así que cuando estamos relajadamente conscientes, nuestro cerebro produce ondas de baja frecuencia en un rango concreto.

Por otro lado, existe en la Naturaleza un fenómeno físico denominado acoplamiento, que es una forma de transferencia de energías; entre los diversos tipos de acoplamiento, tenemos el acoplamiento de frecuencias, en las que dos sistemas que están vibrando con diferentes frecuencias toman contacto y se acoplan: pasan a tener la misma frecuencia.

Si la música que escuchamos tiene frecuencias que son "compatibles" con las ondas alfa del cerebro, tenemos la hipótesis de que ambas vibraciones, la del sonido y las cerebrales, se "acoplan", en este caso el cerebro ajusta su frecuencia a la de la música, produciendo ondas alfa y la consiguiente relajación.

Por ejemplo, hay una frecuencia famosa, incluso con leyenda (quizá es una historia verídica, no lo se): la de los 432Hz, que fue utilizada hasta el siglo pasado en muchas composiciones clásicas con instrumentos; esta frecuencia es un múltiplo entero del de las ondas alfa, pues 432 : 8 = 54, y esta es una característica de la armonía entre ondas sonoras, descubierta por los Pitagóricos. Por otro lado los 432HZ también son un múltiplo de otras frecuencias, como las ondas gamma de 27Hz, que pueden estar relacionadas con la conciencia de unidad con el todo, o con  las ondas beta de 24Hz, relacionadas con el estado normal de conciencia. Quizá la relajación inducida por la música produce diversas ondas cerebrales acopladas, con una frecuencia dominante alfa. Es solo una hipótesis.


Cuencos tibetanos
Colección de cuencos tibetanos de metal

Son cuencos fabricados con una aleación de metales, tal que  el cuenco vibra al ser golpeado o frotarlo por el borde de forma circular con un mazo o baqueta, produciendo un sonido similar a una campana. El sonido que emiten es muy puro, en el sentido de que producen frecuencias armónicas bien definidas, que dependen del tamaño, peso, forma, metales usados y forma de golpearlo. En todo caso son bien conocidos sus efectos como medio de obtener relajación y entrar rápidamente en estados meditativos. También tienen efectos terapéuticos, por dos canales distintos:

  • Por ser un medio de relajación, ya que cualquier método de relajación puede usarse como terapia del estrés, ansiedad, nerviosismo, etc.
  • Las vibraciones que genera, si ponemos el cuenco en contacto directo con el cuerpo, se transmiten directamente a éste, sin mediación del aire. En esta terapia el sujeto se echa en una colchoneta con los ojos cerrados, el terapeuta coloca uno o varios cuencos encima de zonas determinadas del cuerpo, y los hace vibrar de tal forma que, si el terapeuta tiene experiencia, las vibraciones de los cuencos son armónicos entre si, y se transmiten al interior del cuerpo. De esta forma, el cuerpo puede llegar a notar frecuencias inaudibles para el oído (muy alta frecuencia o muy baja). La sensación de bienestar e incluso de liberación de emociones reprimidas puede llegar a ser muy notable. En este sentido, hay teorías que relacionan el efecto producido con los chakras del cuerpo, que también tienen su propia frecuencia vibratoria.





dijous, 5 de novembre del 2015

Identificación de la persona con ideas

El problema de la identificación de la persona con ideas


Hay un proceso automático que se da con mucha frecuencia entre nosotros que es el siguiente: yo descubro una idea, que puede ser de fabricación propia o creada por otros y aceptada por mi, que veo como correcta, como cierta; entonces esa idea queda adosada, incorporada, mezclada con mi personalidad, con mi noción de Yo. Es un proceso natural de la psique humana, de hecho el propio ego es una mezcla de ideas entrelazadas entre sí, así que este proceso forma parte de la creación y mantenimiento del ego.

El problema es que las ideas, por buenas que nos puedan parecer, son siempre parciales, contienen una verdad parcial, un punto de vista. Pero nuestro ego necesita sentirse estable, busca Ser; al basar su existencia en ideas parciales, se mete en problemas, pues cualquier acontecimiento externo que niegue la idea aceptada producirá un sentimiento de destrucción de la estructura del ego, que se siente como de destrucción propia, debido al mecanismo de identificación. Este es un proceso exacto, es así como sucede.

Quizá parecerá que exagero, pero el problema planteado es, o puede ser, grave o muy grave; dependiendo del nivel de identificación que tengamos, de lo bien o lo mal estructurada que esté nuestra psique, y de los acontecimientos externos, la negación de ideas que hemos integrado en nuestro sentido del yo mismo puede ser desde meramente un malestar pasajero hasta una catástrofe, bien para nosotros, bien para aquel que haya sido el culpable de negar nuestras creencias.

Esto se ve claramente cuando uno se ha formado una idea de cómo debe de ser su vida: pues he de tener un buen trabajo, unas buenas amistades, una familia estable, etc. Si esa idea se integra con nuestro sentido de ser, y por lo que sea no llega a cumplirse, incluso parcialmente, nos sentimos negados, fracasados, y caemos en depresión, uno de los males más extendidos en las sociedades desarrolladas. En cambio en los países que mantienen conflictos armados permanentes, donde la vida es muy dura, es prácticamente desconocida la depresión psíquica; las personas que han de sobrevivir dia a dia no planean nada, no piensan en vidas idílicas, y por tanto no pueden identificarse con esas ideas, que lo único que harían sería añadir más sufrimiento al que ya tienen.

También se ve claramente en el proceso de identificación con las ideologías; en este caso hay un cuerpo estructurado de ideas, más bien dogmáticas, pero que siguen siendo parciales, y que son aceptadas e integradas profundamente en la personalidad. Pensemos por ejemplo en las religiones, y también en las ideologías políticas, económicas, o morales. Y pensemos también cuantas desgracias, conflictos, guerras y  horrores hemos sufrido debido a la aplicación ciega de ideologías. En el caso extremo, la identificación es tan fuerte que cualquier individuo que no comulga con la ideología es visto como un peligro, como un enemigo de nuestra misma existencia, como alguien que ha de ser convertido o destruido. Por tanto es un tema muy serio. 

La solución

¿Porqué sucede esta identificación? Es expresión de una ley natural: la evolución biológica ha creado seres complejos, formados por miles de millones de células individuales, que tienden a ser auto-conscientes, a ser "alguien". En el curso actual de nuestra evolución, la identificación es con la mente más que con el cuerpo. Hay una demanda interior, natural, de ser alguien, pero ¿quien? Es esta tendencia a satisfacer la demanda de ser alguien la que nos lleva a construir un ego a partir de ideas: yo soy Fulano de tal, soy ingeniero, soy agnóstico, soy ... De hecho no somos nada de todo eso, deberíamos decir: ahora mismo tengo un nombre, una profesión, una creencia, ... pero son variables, si me pregunta dentro de diez años quizá haya cambiado todo eso.

Si cuando yo me encuentro con una idea, en vez de aceptarla e incorporarla a mi ser, medito sobre la verdad en sí, mi intuición de verdad, de la cual esa idea es sólo una forma, un aspecto parcial, entonces mi visión se amplia, y podré aceptar otras ideas distintas, y en el caso de que la idea original se vea disminuida o negada no afectará mi sentido de ser, no necesitaré defenderla, ni me sentiré ofendido o rebajado. No habrá malestar, ni resentimiento, ni frustración.  

Y esta actitud tendrá un segundo efecto, tan importante o más que el primero: al actuar así, me iré descubriendo como un ser que está más allá de las ideas, por buenas que parezcan. No me confundiré con cosas, con estados, con ideologías. Me daré cuenta de que yo soy independiente de todo eso, de que yo simplemente, soy, sin más. Y ya no sufriremos, ni haremos sufrir más, por las ideas parciales. El mismo ego se debilitará, no desparecerá, pero perderá fuerza, y ya no podrá tomar el control, más bien lo controlaremos nosotros, y lo usaremos como un medio de expresión de nuestro ser. 

No puedo dejar de repetir la importancia de esta des-identificación: si la educación reglada incluyera en sus programas el desarrollo de esta visión, de este modo de ser libre, no ligado a ideologías, y lo hiciera bien, creyendo en lo que hace, poniendo los recursos necesarios, imagine el lector la transformación social que veríamos en sólo unos pocos años. El efecto que tendría en los conflictos que ahora tenemos por todo el mundo. Sería revolucionario.


dimecres, 28 d’octubre del 2015

¿Qué es la conciencia?

Este artículo evidentemente es una opinión personal, pues su tema es objeto de investigación actualmente, sin que se haya llegado todavía a ninguna conclusión. Esta opinión, no obstante, se basa en las lecturas de textos espirituales de la tradición Hindú (especialmente en el Raja Yoga o Yoga de Patanjali), textos humanistas (como últimamente el libro Conciencia-Energía, de la Dra. Thérese Brosse, pero también en textos de Antonio Blay, de Paul Brunton, y muchos otros), en mis experiencias personales, en mi formación académica en Física, y en mis meditaciones al respecto, en las cuales busco intuiciones sobre un tema.

Conciencia como facultad de conexión con una fuente de información

Mi tesis aquí es que la conciencia en sí es una facultad que consiste en conectar un ente con una fuente de información, que es el campo de conciencia. Hay un elemento más a considerar, que es el mecanismo de conexión:

ente consciente <---> mecanismo de conexión <---> campo de conciencia

Siempre ha de haber un ente, algo o alguien consciente del campo, a través de una conexión. La información fluye desde el campo hasta el ente, el cual puede reaccionar o no a la información recibida. El conjunto de estos tres elementos forman lo que llamaré un nivel de conciencia


Evolución de la conciencia

La evolución ha desarrollado entes y mecanismos de conexión más y más sofisticados; si consideramos que el punto de partida puede ser el reino vegetal (hay autores que incluso consideran a la materia inerte fuente de conciencia), la evolución ha generado los siguientes niveles de conciencia, que no han de tomarse de forma estricta, pues de hecho no existen tales categorías cerradas, sino que en realidad es un continuo de estados de conciencia, pero es útil para nuestro intelecto clarificarlos para entenderlos mejor:

Ente
Mecanismo de conexión
Campo de conciencia
Reino vegetal
Bioquímica + sistema sensorial primitivo
Entorno físico próximo
Reino animal
Bioquímica + sistema sensorial complejo + sistema nervioso
Entorno físico
Humano «no evolucionado»
Bioquímica + sistema sensorial complejo + sistema nervioso complejo, incluyendo el cerebro
Entorno físico + propio cuerpo + «mundo» propio mental abstracto
Humano «evolucionado»
Bioquímica + sistema sensorial complejo + sistema nervioso complejo, incluyendo el cerebro + «conexión mental superior»
Entorno físico + propio cuerpo + «mundo» propio mental abstracto + «el todo»


Son necesarias aquí algunas aclaraciones. 
  • Cada nivel suma a los mecanismos de conexión de los niveles anteriores su propia aportación, ampliando el campo de conciencia del ente.
  • Por humano «no evolucionado» quiero significar el ser humano identificado con su cuerpo y su mente individual, sin ningún mecanismo de conexión que no sea físico.
  • Observe el lector que todos los mecanismos de conexión son físicos, tangibles, excepto en el último nivel, el de humano «evolucionado», en el que hago uso de una «conexión mental superior» que, en nuestro estado actual de conocimientos, no sabemos relacionar con nada que sea físico; siendo el único mecanismo con esa naturaleza, parece ser una buena hipótesis suponer que en un futuro se llegará a determinar con qué estructura física está emparejado, aunque también pudiera ser que fuera no físico. 
  • El campo de conciencia del nivel más evolucionado incluye «el todo», queriendo significar las experiencias relatadas por muchos meditadores de diferentes orígenes, tradiciones y épocas que describen un esto de conexión con todo lo que existe, sin dualidad entre observador y campo; en ese estado, el propio observador es parte del campo, que es el  «todo».


Mente y conciencia

Recordará el lector que mi tesis sostiene que ser consciente implica que hay un flujo de información desde el campo de conciencia, a través del mecanismo de conexión, hasta el ente consciente; ¿qué hace el ente con esa información? Ahí es donde entra la mente a jugar su papel como receptor-procesador-transmisor de información. En efecto, un ente consciente sin una mente sería como hablarle a alguien en un idioma que no entiende: es consciente de que le están hablando, pero no del significado de las palabras.

Así, paralelamente a la evolución de la conciencia, tenemos una evolución de la mente que procesa la información procedente del campo:

Ente
Mecanismo de proceso (mente)
Campo de conciencia
Reino vegetal
Leyes de la bioquímica
Entorno físico próximo
Reino animal
Leyes de la bioquímica + mente inconsciente animal
Entorno físico
Humano «no evolucionado»
Leyes de la bioquímica + mente inconsciente + mente consciente
Entorno físico + propio cuerpo + «mundo» propio mental abstracto
Humano «evolucionado»
Leyes de la bioquímica + mente inconsciente + mente consciente + mente «supraconsciente»
Entorno físico + propio cuerpo + «mundo» propio mental abstracto + «el todo»


Todo es conciencia vs todo es mente

Creo que actualmente en Occidente se está extendiendo la idea, tomada principalmente, según creo, de la tradición Vedanta Advaita,  pero también de la Mecánica Cuántica y su visión no-dual de la realidad, de que existe una única realidad-conciencia universal, de la cual los entes individuales toman una parte. Esto podría explicar el sentimiento de unidad con el todo experimentada por meditadores avanzados: simplemente su conciencia individual se funde con la total, de la que forma parte.  

Otras tradiciones en cambio sostienen que la realidad es mental: en vez de una conciencia universal hablan de una mente universal, que lo sostiene todo, instante a instante:

"EL TODO es Mente; el Universo es mental" - El Kybalion: principio del mentalismo

Hay también teorías en la Física, con físicos de primera magnitud apoyándolas, que sostienen que la información que hemos mencionado, pero la global, la del Universo como un todo, es realmente la realidad: es el principio holográfico del Universo.  Según mi parecer, esta moderna teoría es una reformulación del "principio del mentalismo"; más exactamente: la información, por sí sola, es inútil si no hay algo que la procese, y ese algo es la mente. En este marco, la conciencia universal es el resultado de unir el todo con el ente a través de la mente universal:

ente consciente <---> mente universal <---> el todo 

Individualidad y conciencia

Paralelamente a la evolución de la conciencia y sus mecanismos vemos un desarrollo del ente individual, desde el reino vegetal, donde la individualidad es puramente física y no percibida por el ente (debido a no tener mente individual), pasando por el reino animal, hasta llegar al ser humano, en el cual la presencia de una mente individual le permite tener conciencia de sí mismo. En el ser humano común hay una identificación con el cuerpo y con la personalidad, que es un conjunto complejo de memorias y conceptos entrelazados. 

En las líneas de pensamiento cercanas a la no-dualidad frecuentemente encontramos la tesis de que esa individualidad, que se ha ido desarrollando con la evolución, desaparece al alcanzar la conciencia universal, como así lo manifiestan numerosos testimonios que lo han vivido. Aquí expondré una tesis diferente, relacionada con un concepto más místico: el yo-testigo del Yoga, o el alma de la tradición cristiana, que no sostengo realmente que sean exactamente el mismo concepto, simplemente son útiles para mi exposición.

El "yo" evoluciona desde el nivel puramente físico en el reino animal  hasta un nivel casi puramente mental en el reino humano; es cierto que el yo psíquico está fuertemente influenciado por la corporalidad, pues cuerpo y mente se inter-penetran, pero aquí ahora estamos hablando de otro nivel de evolución. En las tablas anteriores hemos visto una evolución podríamos decir "horizontal", en la cual el campo de conciencia se expande en el espacio físico, pasando del entorno físico próximo al todo, que incluye nuestro psiquismo, soportado físicamente por el cerebro. 

Pero hay otra evolución paralela no-física de la que hay que hablar si realmente queremos integrar ciencia y tradiciones, una evolución, parafraseando a Antonio Blay, "vertical", en la que el sentido del "yo" se va haciendo más y más sutil, desde el cuerpo físico, pasando por el intelecto creador del "ego" hasta el "yo-testigo interior" de las tradiciones. Este último estadio ha sido alcanzado por muy pocas personas: el sentir la presencia del yo-testigo interior está siendo cada vez más frecuente en nuestros días, debido al incremento de personas que meditan habitualmente, pero una cosa es sentirlo, y otra es identificarse con él, la cual cosa implica un cambio radical, drástico, de centro de gravedad de la persona, que deja de estar centrada en su intelecto para pasar a sentirse ser alguien a la vez sutil e invariable, más allá del pensamiento. Quizá es el "yo experiencia" al que se refiere Blay, en contraposición al "yo idea" intelectual.

Entonces, en esta línea de evolución, el ego "inferior" efectivamente desaparece al alcanzar la conciencia universal, pero la individualidad permanece en la forma de "yo testigo" siempre que la persona haya evolucionado también en el sentido vertical que hemos mencionado.








dissabte, 17 d’octubre del 2015

Trascendiendo al animal humano

Este artículo se basa en algunas de las ideas de la Dra. Thérese Brosse, concretamente en su libro "Conciencia-Energía", a las que aporto mi visión personal.  Se desarrolla brevemente la siguiente argumentación: buena parte de la humanidad actual se comporta como “animales humanos”, más irracionales que racionales, muy sujetos a reacciones automáticas, instintivas, siendo por ello un peligro para ellos mismos, para la sociedad y para el planeta entero. No obstante, debajo de ese comportamiento defectuoso se esconden potencialidades insospechadas. ¿Cuál es el motivo del comportamiento destructivo? Tenemos dos motivos: la dualidad psíquica no resuelta y el ego psicológico. Primero veremos que la dualidad, como enfrentamiento entre extremos, tiene su origen en el cuerpo, y luego veremos que se extiende a la mente y a nuestro comportamiento social.

Dualidad fisiólogica y homeostasis
Fisiológicamente, los sistemas internos del cuerpo tienen la capacidad de ajustar rápidamente los desequilibrios producidos por variaciones del medio ambiente y mantener el equilibrio interno que el cuerpo necesita para asegurar su salud: cada célula, cada órgano y cada sistema del cuerpo necesita un ambiente estable para funcionar correctamente; este equilibrio fue nombrado como homeostasis en 1932 por el psicólogo estadounidense Walter Cannon. De este modo, la dualidad entre medio interno y medio externo es equilibrada eficazmente.

A nivel del sistema nervioso tenemos otra fuente de dualidad: aquí la homeostasis consiste en integrar la enorme cantidad de señales recibidas, generadas tanto internamente como por el exterior a través de los sentidos; todos estos datos, que pueden incluso ser contradictorios entre sí, recorren una jerarquía de planos de integración, desde la más ínfima de las terminaciones nerviosas, pasando por la espina dorsal, hasta las formaciones reticulares del pedúnculo cerebral, desde donde se conecta con el cerebro. Esta jerarquía de niveles integra todas las señales, eliminando dualidades y datos contradictorios, de forma que podríamos decir que la suma total de datos queda integrada en una unidad superior, algo así como: 1 + 1 + 1 + … + 1 = 1.

Dualidad psíquica no integrada
Por otro lado el estado psíquico, debido a que se genera en el cerebro, el cual tiene conexiones con todo el sistema nervioso, del cual dependen las señales de control para conseguir la homeostasis, es capaz generar alteraciones biológicas importantes, esto es, de alterar la homeostasis fisiológica, tal como estudia la medicina psicosomática. Ansiedades, frustraciones, represiones mantenidas en el tiempo pueden generar enfermedades como úlceras gástricas, hipertensión o diabetes. Esto no seria demasiado problemático si el estado psíquico gozara de un mecanismo homeostático tal como tiene el sistema fisiológico; pero el hecho es que no existe tal mecanismo.

Debido a esta falta de homeostasis psíquica, la tendencia es a oscilar permanentemente entre estados mentales contradictorios, y nuestra vida mental es en general más o menos inestable. Para conseguir el necesario equilibrio, recurrimos a condicionamientos sociales y familiares, ideologías, opiniones, etc. que no resuelven la dualidad, simplemente intentan ocultarla. Falta un mecanismo integrador de todos los estados psíquicos, a menudo contradictorios y por ello duales, de forma que recuperemos la unidad funcional de la que disfrutamos a nivel fisiológico y nervioso. 

Este mecanismo homeostático de la vida mental puede venir de, creemos, el desarrollo de la conciencia superior; un tipo más elevado de conciencia que la ordinaria que no es nueva, al contrario tenemos numerosos testimonios de su existencia en muchas culturas distintas desde hace miles de años. Cuando entramos en ese estado de conciencia, recuperamos la unidad perdida: según los que la han experimentado, todos los estados psíquicos quedan subordinados e integrados en esa unidad, la mente se aquieta y la conciencia se profundiza, resolviendo los conflictos a nivel mental, tal como sucede en el plano del sistema nervioso, y así se restablece el necesario equilibrio homeostático.

El ego psicológico
Además de la falta de homeostasis psíquica, hay un segundo factor que dificulta que funcionemos integrados: es el ego, esa construcción psíquica formada por un conjunto de ideas sobre nosotros mismos y el resto del mundo. Nace de nuestra propia imagen corporal, denominada “esquema corporal”: la representación que tenemos de nuestro propio cuerpo, construida en nuestra infancia, y alojada en nuestro cerebro (concretamente en las áreas del tálamo, diencéfalo y lóbulo parietal). Luego, se fortalece con la integración del individuo en la familia, en la sociedad, en grupos ideológicos, políticos, religiosos, que refuerzan la idea de “yo soy esto y esto y esto otro, y no soy eso ni aquello ni ...”. 

La identificación o no identificación con ideas conlleva su valoración como deseables o no deseables, la cual cosa puede fácilmente degenerar en discusiones sin fin, rencores, enfrentamientos e incluso asesinatos y guerras: lo no deseable, opuesto al ego, debe de ser sometido o exterminado. En muchas de estas ocasiones, un ego individual integrado en una sociedad no tiene margen de acción: debe escoger bando y ser un héroe o un traidor. Juzgar estas afirmaciones como exageradas puede ser peligroso: el ego ha producido desde rupturas familiares hasta grandes guerras, e incluso podría llevar a la extinción de la humanidad.

Cultivo de la Interioridad
Por tanto vemos que actualmente los problemas de la humanidad, tanto a nivel individual como colectivo, no tienen un origen externo al hombre, como puede parecerle a una mirada superficial, sino que se originan dentro de él, en su psiquismo. Por ello, la solución no puede ser externa; por muchas Naciones Unidas y ONGs que fundemos, sólo serán parches. La solución a nuestro mal funcionamiento ha de estar en el mismo lugar donde se origina el problema: en nuestra vida interior. 

Entonces el estudio de nuestra interioridad se revela como la más pragmática de las ciencias, realmente la necesitamos en nuestro presente estado de evolución. Ha quedado claro lo que puede aportar el progreso científico y tecnológico al bienestar de la humanidad a nivel externo, y también queda claro que ese progreso no ha resuelto nuestros problemas internos, incluso a veces parece que los aumenta: crisis financieras, armamento atómico, calentamiento global, etc.

Llegados a este punto, ya es hora de que el hombre explore su interioridad en profundidad con todos los mecanismos que ha perfeccionado: mente, ciencia e incluso tecnología. La ciencia descubre las leyes de la Naturaleza, pero ¿cuáles son las leyes de nuestra interioridad? Necesitamos una ciencia de la interioridad para recuperar el equilibrio perdido. En definitiva, volvemos al antiguo aforismo:


γνῶθι σεαυτόν
Conócete a ti mismo, inscripción del templo de Apolo en Delfos





dijous, 15 d’octubre del 2015

Técnicas de relajación, concentración y meditación

El tema de este artículo realmente es tan amplio que da de sí para escribir libros enteros, así que lo que me propongo es realizar una breve síntesis de métodos, enfatizando los que conozco por experiencia propia. Mi intención es que pueda servir de miniguía práctica al no iniciado que se acerca a estos temas por primera vez, y también para aquellos que ya han empezado a practicar y sienten la necesidad de tener una visión general, algo así como ¿dónde estoy y que más hay?. Esto es, no pretendo escribir un tratado teórico, ni una clasificación exhaustiva, sino más bien una especie de guía breve de campo, de trabajo. Vamos a intentarlo, dentro de mis limitaciones de tiempo, conocimiento y facilidad de expresión.

Relajación

En la búsqueda del bienestar, del funcionar bien, éste es el primer peldaño; si la humanidad dedicara un poco de esfuerzo y tiempo a relajarse, veríamos como disminuyen o desparecen muchas enfermedades psicosomáticas, y también desarreglos psíquicos como stress, ansiedad, etc. 

Primero de todo, ¿qué entendemos por relajación? Hablé de ésto en otro artículo de este blog, Relación entre relajación, meditación y mindfulness, dónde muestro que no hay una definición única, hay opiniones; aquí me refiero al concepto más básico: Conseguir un estado de reposo físico, dejando los músculos en completo abandono y la mente libre de toda preocupación.

Actualmente hay muchas técnicas de relajación, tanto de origen oriental como occidental. Es lógico que sea así, ya que el ser humano es tan diverso que no puede existir una única técnica que sea la mejor para todos los casos. Hay que probar algunas, buscando la que mejor se adapte a nuestra personalidad e incluso a nuestras características físicas (hay una conexión clara entre características físicas y personalidad); en todo caso, si ya hemos probado algunas sin éxito, podemos consultar algún profesional que nos aconseje al respecto.  Voy a mencionar sólo las que he probado por mi cuenta.

Hatha Yoga

Es importante el prefijo "Hatha" ya que en occidente simplemente decimos Yoga, cuando realmente hay muchas escuelas y variantes; la que se practica de forma masiva es el Yoga de las posturas, o asanas: el Hatha Yoga. Diría que es indicado para las personas emocionales, inquietas, que tienen grandes dificultades para conseguir la relajación total de forma puramente mental. En este sentido, conozco una persona que cree que "el Yoga me ha salvado la vida, sin él, ya estaría muerto". Personalmente practiqué este Yoga en mi juventud.

En la sesión de Hatha Yoga se realizan las asanas, que son posturas estáticas; se realizan sin prisas, sin competitividad, con un estado de ánimo que no tiene nada que ver con la gimnasia o el deporte en general (aunque el lector puede encontrar alguna web donde se equipara el Yoga a un deporte, una concepción equivocada de raíz). El ejercitante debe de concentrarse en la realización correcta de cada postura. La combinación de concentración de la mente en cada postura estática, el mantenimiento de la misma durante cierto tiempo (típicamente un minuto) y el efecto de estiramiento muscular y articular de la asana sobre el cuerpo, producen una relajación tanto mental como física. 

El concepto importante que ha surgido es: concentración de la mente. Así pues, un poco paradójicamente, concentrar la mente en una tarea puede producir relajación; claro, no es una tarea cualquiera, concentrar la mente en cómo pagar las facturas, o en conflictos familiares o laborales, seguramente no será relajante. En este caso nos concentramos en el cuerpo, y esta acción de hecho define una categoría de técnicas de relajación psicocorporales, que a su vez caen dentro del ámbito de la psicocorporalidad. Como hemos mencionado en la introducción, sólo de este tema pueden escribirse, y se han escrito,  muchos libros. 

Pasear por espacios abiertos


Método fácil y clásico para iniciarse: pasear por un bosque frondoso, subir montañas para ver paisajes abiertos, caminar por la playa en invierno, cunado reina el silencio. Para conseguir el efecto relajante hay que prestar atención al paisaje y al andar, y andar sin prisas. De hecho, el estado de ánimo ha de ser parecido al que empleamos en el Hatha Yoga: sin prisas, atendiendo a lo que estamos haciendo en el momento presente, nuestro andar. Aquí además tenemos la posibilidad de atender al paisaje, mientras que en el Yoga atendemos sólo al cuerpo. Podemos ir alternando la atención entre nuestro andar y el paisaje. El concepto clave es atender que es una función de la mente parecida, pero no igual, a concentrarse. La atención es una selección de foco para la mente, la concentración implica atención sostenida en un único foco. Cuando paseamos para relajarnos, nuestra atención puede vagar entre diversos focos: el horizonte, nuestros pasos, las hojas de los árboles, el canto de los pájaros, etc. No estamos concentrados, nuestra atención va cambiando de foco, y cada foco en sí es relajante. 

Hacer deporte (preferentemente al aire libre) es una versión más dinámica de este método, introduce otros factores ajenos a la relajación, pero sigue siendo relajante; cuando el deporte se lleva al extremo de buscar los propios límites (escalada de alto nivel, participación en maratones, etc) se hace necesario usar la concentración de la mente en el objetivo fijado para no fallar en el intento, y  de nuevo paradójicamente obtenemos también una relajación en el esfuerzo. 

 Relajación guiada

Considero que esta familia de métodos tiene una dificultad superior a los anteriores, he conocido personas muy emocionales, con un historial afectivo problemático, que no podían usarlo. Pero si conviene a nuestra personalidad, entonces podemos conseguir una relajación más profunda y más rápidamente que con los otros métodos. En todos estos métodos seguimos mentalmente una guía, una serie de pasos, que relajan progresivamente primero el cuerpo, después la propia mente. Estos pasos son dirigidos por nuestra mente, y pueden incluir visualizaciones, música relajante (u otros sonidos, como campanas, gongs, etc). Podemos ser guiados por otra persona que va dirigiendo el proceso de relajación, o hacerlo enteramente por nuestra cuenta;  el primer caso se presta a practicar la relajación en grupo, guiada por un experto. Utilizan pues la conciencia del propio cuerpo para localizar grupos musculares y relajarlos uno por uno; una vez hecho este "escaneo" muscular se pasa a una segunda fase en la que se relajan los sentidos y la propia mente. Es posible también dirigir la conciencia hacia dentro del cuerpo, hacia los órganos internos, la musculatura involuntaria y otras estructuras corporales, aunque esta técnica necesita una sensibilidad que no todo el mundo posee. Hablamos pues de relajación profunda cuando la aplicamos a todo nuestro ser: cuerpo, mente, emociones.

Concentración

Ya nos hemos referido a la concentración en el apartado de relajación; la concentración es un estado de la mente en el cual ésta atiende a un único objeto (físico o mental). Una mente concentrada ("one-point mind") es más eficiente, y puede aplicarse en diversos ámbitos: deportes, negocios, estudios, etc. 

El estado de concentración se alcanza de forma natural siempre que exista una motivación adecuada; por ejemplo, ante un peligro físico inminente, como defensa natural tanto el cuerpo como la mente se ponen en estado de alerta, y el único objeto al que atendemos es la situación de peligro. También, cuando leemos un libro muy interesante, entramos de forma natural en ese estado, hasta el punto de que frecuentemente nos absorbemos en la lectura y olvidamos nuestro entorno. En cambio cuando no estamos concentrados los estímulos se suceden, y vamos prestando nuestra atención a cada uno de ellos consecutivamente a medida que se presenta. 

El desarrollo de la concentración implica poder entrar en ese estado a voluntad, incluso si no hay una motivación clara, simplemente por un esfuerzo de la voluntad. Por ejemplo, un ejercicio simple de concentración consiste en mirar la aguja segundera de un reloj, siguiendo su movimiento, excluyendo de la atención cualquier otro objeto (incluso el propio reloj) y pensamiento. A las mentes orientadas a la acción y a los resultados  este desarrollo les puede resultar muy arduo, incluso penoso: la mente se rebela ante tal comportamiento, se la intenta obligar a permanecer centrada en un objeto que no tiene en sí ningún interés. La dificultad es aún mayor debido al hecho de que la mayoría de personas están más o menos identificadas con su mente; cuando la mente se niega a obedecer, realmente son ellos mismos quienes se niegan. En sujetos con carácter más contemplativo, que encontramos típicamente en Oriente, se consigue con mayor facilidad. 

En mi opinión para las mentes occidentales es recomendable entrenar la concentración usando objetos de interés: lectura atenta, escucha atenta (éste es todo un valioso arte: saber escuchar al otro atentamente), estudio, etc. 


Concentración y atención

Atención: un objeto externo se convierte en el foco (http://www.madalynne.com/)
La atención no necesita una mente entrenada, de hecho es un estado que se da de forma natural en los animales. En los humanos, al menos en las sociedades avanzadas, es tal el flujo incesante de estímulos e información que reclaman nuestra atención que podemos estar "saltando" de un objeto a otro muchas veces en un día; algunos de estos objetos de atención pueden exigir algún esfuerzo mental por nuestra parte, otros sólo desfilan fugazmente por nuestra conciencia, pensemos por ejemplo en las publicidad televisiva y nuestra actitud mental con ella.

Si los múltiples objetos de atención implican actividad mental, entonces nuestro estado mental es agitado, saltando de in objeto a otro sin cesar. La concentración implica pues tanto atender a un único objeto como pensar sólo en él. 

Mindfulness

Aunque suele incluirse en la categoría de meditación aquí la trataremos como una técnica de atención en el momento presente; la mente ha de estar atenta a lo que sucede, tanto en el mundo exterior como en el interior, sin juzgar, sólo observando y aceptando. La mente no está concentrada en ningún objeto en concreto, està totalmente ocupada en observar los objetos que la atención va mostrando en el aquí y ahora. No hay pasado ni futuro, sólo presente.

Meditación

La palabra meditación se usa para englobar estados muy distintos, lo cual puede producir cierta confusión. En primer lugar, está el meditar en algo: "aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo" (definición del RAE).  Vemos que hay una relación directa con la concentración: es pre-requisito para meditar en algo el concentrar la mente en ese algo. 

Meditación sobre un objeto

De forma similar a la concentración, el objeto en el que meditamos puede ser un problema del que buscamos una solución, o bien queremos aumentar nuestro conocimiento, entender el objeto. O bien la meditación puede ser más contemplativa: no hay nada que resolver o entender, simplemente observamos sin más, sin buscar nada. El objeto puede ser físico (observar el mar) o mental (considerar atentamente una frase, una idea). 

Una posible secuencia de actividades de meditación, de menos a más dificultad, puede ser:

  1. Concentrarse en la lectura de un libro, leerlo atentamente
  2. Concentrarse en una frase, pasaje o idea del libro, leerla una y otra vez con atención
  3. Apartar el libro, cerrar los ojos, considerar la idea anterior, fijándola en la mente, intentando penetrarla, entenderla: meditar en ella con un propósito
  4. Simplemente observar mentalmente la idea, contemplarla, sin otro objetivo: meditar en ella sin un propósito

Meditación con mantras

Esta técnica pertenece también a la categoría "meditación sobre un objeto", sólo que este objeto es una simple frase o incluso una palabra, el mantra, que se repite incesamente, con lentitud, deliberadamente, con el objeto de conseguir concentración mental. No hay que pretender pensar sobre el mantra, simplemente se trata de mantenerlo en la mente con exclusión de cualquier otra cosa. Hay diversas variantes: el mantra puede ser vocalizado e incluso cantado (como por ejemplo los kirtan hindúes), puede tener un componente devocional o no; mencionaremos en la categoría de mantras devocionales los cantos Sikh y la passage meditation de Eknath Easwaran.  La repetición incesante del mantra puede conseguir concentrar la mente sin un objetivo concreto, actitud que hemos visto que condude al estado meditativo.   


Meditación sin objeto

En el segundo nivel de meditación se trabaja con la atención enfocada en la propia mente, y en la fase más avanzada, la atención se enfoca en sí misma. Cuando tenemos suficiente práctica en la meditación con objeto, podemos empezar a fijarnos en el "vacío" mental, o silencio, que rodea al objeto. Por ejemplo, en la meditación con mantra, nos fijamos en el silencio que se produce entre cada repetición de la palabra. Para facilitarlo, repetimos el mantra muy lentamente, dejando suficiente tiempo muerto entre repeticiones. Al fijarnos en el silencio, empezamos a notar, quizás por primera vez, una presencia que no es mente, al contrario, se manifiesta cuando la mente está en absoluto silencio. Es el denominado yo testigo, conciencia testigo, yo superior, el observador, etc. Esta presencia es advertida al principio de forma fugaz y débil, con práctica paciente y perseverante puede fortalecerse, produciendo un cambio en nuestra personalidad y nuestra forma de ser y vivir en el mundo. De hecho, estamos en el auténtico Yoga, entendido como unión con lo superior. El texto básico del Yoga, los Yoga sutra de Patanjali, establece en la primera página que: "Yoga es la restricción de las modificaciones del material mental". Esta restricción nos lleva al silencio mental, que descubre el testigo interior, con el cual nos uniremos. 

Una secuencia de trabajo para llegar a este elevado estado puede partir de la, aparentemente, modesta relajación:

  1. Relajación corporal profunda, mediante cualquiera de las técnicas: vivir el cuerpo, relajación guiada, escuchar música relajante, etc. La mente debe de estar concentrada en el proceso de relajación.
  2. Relajación mental: calmamos la mente, pero importante: sin perder la conciencia de vigilia ni adormecerse, al contrario mantenemos la atención centrada en el proceso de relajación física y mental. La mente, que ha dirigido la relajación física, queda ahora "vigilada" por la atención, de forma que cualquier pensamiento debe de ser "relajado". 
  3. Una vez conseguida la relajación mental sin perder la atención, tendremos silencio mental; atenderemos a este silencio, disfrutándolo, ya que si se hace correctamente, estaremos en un estado de paz intenso. A partir de aquí es cuestión de tiempo que empezaremos a detectar el testigo interior (¿quién está experimentando esta paz? ¿quién está atento al silencio mental?)