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dilluns, 30 d’abril del 2018

Nave de sombras

Muy pocas veces me ocurre, pero me ocurre, y hoy está ocurriendo: un cierto pesimismo sobre la condición humana, un darle la razón a Einstein cuando dijo que "dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo". Me ocurre cuando en un día recibo demasiada información negativa sobre la sociedad en la que vivimos, esos días mi fe en las posibilidades de la humanidad fallan. En el fondo sigo creyendo en nosotros, pero veo tanto atraso, tanta ceguera y confusión hasta en las cosas más básicas, que mi ánimo decae. 😟

Escribo este artículo no para lamentarme sobre la condición humana, que seria un acto inútil, sino para intentar poner algo de luz en algunos temas; de ahí viene el título: nave de sombras, de Fritz Leiber, un relato de mediados del siglo XX que se mueve entre los géneros de ciencia ficción, de fantasía y de terror, una obra maestra en su género, algo así como una obra de culto, podríamos decir que es una ficción gótica, y pensando en nuestra sociedad me ha venido ese título. A esta nave de sombras que es nuestra sociedad y a nosotros mismos como integrantes de la sociedad le hace mucha falta una buena iluminación para despejar oscuridades. 

Sé muy bien que estas líneas serán leídas por muy pocas personas, y por ello probablemente su efecto en la sociedad será nulo, y realmente el efecto directo sí lo será, pero del indirecto no podemos saberlo, el efecto indirecto es poner un poco de luz sobre ciertos temas en un puñado de personas, que a su vez pueden aportar algo de luz a otras, y así propagar una visión más despierta. El escrito original caerá en el olvido, pero su efecto, aunque mínimo, puede existir, y esa es suficiente razón para intentarlo.  

Hay afirmaciones simples que deberíamos aceptar y aplicar sin discusión por ser básicamente declaraciones de principios éticos. Como por ejemplo:

El fin no justifica los medios.
No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.

En nuestra sociedad no se aceptan ni se aplican estos dos principios básicos. En absoluto. Todo lo contrario. Nos perdemos en una maraña de pensamientos dispares, sentimientos, emociones, ideologías ciegas, y acabamos actuando contra esos principios. Veamos ejemplos de la actualidad.

I. Esta gente no merece justicia, estos merecen que les corten los huevos y se los hagan comer mientras se desangran, se merecen ser señalados, acosados y repudiados por todo aquel que se cruce con ellos. Para esto no hay perdón. Comentario de una mujer en una red social acerca del juicio al infame caso de "la manada", una violación en grupo. No era un caso aislado, tenia apoyos, y otros opinaban igual, aplicarían tortura y muerte.

II. Amnistía Internacional y otros organismos internacionales llevan décadas documentando casos de tortura y otros malos tratos en España, cometidos por miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en vía pública, en dependencias policiales, y dentro del contexto de la lucha antiterrorista,  que no han sido debidamente investigadas o sancionadas. Amnistía internacional.

La justicia entendida como venganza, en el primer ejemplo, y la lucha contra el terrorismo, en el segundo, son los fines que justifican medios de proceder que atentan contra los derechos humanos elementales. El fin no justifica los medios.

Pasemos a otro ejemplo, delicado, que puede levantar ampollas, pues si nos creemos nuestras propias sombras, cuando son iluminadas nos sentimos desnudados, y podemos reaccionar a la defensiva.

Un departamento didáctico de un instituto; en ese momento habían cuatro profesoras y dos profesores. Una de ellas comenta a otra que esa noche tiene una despedida de soltera de una amiga. Le contesta que los "boys" que suelen "actuar" (sin querer ofender al gremio de actores) son unos cerdos, que le dan asco, cuenta que apartó violentamente a uno de ellos, el cual le preguntó "¿es que eres lesbiana?". Otra profesora entra en la conversación: a mi me violentaron, se te echan encima. La cuarta profesora escucha y asiente. La primera, la que empezó el tema, dice lapidariamente: "es que para disfrutar has de ir borracha, sino te dan asco".
Las cuatro profesoras, todas sobre los 30, habían participado en diversas ocasiones en esa especie de orgía ligera en que hace años se han convertido las despedidas de soltera. Es como una obligación, tanto si te asquea como si no, y si te asquea demasiado, emborráchate. La ideología de la liberación feminista ha establecido que ha de hacerse así, y punto, no se discute. Hay que hacerlo sí o sí para ser iguales, para defender la igualdad ... ¿con quién? ¿y de qué? En los locales de striptease para hombres se reducía a la mujer a un objeto sexual, y eso no era para estar orgulloso; pues bien, hagamos lo mismo con los hombres, que sean objetos sexuales, así nos igualamos en rebajar a un ser humano a ser un objeto. No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. El fin no justifica los medios.

Twitter. Multitud de hilos abiertos, algunos son noticias, novedades, otros son opiniones, algunos, bastantes, discusiones. Muchas de estas discusiones son crispadas, personales, parecidas a un combate de boxeo sin árbitro en el que se pueden hacer trampas, dando golpes bajos y negando que lo estas haciendo. Se acaba atacando personalmente al oponente. Todo vale para tumbarle y reafirmar tu postura. Reproduzco parcialmente uno de ellos, no de los peores, este no incluye insultos, era un intercambio de información que rápidamente se convirtió en algo personal.

D) Los gulags existieron como existían otros tipos de campos de prisioneros en cualquier parte del mundo en esa época de la historia, tenían una función, no eran campos de exterminio como los nazis.
C) No lo creo. Solzhenitsyn lo vivió, introdujo la expresión "campos de exterminio por el trabajo" en su libro Archipielago Gulag: exterminar a los oponentes con trabajo como prisionero en grandes proyectos estatales (canteras, ferrocarriles remotos...) en condiciones inhumanas.
D) Siempre aparece alguien con ese libro que es más falso que los 100 millones de muertos del comunismo. Muy amable por citar a Solzhenitsyn, amigo de los nazis.
C) Otros historiadores que lo afirman: Roy Medvedev, Alexander Nikolaevich Yakovlev, A. I. Kokurin / N. V. Petrov, Oleg Khlevniuk ... y muchos más. Está bien documentado, 1.600.000 muertos entre 1930 y 1956. De nada, negacionista desinformado.
D) Gracias por citar a "Historiadores" revisionistas pagados para especular sobre cosas como los gulags, a partir de 1990 se abrieron los archivos en Rusia penitenciarios históricos, más de 9000 páginas, y dejaron de defender esos datos falsos. Lee a Sousa.
C) A los archivos tuvieron acceso muchos historiadores, aparte de Sousa (miembro del partido comunista) tenemos a Getty, Rittersporn, Zemskov ... que cifran en 1.053.829 personas muertas en gulags basándose en los archivos. Mantener que todos están pagados para mentir ... en fin.
D) Me encanta que hables de supuestos datos sin traerlos a coalición, te dejan por un tergiversador de la historia, algo muy común. Yo, en cambio, te he pasado datos oficiales. Los hechos sobre las opiniones. La prepotencia se paga cara, viniste con tu soberbia y te has quedado para aparentar, la próxima vez, ven con algo de humildad ya que te ha faltado la razón.
 No hagas (trates) a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. El fin no justifica los medios.


Otra vez Twitter, esta vez información compartida, muy dura, acerca de los atentados en Barcelona en el 2017; no entro en considerar si es cierta o no, sólo destaco el nivel de conflicto que se puede llegar a vivir en una sociedad democrática, avanzada, moderna.

"Israel avisó al CNI de los movimientos en Alcanar, y la policía española no hizo nada. Por ello fue la propia Mossad israelí quien hizo explotar el material en Alcanar. Así que los terroristas improvisar el tema de las Ramblas como Plan B. Explicación: el bloque 155 necesitaba desprestigiar a los mozos para cerrarlos. Un atentado en Bcn les iba genial. Los servicios secretos israelíes están impidiendo que se atente en Bcn."
Acusaciones gravísimas. Encuentro en un blog afirmaciones igualmente graves, o más, pero en el sentido contrario:
El Mossad usó dos furgonetas en el atentado de las Ramblas de Barcelona, y además fue por el lateral, no por el centro. La primera furgoneta fue teledirigida desde Richmond (EEUU). La segunda con publicidad, la colocaron al cerrar la zona. Los Mossos fueron formados para la operación hace unos meses en Tel Aviv por agentes del Mossad para la operación.”.
¿Se está utilizando un atentado terrorista, que ya de por sí es una lacra de la humanidad, para dañar al adversario político? Seguro que sí, pues hay tres versiones contradictorias, a) nadie pudo prever el atentando, b) se previó por parte del estado español y no se hizo nada para evitarlo, c) se organizó por parte del estado catalán con fines oscuros. Es deleznable usar un atentado para ensuciar al oponente, es injustificable. El fin no justifica los medios.




En el fondo, creo que todo el problema se centra en una falta de desarrollo de la conciencia. Los pensamientos, las ideas, son muy potentes, muy útiles, como herramientas a nuestro servicio son insustituibles. Pero sin una supervisión constante pueden degenerar y producir monstruos. Viene a ser como las leyes de Asimov de la robótica, que por encima de toda la inteligencia artificial de los robots, son los principios simples y más elevados que aseguran que el robot no caerá en comportamientos maquiavélicos, destructivos:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano, ni permitirá con su inacción que sufra daño.
  2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
La conciencia de Pinocho
También los seres humanos necesitamos unos principios simples de  nivel superior a todo lo que podamos pensar, unos principios que no deberíamos olvidar, al contrario, deberíamos continuamente revisar nuestras acciones y pensamientos para comprobar que no nos estamos perdiendo en la nave de sombras de nuestra mente o de otras mentes. Pueden ser simplemente los derechos humanos, o puede ser que incluso esos derechos humanos sean todavía demasiado complicados de aplicar en todos los casos posibles. La religiones en parte servían para eso, pues eso eran las tablas de la ley de Moisés, o los libros sagrados: normas básicas directoras de toda la acción humana. En este siglo XXI seguimos sin tener claros y presentes los principios básicos del pensar y del hacer que no deben vulnerarse bajo ningún concepto. Y no es suficiente con saberlos, para aplicarlos hace falta una conciencia despierta, vigilante, que monitorice continuamente nuestra actividad, y nos alerte cuando nos desviemos. Una auto-observación constante. No ir en piloto automático, es peligroso, hay borrascas a la vista. Algo así como el Pepito Grillo de Pinocho. O en lenguaje moderno, una metaconciencia, conciencia vigilante de la conciencia, o una conciencia plena, conciencia ampliada que incluye lo que sucede y lo que nos sucede, simultáneamente. 








 








dissabte, 28 d’abril del 2018

Conciencia plena de ser

La conciencia puede verse como un foco que ilumina algo, y con ese algo establecemos una conexión muy viva: nos hacemos conscientes de él.  Puede ser un un objeto externo, como un paisaje, una canción, la conversación de una persona, o interno, como las sensaciones de nuestro cuerpo, nuestras emociones o nuestros pensamientos. 

Habitualmente, sobre todo en las sociedades avanzadas tecnológicamente, la mente de las personas está en actividad continua: pensando, planificando, recordando, vigilando, preocupándose ... siempre hay algo en lo que se ocupa, y si en un cierto instante no hay nada concreto, la mente busca alguna cosa por hacer, como distraerse, divertirse, o "matar el tiempo", da igual lo que sea, es una mente adicta al pensar, a la actividad, y no sabe parar.

El mindfulness o atención plena que se ha hecho famoso va directamente ahí: a liberar el foco de la atención de la actividad mental compulsiva; se descubre, con la práctica constante, que se puede estar muy atento, muy consciente, y al mismo tiempo con la mente en calma, sin pensamientos. Atiendes más, piensas menos. Escuchas más, juzgas menos. Vives intensamente el presente, y te preocupas menos (entendiendo el preocuparse como estar pensando en problemas no resueltos de forma improductiva, sin resolverlos).

Una vez hemos liberado el foco de la atención de los pensamientos involuntarios, automáticos, somos capaces de enfocarlo a voluntad donde nos convenga, y al hacerlo nos hacemos muy conscientes del objeto enfocado; podemos enfocar nuestras emociones, y hacerlo sin pensar en ellas, sólo observando, conectando, viendo. O nuestras sensaciones físicas.  Ese enfocar sin pensar a menudo se describe como observar sin juzgar, pues juicio es un tipo de pensamiento que establece lo correcto e incorrecto, lo cual es siempre bastante relativo, y en todo caso al juzgar levantas una barrera entre tu y lo que observas, te diferencias, crees que ya sabes todo lo que necesitas saber, por eso emites un juicio. Al observar atentamente sin estar juzgando mientras observas, conectas mucho más con lo observado, y es cuando realmente puedes conocerlo. Veamos un ejemplo.

Haciendo zapping el otro día me encuentro con una película de 1967 que empezaba en ese momento, "El amor brujo", una historia pasional que transcurre en un campamento gitano. Aunque nunca me ha gustado el flamenco, ni interesado la cultura gitana, incluso reconociendo que, debido a algunos encuentros desagradables con jóvenes delincuentes gitanos cuando yo mismo era muy joven, incluso siento cierto rechazo, esta vez no sigo saltando de cadena, y decido mirar un  rato la cinta. Es festivo, estoy tranquilo, estoy muy consciente y atento, relajado. A los pocos minutos algún pensamiento negativo invade mi mente, al ver los barracones del campamento, las pilas de chatarra y neumáticos, el entorno en el que transcurrirá toda la cinta, pero no atiendo tales pensamientos, los ignoro, y sigo en cambio atendiendo a la película, con la mente abierta, amable, interesada. Observo atentamente la coreografía (es casi casi una película musical), me parece muy bien realizada, escucho los diálogos, las canciones, conecto con los personajes, cruza mi mente algún pensamiento-juicio sobre la inmadurez emocional de esos personajes, pero también dejo de atenderlo, y sigo observando, atendiendo sin juzgar. Me doy cuenta de que estoy disfrutando, y eso que a priori debería haber ocurrido lo contrario. Veo la cinta hasta el final. Ha sido una experiencia nueva, no sólo he disfrutado de la cinta, también he superado mis prejuicios sobre toda una cultura, un pueblo, una forma de vida. Y no digo que apruebe nada, ni apruebo ni desapruebo, lo dejo ser como es.
Esta nueva forma de vivir la realidad, con plena conciencia, también afecta a como nos vivimos a nosotros mismos, a  nuestro propio autoconcepto. Emerge un nuevo yo más profundo, que no está basado en juicios sobre nosotros mismos, ni ideas superficiales sobre nada, no es pensamiento, es vivencia directa, a través de la conciencia directa conectamos con nuestra identidad profunda, sin filtros mentales. Por tanto, no sólo nos permite conocer mejor lo observado a nivel externo, también a nivel interior, al nosotros mismos. Adquirimos una conciencia plena de ser, de simplemente existir, más allá de cualquier etiqueta o conceptualización.

He terminado el taller de relajación, me despido de la gente y subo al coche para volver a casa. Solía poner música o la radio, pero ahora prefiero el silencio. A medida que voy rodando, me conecto con la sensación de rodadura, es agradable, relajante. Atiendo a todas las sensaciones, la de rodar suavemente, mi cuerpo en el asiento, la calidez y comodidad, el paisaje que va desfilando, el silencio. Todas esas buenas sensaciones, las vivo plenamente. Mi mente queda contemplativa, durante los veinte minutos del trayecto ni un solo pensamiento me viene a la mente. Me siento como un punto central de identidad conectado y sensible con absolutamente todo lo que me rodea, conectado a través del foco de mi atención plena. Estoy muy presente en lo que sucede momento a momento, sin divagar mentalmente.
Con la práctica, la atención plena independiente de los pensamientos, y la vivencia de tu identidad más allá de lo percibido, pasa a ser una actitud estable, o como suele decirse, un "estilo de vida". Deja de ser una práctica concreta, y pasa a ser tu vivir habitual. Piensas sólo cuando hay que pensar, y cuando lo haces, no es de forma compulsiva, automática, sino a conciencia, con un motivo claro, definido, lo cual te hace ser mucho más eficiente. Y cuando deja de ser necesario, dejas de pensar. Estás permanentemente consciente de tus sensaciones, conectado a todo lo que te rodea. Y lo haces con amabilidad, con una mente en paz.

Todos nosotros tenemos la capacidad de ser plenamente conscientes, nuestro cerebro está preparado para adquirir esa capacidad, simplemente debemos desear tenerla, trabajar un poco en esa dirección, y en pocos meses nuestro cerebro se reajusta, reforzando ciertas áreas relacionadas con la atención, y soltando otras relacionadas con el pensar involuntario y el preocuparse. No hay ningún misterio en ello, es un regalo que nos corresponde como seres humanos, y está esperando que lo abramos.



dimarts, 17 d’abril del 2018

Reprimir emociones impide tomar las decisiones correctas

¿Justícia ciega? Mmm...
Que las personas somos seres emocionales ya está muy sabido y oído, en cambio que las emociones pueden educarse y gestionarse, es aún relativamente nuevo, sólo hace pocas décadas Goleman publicaba su Inteligencia Emocional, y a pesar de que empiezan a ser habituales los cursos de inteligencia emocional (recientemente vi uno de subvencionado dirigido a trabajadores en activo) y que en las escuelas e institutos se realizan tutorías y actividades relacionadas, lo cierto es que nuestra sociedad en conjunto todavía tiene su inteligencia emocional en niveles muy bajos o nulos. 

La falta de inteligencia emocional conduce a la represión emocional, a la reactividad, al estrés, a las rencillas y enemistades por futesas que pueden prolongarse de por vida, y a otras diversas complicaciones innecesarias. Una reacción emocional típica de la falta de inteligencia emocional es el atacar cuando sientes que te han herido (emocionalmente) o simplemente que pueden hacerlo. Además, la falta de sensibilidad emocional hacia uno mismo imposibilita en buena medida la sensibilidad y empatía hacia los demás. Y esto es lo común en las esferas de la política, del gobierno de la nación, de las finanzas, y de la justicia, o sea, en todos los círculos de poder de la sociedad. Siendo así, es imposible disfrutar de una sociedad del bienestar, cuando falla totalmente en la gestión emocional tanto individual como colectiva.

Hay ejemplos para dar y tomar de las consecuencias de esta falta de gestión inteligente y empática de las emociones; una que últimamente se ha puesto de moda es la tipificación como delito de la emoción del odio. El delito de odio originalmente se creó para la protección a las víctimas o testigos de infracciones penales por motivos racistas, antisemitas u otros referentes e ideología, religión o creencias, orientación sexual, enfermedad o discapacidad y otros hechos discriminatorios; el clima social y político enrarecido en España de estos últimos años de la primera década del siglo XXI ha propiciado que se esté aplicando ese tipo delictivo no ya para proteger a personas de colectivos discriminados por infracciones penales realizadas a posta contra ellas, sino para actuar contra opiniones e incluso contra sentimientos: por ejemplo si en un juicio se le pregunta a usted si odia a la policía, mejor que no se le ocurra decir que así lo siente aunque sea verdad, y aunque no se haya producido ningún hecho delictivo. 

Esta situación es típica de la ausencia de inteligencia emocional: se percibe una situación de peligro que puede desestabilizar al Estado, el miedo a perder el control (emoción de miedo) provoca una reacción de defensa y ataque (emoción de ira ... ¡incluso de odio!) expresada en la forma de represión a esa situación por todos los medios de que dispone el Estado. Poniendo en juego la inteligencia emocional, se podría poner atención a esa situación inicial, con empatía, mirando de gestionarla en vez de caer en el miedo, el ataque y la represión. 

La justicia es la administración de lo que es justo en cada situación, y lo que es justo es actuar de forma equilibrada, ecuánime ( de ahí la balanza de la dama de la justicia). Pero sin inteligencia emocional es imposible ser justo, pues o bien eres víctima de tus reacciones emocionales incontroladas, o bien estás cerrado a tus emociones, caso más frecuente en las profesiones jurídicas, y en otras; de ahí que la dama de la justicia vaya con los ojos tapados, para no enterarse de la situación emocional, para "protegerte" de ellas. Al cerrarte así anulas automáticamente tu empatía hacia las personas que juzgas, pero hay otro factor aún peor: las decisiones racionales necesitan como complemento necesario a las emociones. Por cierto la dama ciega también blande una espada, esa era la imagen de la justicia que ha perdurado por milenios, ciega a emociones, pero castigadora; ya va siendo hora de que la dama se quite la venda y vea la realidad, y deje caer la espada, sustituyéndola por otros instrumentos más modernos.

Hasta hace relativamente poco se creía que las emociones distorsionaban el raciocinio, y de ahí la costumbre de aparcar las emociones para ser un "buen profesional", pero la neurociencia ha descubierto que el conocimiento y el razonamiento solos no son suficientes por lo general para tomar decisiones ventajosas: la emoción cumple un papel crucial en la toma de decisiones. Por ello un juez con baja inteligencia emocional no puede juzgar correctamente, como ningún ser humano podrá. En el caso de la política,  se trata de tomar decisiones, basadas en ideologías, para influir en la sociedad y generar bienestar; un político con un cargo de responsabilidad social no podrá tomar decisiones equilibradas sin tener en cuenta sus emociones y la de los gobernados.

Por tanto es urgente que la educación emocional llegue cuanto antes mejor a las esferas de poder de la sociedad; hasta entonces, seremos gobernados y juzgados por individuos con baja empatía y una capacidad de decisión racional mermada, que además están convencidos de que hay que ser así para decidir correctamente. Son analfabetos emocionales, al menos se comportan así en su trabajo. Y si esta afirmación le parece al lector exagerada, simplemente mire con atención los titulares de las noticias de hoy ... y observe.



dijous, 12 d’abril del 2018

Vivir siempre en positivo es lo natural

Como es sabido somos seres emocionales: nos emocionamos, experimentamos estados emocionales que pueden ser positivos o negativos. Las emociones positivas podemos decir en general que nos afirman como personas, mientras que las negativas nos niegan, porque sentimos que nosotros somos "no válidos", o porque nos sentimos amenazados, o porque sentimos que es nuestro entorno el que no es válido, siempre es una negación de nosotros mismos o de nuestro entorno. 

La Naturaleza, la vida en sí es pura afirmación positiva, es un ciclo continuo de crecimiento/decrecimiento, nacimiento/muerte, de renovación continuada de todo lo que existe. Y en el caso de la vida, así vista en general, hay además una evolución natural funcionando, mejorando las especies. Es por tanto afirmación, renovación, mejora continuada, positividad.  

Paz absoluta natural
Las emociones negativas tienen su lugar en la Naturaleza: son herramientas de supervivencia; cuando un ser vivo está en frente de una amenaza, experimenta la negatividad de la situación, pues esa amenaza puede dañarle de un modo muy real, por ello, surge la emoción negativa, básicamente miedo-huida o ira-ataque, que está plenamente enfocada a solucionar la situación de forma inmediata, sin demora. Una vez superada, la emoción negativa simplemente se apaga y no queda ningún rastro de ella. Las emociones positivas son mucho más suaves, no hay urgencia en ellas, para un animal simplemente es estar en paz y en comunión con su medio ambiente, un estado natural en el que siempre está, excepto en los momentos de peligro.




Negatividad emocional-mental
¿Que pasa con nosotros, los seres humanos? Nuestro arsenal de emociones es muchísimo mayor y más complejo, se han identificado más de 300 emociones distintas, la mayoría negativas. El problema que aún tenemos de forma generalizada es: siendo seres no solo emocionales sino también y sobre todo mentales, nuestras emociones se activan ya no exclusivamente por sucesos de nuestro entorno, sino también pos sucesos de nuestra mente, por nuestros pensamientos y estados mentales, de hecho emociones y mente están estrechamente enlazadas, casi diríamos enredadas, se hace difícil diferenciar donde y cuando empiezan la emoción y el pensamiento relacionado con la emoción ... o la emoción relacionada con el pensamiento. A resultas de esto, se originan estados emocionales-mentales negativos duraderos, que además no tienen porque estar relacionados con la realidad física: la persona puede imaginar que está bajo una amenaza ficticia y obsesionarse con ello, generando estados emocionales de ansiedad y angustia que, a diferencia del reino animal, son de larga duración, no se resuelven con urgencia. Podemos incluso guardar en la memoria estados negativos durante muchos años, quedan a nivel subconsciente situaciones no resueltas en su día, causando malestar larvado, sueños desagradables, reacciones involuntarias exageradas, etc.

No ha sido hasta las últimas décadas del siglo XX que nos hemos dado cuenta de estos hechos, y lentamente estamos tomando conciencia de ello. Proliferan los estudios universitarios y los programas de desarrollo personal dedicados a las emociones y a su gestión inteligente, y seguramente en una o dos generaciones el panorama habrá cambiado sustancialmente. Tal como comenta mi hijo, "creemos que estamos muy adelantados, pero si avanzáramos en el tiempo 500 años, entonces veríamos lo atrasados que realmente estamos", y no se refiere a la tecnología, sino a nosotros mismos como seres humanos. ¿Qué es lo que vendrá? ¿A que nuevo estado nos llevará la evolución? Sigue habiendo multitud de personas que se identifican con sus emociones, por lo cual hablarles de gestionarlas o aún más, de trascenderlas, les suena a imposible e incluso a no deseable, como si les fueras a robar su esencia, creen que las van a perder, que se arriesgan a ser seres sin emociones; nada más lejos de la realidad. Veamos.

Cuando tu nivel de conciencia de tus emociones y estados mentales se hace lo suficientemente estable aprendes (re-aprendes de hecho, el reino animal ya lo "sabe") a usarlas para lo que realmente son: información importante, si es positiva indica que todo está bien, si es negativa indica que alguna cosa hay que solucionar. Y punto. Llegados a este punto de auto-conciencia, el siguiente paso es ser inteligentes: hay que disfrutar las emociones positivas, afirmantes, y hay que hacer alguna cosa con las negativas, dentro de nuestras posibilidades. Es importante remarcar que no siempre podremos "solucionar" las situaciones que producen emociones negativas: si tenemos un diagnóstico de enfermedad terminal y nos queda poco tiempo de vida, muy poca cosa o nada podremos hacer para cambiar la situación; la aceptación significa esto precisamente: darse cuenta de cómo están las cosas sin caer en estados de negatividad emocional-mental que no nos llevan a ninguna solución ... en todo caso, inteligentemente, controlando nuestras emociones y pensamientos, podremos ser positivos y buscar la mejor forma de aprovechar el tiempo que nos queda, en vez de gastarlo sumidos en un estado de ansiedad y depresión. 

Porque de hecho como hemos dicho en el primer párrafo de este post, la vida, la Naturaleza, y nosotros mismos como vida y Naturaleza que también somos, todo ello es esencialmente positivo, es expresión, es renovación y evolución, es aprendizaje y mejora continua. Cuando nos cerramos a esta vida es cuando quedamos enclaustrados en estados negativos. Hace poco leía en un curso a distancia de filosofia Vedanta una afirmación del instructor, decía algo así como "¿Creeis que los seres iluminados, los sabios, carecen de emociones? Pues no. También se enfada, se alegra, como todos los seres humanos". Así es, pero con matices importantes: las emociones negativas en una persona evolucionada duran sólo lo necesario para llamar la atención sobre un evento negativo, ya sea externo o interno, y ese tiempo suele ser muy corto: se detecta la emoción, se la atiende con plena conciencia, y se la suelta, la relajas, como si le dijeras "recibido, gracias, corto".  

La mirada de E.Easwaran 🙏
Por otro lado las emociones positivas, que en la gente que no ha trabajado este aspecto emocional suele pasar poco advertida, se cultivan a voluntad, y se disfrutan a conciencia: cada momento satisfactorio es captado y disfrutado con plena conciencia. Y no nos damos cuenta, pero la vida está absolutamente llena de satisfacciones, momento a momento, porque la vida es positiva en sí misma, tal como hemos dicho. Así pues, el trabajo personal de la vida emocional en la dirección de hacerla consciente y vivirla inteligentemente, no nos priva de ser emocionales, sino que nos hace disfrutar plenamente de las emociones positivas, y reduce al mínimo necesario y conveniente las emociones negativas. El resultado es una sensación continuada de bienestar difícil de describir, mejor probarlo por uno mismo.








dimarts, 10 d’abril del 2018

Elogio de la vida simple, sin prisas, con calma

La educación "lenta"

El mes pasado leí un librito,  Elogi de l’Educació lenta (Elogio de la educación lenta), del que escribí una reseña en mi bloc sobre Educación. La propuesta que hace es desacelerar la educación, ya que aprender es un proceso que lleva su tiempo, no se debería forzar el ritmo, y además hay que tener en cuenta que cada persona tiene su ritmo y sus intereses. Para ello propone sacar algo de importancia al factor competitivo en la Educación, al querer conseguir las mejores calificaciones, al querer tratar amplios currículos, como más amplios mejor. 

Algunas recomendaciones del libro son:


  • Recordar dar tiempo para que la creatividad pueda expresarse
  • Dar sentido a las actividades, el alumnado debe ver su utilidad.
  • Cultivar la paciencia y la perseverancia frente a los problemas y retos.
  • Cultivar la positividad, incluso el sentido del humor, en clase.
  • Enseñar (y también aprender) a disfrutar del momento, de la actividad que se está realizando, sin estar permanentemente condicionado por programaciones, pruebas de evaluación y resultados, evitando comparaciones entre el alumnado y / o entre grupos de alumnos / as.
  • No ser demasiado ambicioso al fijar los objetivos para poder profundizar adecuadamente en ellos.
  • No penalizar los errores, al contrario, considerarlos como una pieza clave del proceso de aprendizaje, y tratarlos como tales.
  • Incluir tiempo para descansar y relajarse, para mover el cuerpo y desconectar del trabajo intelectual.


La educación que proporciona una sociedad está totalmente condicionada por esta, por sus constumbres y modos; por ello, una educación sin prisas, no competitiva, reflexiva, creativa, dificilmente puede darse en una sociedad que funciona exactamente al contrario, con prisas, de forma competitiva, irreflexiva, maquinal. Es un poco como el dilema del huevo y la gallina: educar sin prisas produciria ciudadanos sin prisas, que transformarian la sociedad, pero una sociedad acelerada no apoyará seguramente tal educación, y al revés, una sociedad que respeta los tiempos producirá seguramente una educación acorde, pero, ¿como se llega a tal sociedad tranquila, sin prisas?

Elogio de la vida simple

En otro orden de cosas, residí durante un tiempo en un pequeño piso antiguo; tenía en ese piso el mínimo de cosas, las imprescindibles, nada más. El edificio debe tener como 100 años, aunque el piso está reformado; me recuerda mucho al antiguo piso de mis suegros, en la calle Vallespir de Barcelona, por la distribución (¡al lavabo se accede directamente por el comedor!) y la sencillez, por los muebles de madera como los hacían antes, etc. La diferencia con mi vivienda habitual es grande: en ella hay dos salas de estar, diversas librerias atiborradas de libros, armarios de ropa de verano, de invierno, de ropa de deporte, tres bicicletas, una cinta de correr, tres televisores, ... mientras que en el pequeño y antiguo piso no hay televisor, ni calefacción, ni gas natural, ni librerias, ... ni nadie con quien conversar. Pero no resultó ser ningún problema, me acostumbré a tener pocas cosas, a leer más o escuchar la radio y ver aún menos la televisión de lo que la veía, a acudir a la biblioteca pública, a pasear ... y a estar solo, aprender a estar solo. Es importante aprender a estar solo, o sea, contigo mismo. Y a estar presente todo tu, en soledad, en el aquí-ahora.



Al tener pocas cosas aprendes a aprovecharlas más, a prestarles más atención. La percepción del tiempo también cambia, pues hay menos objetos de distracción. También hay más silencio. Y al poco tiempo conecté con el antiguo estilo de vida de nuestros abuelos, nunca los vi con prisas, no existia el estrés, cuando hacían algo, lo que sea, lo hacían con plena dedicación, se daban el tiempo necesario, y prestaban toda su atención. Y jamás los vi aburridos. Así que redescubrí el placer de ir andando a todas partes, de comer en silencio y frugalmente, de escuchar el silencio, de leer en una biblioteca, de escuchar atentamente la radio después de cenar, hasta tarde, de ese piso casi vacio, más bien fresco, pero immaculadamente limpio, de lo que me encargaba yo mismo, cada sábado por la mañana, una actividad manual, lenta, minuciosa y agradable.

Tensión-distensión, abundancia-parquedad

Pero no es necesario renunciar a la abundancia, ni siquiera a la velocidad, al hacer muchas cosas a la vez. Podemos tomarlo como el ciclo natural de tensar un músculo y después destensarlo para que se recupere; demasiada tensión es dañina, pero demasiada distensión debilita el músculo. Quizá es conveniente para nosotros no caer en los extremos, aprender a balancearnos entre ellos, sumergirnos en la actividad, en la tenencia y disfrute de multiples objetos, pero saber tambien desconectar de todo eso, pues no lo necesitamos para estar bien, recordar que podemos sentirnos muy bien a otro ritmo. Y no me refiero a cogerse unas vacaciones, me refiero a equilibrar nuestro dia a dia, de forma continuada. No se trata de ir a tope 11 meses del año, para descansar, más o menos, un mes, sino de saber vivir de las dos formas: en pleno trajín, y también lentamente, suavemente; en compañia, pero también en soledad; con multitud de pertenencias, con solo lo fundamental. Tanto en una situación como en la otra, nosotros somos los mismos, nuestra identidad no cambia, debemos tenerlo presente.

dijous, 5 d’abril del 2018

La mente y el amor

Nuestros pensamientos, nuestras ideas, dictan nuestro comportamiento.
Suele decirse que somos seres emocionales, que nuestras decisiones son emocionales.
Pero la emoción no puede separarse del pensamiento.
La emoción es la reacción corporal a un pensamiento, a un juicio, a una opinión.
Por ello nuestro esquema mental dirige, filtra, nuestro mundo emocional.

Creo que amar es más que una emoción o un pensamiento.
No hablamos de la acción de amar, de las emociones relacionadas con el amor.
Hablamos del amor, sin más.

La acción de amar, como toda acción, está regulada por la mente; una mente cerrada al amor impedirá amar.

Las emociones relacionadas con el amor, como la admiración, el respeto, el enamoramiento, ... dependen de la mente; una mente cerrada al amor impedirá que se sientan esas emociones.
La mente pues permite o impide amar, abre o cierra la puerta del amor.

He vivido en muchas ocasiones, en demasiadas, situaciones en que las ideas cerraron la puerta al amor, lo ahogaron, e impidieron expresarse. Demasiadas veces ...
Proclamo que no lo voy a permitir más.
Mi mente nunca más me dictará si puedo amar o no, si tal persona es "digna" de amor o no, si yo mismo soy digno de ser amado o no.
Simplemente, la mente no tiene nada que decir al respecto, así que ha de guardar silencio.

La mente solo sirve para escoger inteligentemente el modo de amar, la mejor expresión del amor dependiendo de las circunstancias. Pero nada más, no debe controlar nunca esa fuerza que está más allá de su comprensión.

dilluns, 2 d’abril del 2018

La teoria del fluir (flow): similitudes con mindfulness.

La teoria de la personalidad en flujo con la acción y con la vida (flow) fué desarrollada por Mihaly Csikszentmihalyi (no intenteis pronunciarlo, puede ocasionaros parálisi de lengua) en las últimas décadas del siglo XX, coincidiendo en el tiempo con los principios del mindfulness de Jon Kabat-Zinn. Mientras que mindfulness ha tenido un éxito y un desarrollo práctico espectaculares, la teoria del flujo ha quedado como eso, como una teoria sin demasiada aplicación práctica. No obstante, creo que tienen elementos importantes en común; reconocer los puede ser un primer paso para idear técnicas mejoradas de mindfulness-fluir con la acción. En este artículo divulgativo realizamos un primer acercamiento.

Encontrar la felicidad en la acción

Nuestro vivir es el resultado de muchas interacciones con el medio; muchas de ellas escapan a nuestro control, y reaccionamos a ellas lo mejor que podemos. Y la percepción que tenemos tanto de las circunstancias como de nuestras reacciones conforman el contenido de nuestra conciencia. Se creía que la felicidad se alcanzaba consiguiendo cosas externas, los famosos "salud, dinero y amor", pero desde las últimas décadas del siglo XX esa idea cambió, y se pasó a considerar los contenidos de la conciencia en más detalle. 
Las personas que saben controlar su experiencia interna son capaces de determinar la calidad de sus vidas, eso es lo más cerca que podemos estar de ser felices. 
Eso no significa que buscar conscientemente la felicidad sea la clave, no hay que buscarla por la via directa, sino que llega como efecto secundario de un cierto entrenamiento de la conciencia.

Pregúntese a sí mismo si es feliz, y dejará de serlo.
- John Stuart Mill -
Lo que se necesita es 1º) entender como funciona nuestra conciencia, para después 2º) poder controlar sus contenidos, que en sí son información; cuando esta información está altamente organizada y ordenada, y además la utilizamos activamente para conseguir unos objetivos realistas, o para superar un reto, entonces tenemos el control activo de nuestra conciencia y de nuestra experiencia, que pasa a ser una experiencia óptima, y si realmente nos involucramos totalmente en ella, llegaremos a experimentar el denominado estado de flujo: fluimos en nuestra actividad. 

Actividades placenteras y actividades que disfrutamos

El placer es una sensación de satisfacción que experimentamos cuando las necesidades del cuerpo son cumplimentadas, o bien cuando un deseo es conseguido; descansar, comer, tener sexo, son ejemplos de actividades que pueden proporcionar placeres. Una vez la actividad placentera se acaba, se termina también su efecto, la estructura de la conciencia no cambia, seguimos siendo los mismos. En cambio una actividad con la que disfrutamos pertenece a una categoría distinta: el disfrute exige una atención a lo que estamos haciendo más intensa de lo habitual, y la actividad que disfrutamos puede además ser más o menos placentera, eso es secundario. Podemos disfrutar de una conversación interesante, de la lectura de un libro, o de enfrentarnos a un reto que nos exige activar toda nuestra capacidad, son actividades que nos exigen atención. 

La vida hay que disfrutarla, no es suficiente con sólo experimentar placer de vez en cuando para tener una vida plena; el placer es una fuente de experiencias positivas, pero no nos llena lo suficiente (volveremos a este punto en el siguiente apartado); por ello, lo que necesitamos es aprender a encontrar disfrute en lo que hacemos cada día, consiguiendo entonces, literalmente, disfrutar de la vida. 

Orden versus desorden en la conciencia y en la personalidad

Cuando la información que recibimos entra en conflicto con nuestras metas y deseos pueden surgir emociones negativas que captan nuestra atención, y nuestra conciencia "se llena" de negatividad, desorganizando la personalidad, que es un sistema complejo en un equilibrio delicado, un tipo de equlibrio común a todos los sistemas vivos denominado equilibrio homeostático. La conciencia absorta en emociones negativas, en información que contradice lo que deseamos, rompe ese equilibrio. Se hace necesario recuperarlo, y hay diversas estrategias para ello, estrategias de afronamiento de las dificultades, que van desde de hecho no afrontarlo, sino inhibirse, cerrarse a la experiencia, hasta en el otro extremo convertir la dificultad en una oportunidad de crecimiento personal; en este último caso la personalidad sale reforzada, el sistema biológico se vuelve más capaz, como cuando el sistema inmunológico aprende a rechazar un virus: la persona se vuelve más capaz, y su personalidad, más compleja, más madura y evolucionada. Otras formas de afrontamiento y de recuperación del equilibrio es recurrir a las experiencias homeostáticas, reconstituyentes de la estabilidad física y psíquica como dormir bien, tener una buena comida, u otras experiencias gratificantes; estas estrategia no obstante no nos hacen crecer, ayudan a recuperarse, pero seguimos siendo los mismos, incluso puede ser que renunciemos a madurar y nos conformemos con que el placer superficial, siempre temporal, sea la única fuente de satisfacción y equilibrio en nuestras vidas.

Poner atención plena en la acción como medio de reorganizar la conciencia

Cuando nos involucramos totalmente en lo que estamos haciendo, toda la atención está en la acción, y es retirada de nuestros pensamientos; como consecuencia, nos fundimos con la acción, dejamos de ser conscientes de ser seres separados de la acción que llevamos a cabo. En la teoria del flujo, para que esto sea efectivo se supone que la acción debe de cumplir algunos requisitos, como por ejemplo ser lo suficintemente compleja para exigir nuestra atención;  en cambio en mindfulness la persona se entrena en prestar atención incluso a activitades triviales, como pasear o lavar los platos. El flujo busca la acción absorbente de por sí que tiene una meta definida, como la del jugador de ajedrez, o la del pintor, mientras que mindfulness busca ser capaz de involucrar la atención a voluntad en la acción escogida sin más.

El elemento común en los dos sistemas, el flujo y muindfulness, es esta atención apartada de los pensamientos personales, la fusión de la conciencia con la acción. Tal conciencia enfocada no atiende a frustraciones personales, a deseos insatisfechos, a emociones negativas, no está por todo eso, nos olvidamos de pensar en nosotros mismos, y paradójicamente nos permite expandir nuestra personalidad, trascender sus límites: seguimos siendo alguien que está haciendo algo con plena conciencia, sin necesidad de estar pensando en nosotros todo el tiempo. 

Salir reforzado de las situaciones difíciles

En un estudio efectuado con personas que sobrevivieron a condiciones extremadamente duras, como prisioneros en campos de concentración, se identificó una condición psicológica común: sus egos parecian estar ausentes, en el sentido de que no se veian como seres en un entorno hostil con el que se enfrentaban, más bien intentaban encontrar una forma de armonizarse con ese entorno, de funcionar todo lo bien que pudieran en él. Esta actitud en la teoria del flujo es parte fundamental, como ya se ha comentado, y en mindfulness está relacionado también con una de sus características básicas: la aceptación de lo que está sucediendo; en efecto, la no aceptación implica un luchar contra ello, y eso impide fluir con ello, mientras que la aceptación es requisito para integrarte en lo que sucede, y desde ahí, hacer todo lo posible para funcionar bien a pesar de las dificultades. El concepto de aceptación de mindfulness es frecuentemente mal entendido para los principiantes, es posible que la presentación que se hace en la teoria del flujo sea más conveniente.