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divendres, 29 d’abril del 2016

Individualidad, meditación, mindfulness, auto-realización

Individualidad

La evolución de las especies ha dotado a la nuestra, la especie humana, de la cualidad de desarrollar un sentido de individualidad, de ser alguien separado del resto de nuestro entorno. A nivel fisiológico esta capacidad se relaciona con la región del cerebro llamada neocortex, que también tienen todos los mamíferos, pero en nuestra especie esta especialmente desarrollada.

Desde que nacemos ya tenemos un potencial de individualización, de ser "alguien" separados del mundo externo. A medida que la persona se desarrolla físicamente desde la niñez, adolescencia, hasta llegar a la edad adulta, se va formando la personalidad, un constructo psicológico. Entonces el potencial innato de individualización utiliza la personalidad para crear la ilusión de la existencia de un individuo separado, autónomo, un individuo frente al medio externo. Decimos ilusión porque la personalidad es un entramado más o menos inestable de ideas y recuerdos: la persona no es realmente su personalidad, sino que tiene una personalidad. Claro que aquí hay una cierta contradicción de términos: "persona" proviene del griego próposon, y se refería a la máscara que llevaban los actores del teatro dramático griego; claramente esta máscara conforma cómo el actor se muestra en la obra, la persona es la máscara, la personalidad, su actuación.

Personas: máscaras del teatro griego

Pero lo que realmente nos hace individuales no es la personalidad, sino la capacidad de ser individuos; somos individuos en tanto que tenemos la capacidad de serlo, la personalidad se construye, y se renueva día a día, como expresión de esa capacidad innata.

Meditación en la capacidad de individualidad 

La mente tiene, entre sus muchas maravillosas cualidades, una especialmente curiosa: es capaz de observarse a sí misma, como en un espejo, usando la funcionalidad que llamamos atención, la capacidad de enfocar la mente en un objeto, ya sea físico ya sea mental. La atención normalmente está o bien atendiendo a nuestros pensamientos o bien al exterior si estamos realizando una actividad que así lo requiere. Pero puede entrenarse para atender a la propia mente, profundizando más allá de la personalidad, hasta alcanzar el fondo de la mente.

Para una persona "estándar", esto es, muy ocupada con la interminable lista de ocupaciones, preocupaciones (pre-ocupación: ocuparse con anterioridad, con anticipación), problemas, etc., desviar la atención de los pensamientos puede ser difícil. Es por ello que el primer paso ha de ser calmar la mente, dejarla relajarse, pero sin perder la atención; de esta forma liberamos la atención de sus ataduras. Hay muchos métodos útiles para alcanzar este primer estadio, no nos detendremos en ellos, sólo mencionaremos uno de los más antiguos y efectivos, además de simples: la respiración abdominal consciente, en la que enfocamos la atención en el proceso de respiración, que ha de ser lenta y relajante. 

Mindfulness

Si conseguimos cierta habilidad en detener la mente y así y todo mantenemos la atención activa, sin caer en somnolencias, estamos preparados para empezar con el siguiente estadio más avanzado: dirigir la atención hacia el fondo de la mente, buscando conectar con nuestra potencialidad de individualización, tratando de "verla" con nuestra atención, de vivirla en directo, sin intermediarios. Es un proceso que puede durar meses o años, pero a nuestro favor tenemos que esa posibilidad existe, y así ha sido informado por innumerables testimonios. 

Incluso sin completar completamente la conexión atención-individualidad profunda, la práctica ya produce efectos notables. Al entrenar de tal forma la atención, ésta se potencia de tal modo que podemos dirigir, o dejar de dirigir, su foco a voluntad, independientemente de los pensamientos o sucesos externos. Cuando somos capaces de dirigir la atención a voluntad, podemos estar atentos a cualquier cosa, interior o exterior, sin pensar en ello: es el estado denominado mindfulness. Actualmente hay mucha literatura acerca de mindfulness, y se habla de meditación mindfulness, pero realmente mindfulness (atención plena) es un estado de la persona, no una meditación: se puede acceder al estado de mindfulness mediante cualquier técnica de meditación, una vez se ha trabajado lo suficiente. Tampoco expondremos aquí los beneficios de tal estado, pues como ya hemos comentado hay numerosísima literatura al respecto. Mindfulness también se ha descrito como un fin, como una meta, pero de hecho sostengo que es meramente un paso intermedio en el proceso del auto-conocimiento y la auto-realización, un estado que ha de conseguirse antes de acceder a niveles más profundos de auto-conocimiento.

Conectando con el Yo profundo: auto-realización

Si la persona realmente tiene una necesidad imperiosa de saber, de conocerse a sí mismo hasta las últimas consecuencias, se puede seguir trabajando, profundizando la atención, buscando el origen del individuo, buscando vivir, sentir, sólo la capacidad pura de ser alguien, más allá de ningún contenido intelectual. Es un proceso muy curioso, pues como hemos comentado es la propia mente la que dirige su foco de atención más allá de ningún objeto, ya sea físico o mental. A priori parece una contradicción que la mente sea capaz de conocer una potencialidad primaria que no se relaciona con nada, pero con entrenamiento y constancia puede alcanzarse la meta, y así lo han hecho numerosos buscadores de la verdad, de diversas tradiciones. 

Esa capacidad de ser alguien es de por sí un Yo en potencia, pero un Yo que no se apoya en nada, un Yo creador, que a partir de las experiencias de la vida se rodea de una personalidad a través de la cual se expresa. Pero el Yo interior no es su expresión, no es ninguna expresión, es pura "yoidad". 


Efectos de la auto-realización
Cuando la mente conecta con este Yo potencial, progresivamente la persona se da cuenta, conoce, que ella es alguien independientemente de las circunstancias externas, no necesita identificarse con nada exterior para ser alguien. De hecho, absolutamente todo lo que existe pasa a ser externo al Yo: la persona se centra en el Yo profundo, y desde ahí "ve" su mundo interior y el mundo exterior. Como consecuencia, se experimenta una libertad absoluta de pensamiento y acción, pues al no identificarse con nada se logra independencia de todo. Además, eres alguien, y ese alguien es indestructible, pase lo que pase: se consigue una estabilidad mental y emocional fuera de lo común. La mente está calmada siempre, no sólo durante los minutos diarios de meditación; como consecuencia también las emociones son suaves y positivas, no caben emociones negativas en una mente calmada y una atención entrenada. No hay miedos, desaparecen, pues la persona ha realizado que es alguien indestructible, más allá de su cuerpo y mente.

diumenge, 24 d’abril del 2016

El camino del conocimiento

Mente y Deseos

De acuerdo con los antiguos Vedas, tenemos un alma, y ​​el alma tiene cuatro tipos de deseos distintos. El primero es el dharma, el deseo de ser plenamente lo que estamos destinados a ser, el deseo de alcanzar nuestro más alto estado de bienestar,  de cumplir nuestro destino. El segundo deseo es artha, el deseo de los medios materiales (dinero, salud, ...) necesarios para cumplir con nuestro dharma. El tercer deseo es kama, el deseo de placer en cualquiera de las formas. El cuarto es moksha, el deseo de ser libre de las cargas del mundo, experimentando el espíritu, para lograr la paz y un estado que dure más allá del alcance de los otros tres deseos.

Cuanto más separados de la totalidad nos sentimos, más egoístas serán nuestros deseos. Nuestro conocimiento del mundo depende de nuestra mente (manas), y también el cumplimiento de nuestros deseos; cuando la mente está dedicada exclusivamente a satisfacer los deseos egoístas, el conocimiento es del tipo más bajo, de hecho, en la tradición se identifica con la ignorancia. Una de las escuelas de yoga clásico, Jnana Yoga, pretende desarrollar el más alto y verdadero conocimiento. Se dice que es el camino adecuado para personas intelectuales. En la gente común la mente está tan dedicada a satisfacer los deseos egoístas que los pensamientos se enredan con ellos, formando un lío intrincado llamado kama-manas, "deseo-mente", muy difícil de desenredar.

Un cuento corto

Había una vez, en la parte india de la región de Punjab, un  prometedor joven profesor de la Universidad, realizando su etapa post-doctoral: Harmanpreet, que era a la vez un hombre muy inteligente, pero también un seguidor de las tradiciones hindúes antiguas, meditando todos los días durante largas horas y también leyendo libros espirituales. Por otra parte, tenía un cierto temperamento místico, de forma que podía sentir la alegría profunda y también el dolor muy profundamente, quizá más profundamente que la persona promedio, ya que era más sensible e inteligente. Harmanpreet también era un hombre enamoradizo, es decir, firmemente predispuesto al amor romántico, considerado por él la más alta forma de amor mientras estamos en el mundo. Se había enamorado varias veces desde su adolescencia, pero nada serio.

Fue el primer año en la Universidad de Advita, una chica que pertenece a la casta baja hindú llamada Shudra. Su familia era muy conservadora, pero también tenían una ambición fuerte, una voluntad de ser respetados a pesar de su casta; el padre era un respetado empresario, y quería que todos sus hijos y también sus hijas  tuvieran una carrera y un buen trabajo. En la tradición hindú Advita estaba empezando a ser casadera, por lo que sus padres comenzaron a pensar en buscarle marido, según la tradición hindú, a pesar de que Advita no estaba interesada en absoluto en el tema, después de todo ella tenía sólo diecinueve años.

Sucedió que Advita se sintió atraída por Harmanpreet, uno de sus profesores; él era tan educado, amable e inteligente ... Pronto lo buscó  en Facebook y le  pidió amistad. Harmanpreet dudó un poco, no es usual tal caso, un estudiante pidiendo la amistad con el maestro, pero al final aceptó, ¿por qué no?. A la noche siguiente, después de la cena, mientras que Harmanpreet estaba trabajando en su portátil, Advita abrió un chat con él, y empezó preguntanto acerca de algunos temas académicos, pero la charla se prolongó durante dos horas; los dos jóvenes hablaron y compartieron música, viajes, películas, etc, etc.  Cuando el chat había terminado, Harmanpreet sintió una suave pero a la vez intensa excitación, una sensación de felicidad, había sido un muy buen chat. Las próximas semanas estas charlas se hicieron comunes, fortaleciendo la nueva amistad. Poco a poco, casi sin darse cuenta, este tipo de charlas se convirtieron en los momentos más deseados del día. En el aula mantuvieron su compostura, se saludaban con una sonrisa, nada más.

Por fin Harmanpreet notó que estaba profundamente enamorado de Advita, un amor fuerte y más profundo que cualquier otro que hubiera experimentado antes, por lo que comenzó a hacer planes: se imaginó que se presentaba a sus conservadores padres, que seguro que serían felices con el acontecimiento pues  Harmanpreet era un prometedor profesor; también imaginó una vida feliz y llena de dicha junto a Advita. Pero cuando el joven abrió su corazón a Advita, empezaron los problemas: sus padres nunca la dejarían casarse con alguien que no eligieran ellos de acuerdo con la familia, lo considerarían una afrenta; aún más, los jóvenes era de diferentes castas: Harmanpreet era un brahmán, la casta superior, mientras que Advita era una shudra, casta baja, y los padres de Advita estaba en contra de los matrimonios mixtos de casta. Estando Advita educada en la obediencia y el respeto a sus mayores, y también considerando que la familia es lo más importante en la vida, se cerró totalmente a tener planes con Harmanpreet.

Así que  Advita comenzó a evitar a Harmanpreet, los chats habían terminado, ni siquiera lo saludaba en la clase, haciendo caso omiso de él, a pesar de que ella también lo amaba. Cuando Harmanpreet aceptaba el curso de las cosas, haciendo también caso omiso de ella, entonces la chica se sentía estúpida por echar a perder la amistad con él, y buscaba su mirada con su mejor sonrisa, tratando de mantener la amistad, con lo cual Harmanpreet recuperaba la esperanza, tratando de ir más lejos, causando de nuevo la reacción de Advita, que se cerraba de nuevo. Como un péndulo tal ciclo pasó y pasó diversas veces, causando mucho sufrimiento a Harmanpreet, que incluso en alguna ocasión llegó a enfermar, cayendo en un estado febril.

Harmanpreet empezó a meditar en su situación, reflexionando, contemplando la situación, en busca de alivio. Mientras meditaba, experto como era en ese arte, detenía su mente y simplemente contemplaba los hechos en un estado de pura atención plena. Un día estaba contemplando este hecho: "cuando intento acercarme a ella, movido por mi fuerte deseo por ella, ella se aleja, y cuando relajo mi deseo, sin esperar nada de ella, entonces ella vuelve, y me brinda de nuevo su preciada amistad". De repente tuvo una iluminación súbita:  "el deseo egoísta de tenerla conmigo realmente no es amor, por el contrario, mi deseo impide su amor" y, al mismo tiempo, notó una extraña sensación interior de dejar ir algo, alguna cosa en su interior se iba, se disolvía. En ese mismo momento se disolvió el anhelo de un amor romántico, porque se dió cuenta de que el amor apasionado no era la más alta clase de amor, de hecho, el amor más elevado es el que es sin ataduras, cuando somos capaces de dar sin esperar nada a cambio: el amor verdadero es lo que queda cuando termina la pasión egoísta. Y Harmanpreet dejó de sufrir, entrando en un estado de paz y amor.


Conocimiento superior

El deseo que había sentido Harmanpreet había sido de hecho muy fuerte, ya que cubría los cuatro deseos védicos; de ahí su fuerte sufrimiento. En efecto,  experimentó dharma, el deseo de alcanzar su más alto estado de bienestar y cumplir su destino, pensando que Advita era su bienestar y su destino; también experimentó artha, el deseo de los medios materiales, pensando que Advita era el medio; evidentemente, también experimentó kama, el deseo en la mente de placer, y hasta cierto punto también experimentó moksha, el deseo de experimentar el espíritu, para lograr una paz duradera, imaginando que iba a sentir la más alta clase de amor posible a través de Advita. Después de la iluminación, tales deseos se liberaron de la mente, el enredo kama-manas se había roto. Harmanpreet ahora solo quiere lo mejor para Advita, también lo mejor para todas las personas en todo; él mismo sabía que tenía puro amor en su corazón, el que había estado buscando ya lo tenía en su interior, y ahora simplemente aprovechaba cualquier oportunidad para  compartirlo con cualquiera, sin expectativas, sin condiciones. Tal estado es felicidad pura. Harmanpreet se había convertido en un yogui Jnana, el que tiene el mayor conocimiento sobre la vida y el amor.