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dijous, 24 de desembre del 2015

¿Quienes somos realmente? ¿Emociones, estados mentales, personalidad?

Mente emocional y mente racional

La ciencia sabe desde hace algún tiempo que las emociones se gestan a menudo fuera del control de la mente consciente, en el área del cerebro llamada amígdala, una especie de "cerebro emocional" independiente. 

Había un cerebro emocional antes que un cerebro racional. - David Goleman,  Emotional Intelligence pg. 16
Es posible entonces que, dada una situación, o una elección que tenemos que hacer, suceda que a nuestro cerebro racional no le guste la elección del cerebro emocional; ¿a quien seguiremos? ¿quienes somos nosotros? Desde el momento que hay alguien que observa dos "consejos" o impulsos distintos, el emocional y el racional, y debe decidir por quien dejarse llevar, la respuesta lógica parece ser: no somos ninguno de ellos, ni la mente racional ni la emocional, somos "alguien" que se deja llevar por ellos. En nuestro estado actual de evolución, como especie humana, no tenemos aún una conciencia clara de quien somos más allá de la mente, así que nos identificamos a veces con las decisiones emocionales, a veces con las racionales; como estas dos no siempre coinciden, a menudo nos comportamos y sentimos como "desdoblados". 

¿Y quien es ese alguien más allá de la mente?

"...se manifiesta a sí mismo como una corriente paralela de conciencia, que se cierne encima o al lado de lo que está ocurriendo, en vez de estar inmersa y perdida en ello. - David Goleman, Emotional Intelligence pg. 47
Según Goleman, somos (o podemos llegar a ser) conciencia independizada de lo que sucede en nuestro entorno y en nuestra mente. Este distanciamiento nos proporciona una nueva identidad, ya no nos sentimos "desdoblados" entre identidades emocionales y racionales.Una afirmación sorprendente, pero no nueva, sino muy antigua; ya había sido enunciada milenios atrás en diversas tradiciones espirituales. Por ejemplo, si Buda estuviera entre nosotros, podría haberle dicho a Goleman: "te lo dije" (aunque probablemente no lo haría). 

¿Quienes creemos que somos?

"Un rey escuchó el sonido de un laúd y quedó encantado por él, así que ordenó que le trajeran ese sonido. Los sirvientes le llevaron el laúd, no el sonido, y tuvieron que explicarle al rey que el sonido no tiene una existencia independiente, sino que es creado por los elementos separados de cuerdas, caja y arco actuando simultáneamente, Exactamente como el rey no puede encontrar el sonido del laúd, nosotros no podemos encontrar nuestro yo." - Buda, Samyutta Nikaya
Habitualmente nos confundimos con nuestra personalidad, la cual se crea de forma dinámica, instante a instante, por la acción simultánea del cuerpo, percepciones, reacciones emocionales, pensamientos racionales basados en la memoria de experiencias pasadas, y dándole unidad a todo este tinglado, la conciencia. Como en el laúd, la personalidad no existe independientemente de sus factores. 

Meditación de la atención

"Debemos ser capaces de dejar que las cosas aparezcan en la psique. Para nosotros, éste es un arte del cual la mayoría de la gente no sabe nada. Solemos interferir, ayudando, corrigiendo o negando, sin dejar que el proceso psíquico se desarrolle en paz". - Carl Jung, The Secret of the Golden Flower, 1962, pg. 93
Parece que Jung hable de una mente que no interfiere ni reacciona con los contenidos de la conciencia, una idea que nos recuerda mucho a la definición moderna de Mindfulness: cuando simplemente observamos, se produce un resultado profundamente terapéutico, una relajación en la experiencia del momento presente, y un cesar de intentar controlarlo todo. Nos damos cuenta de que si dejamos de luchar por tener el control, el mundo no se desintegra, aceptamos las condiciones de la vida, y encontramos una nueva fuente de satisfacción. 

Elementos que definen el estado de plena atención - Mindfulness - según Jon Kabat-Zinn


Entrenando la atención que no interfiere, no destruimos nuestro ego, más bien aprendemos a "ver a través de él", ya no nos lo tomamos tan en serio, obtenemos una "auto-liberación". 

La meditación de la atención nos permite descondicionarnos, nos vuelve capaces de rechazar o al menos debilitar reacciones compulsivas, automáticas, a los estímulos, que en caso de dejarnos llevar por ellas podrían dañar a otros y/o a nosotros mismos.

"Las tradiciones meditativas continúan allí donde el psicoanálisis termina ... cortamos las raíces de la reacción ... Eso elimina mucho sufrimiento. Entonces te conviertes en maestro de tu propia mente y experiencia".  - Daniel Brown, MindScience: An East West Dialogue, Boston, Wisdom Publications, 1991, pg. 101.

La importancia de identificar las emociones cuando se producen

Claro que, una cosa es observar desapegadamente nuestra mente mientras meditamos en un lugar especialmente elegido para ello, sin nada ni nadie que nos perturbe, rodeados de paz, y otra muy distinta es observar sin interferir lo que ocurre cuando estamos en plena acción y las cosas no suceden como teníamos previsto. Una de las emociones más poderosas es la ira; viene a nosotros como reacción a algo que no nos gusta, puede ser una injusticia, alguien que nos trate de forma inadecuada según nuestro modo de ver, o simplemente algo que sucede y nos perjudica. Es peligrosa porque capta de nosotros mucha energía, que tiene por objeto combatir, luchar, destruir lo que nos ha perturbado. Además,

"La ira y el miedo son las dos emociones que impulsivamente exigen una respuesta más urgente. Ante estas dos emociones hay una impaciencia por actuar." - Rafael Bisquerra, Universo de Emociones, pg. 79
Esta impaciencia por actuar puede llevarnos a realizar acciones dañinas; incluso si llevamos años meditando, la gran energía captada por esta emoción y la velocidad con la que actúa puede superarnos. ¿Cómo lograr ser un maestro en la regulación de la ira? Cada vez que nos suceda, una vez pasado el episodio, hay que repasar los acontecimientos, y darse cuenta a posteriori de que hemos estado dominados por la ira. Con el tiempo, nuestro reconocimiento de esta emoción mejorará, hasta que llegará un dia en que seamos tan rápidos que ya no nos pillará por sorpresa, la reconoceremos en cuando llegue; en ese momento seremos capaces de dejarnos llevar por ella, si lo consideramos conveniente, o de dejarla pasar, en otras palabras, seremos libres de actuar como mejor nos parezca, no estaremos condicionados.

Hay que tener en cuenta que frecuentemente hay episodios de ira de baja intensidad, que pueden pasar fácilmente desapercibidos. ¿Te sientes tenso? ¿enojado? ?impaciente? ¿displicente? ¿desafectado? Todos estos estados pueden estar relacionados con la ira más o menos encubierta. Es importante estar atento a cualquier estado emocional negativo, para aprender a reconocerlo y etiquetarlo: "reconozco que estoy impaciente ... mi mente está impaciente ... mi estado mental actual es de impaciencia ...". 

Hacer breves momentos de atención plena durante el dia

Otra posibilidad para entrenar la atención durante la acción es realizar breves descansos periódicos de lo que estamos haciendo y en ese breve instante, pueden ser sólo unos segundos, prestar atención plena, puede ser a nuestro cuerpo, a nuestras emociones en ese momento o a los pensamientos. Incluso hay diversas aplicaciones para móviles que nos pueden ayudar; por ejemplo, hay una de gratuita que nos recuerda de hacer una parada de unos segundos, y además lo hace con el hermoso sonido de un cuenco tibetano: Mindfulness Bell.




 



diumenge, 13 de desembre del 2015

Diferencia entre sentirse atraído y querer

Parte del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/):
las constelaciones del deseo y admiración-enamoramiento, dentro de la "galaxia" del amor


Ayer aprendí a diferenciar dos emociones que anteriormente creía que no podían concebirse por separado: la atracción por algo o alguien y el querer eso o ese alguien. Precisamente estaba experimentado esas emociones cuando, por casualidad (aunque ya no creo en las casualidades, es sólo una forma de hablar), me fijé en el póster del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/) que teníamos en el aula, vi que esas dos "estrellas" se ubican en constelaciones diferentes, por lo tanto, no forzosamente una lleva a la otra. Claro que, ambas pertenecen a la "galaxia" del amor, de ahí que pueden confundirse una con otra si no hacemos el esfuerzo de discriminar entre ellas.

La atracción es una emoción que se activa cuando acontece que, a través de nuestros sentidos, se nos presenta algo o alguien con un atractivo para nosotros. Este atractivo puede ser consciente (sabemos las características concretas que nos atraen), inconsciente (no sabemos que es exactamente lo que nos atrae, ¡pero lo hace!) o parte consciente y parte inconsciente. Usando terminología astronómica, diría que la atracción es una estrella de 3ª magnitud en una clasificación como esta: 1ª magnitud: el amor, centro de la galaxia, 2ª magnitud: deseo, ternura, enamoramiento, etc, todas ellas centro de constelaciones, a partir de ahí, según el tamaño visible en el póster, tenemos 3ª, 4ª etc. La atracción se relaciona directamente, o sea que puede llevar, a el enamoramiento, estrella emocional de 2ª magnitud. 

El querer es otra emoción de magnitud menor, diría que de 4ª, que no está relacionada directamente con ninguna otra estrella emocional, aunque pertenece a la constelación del deseo. La interpretación que hago de esta no-relación y menor magnitud del querer es que esta emoción está más subordinada que las otras a la mente consciente, racional: ha de generarse una idea de querencia, alimentada por el deseo. En cambio como hemos dicho anteriormente la atracción puede tener un fuerte componente irracional, inconsciente. 

Así pues, es posible estar sintiendo una atracción, que incluso puede ser fuerte, sin estar queriendo aquello, por ejemplo por que hay motivos racionales para no quererlo: la mente no entra en el juego, no se enciende el deseo, no se genera la voluntad para obtenerlo. Lo curioso es que, estando la atracción vinculada directamente con el enamoramiento, en principio es posible que el sentimiento de atracción lleve a un enamoramiento ... sin querencia, algo así como un enamoramiento platónico. De todas formas no olvidemos que estamos en la galaxia del amor, donde todo es posible, y quizás esa atracción sea capaz de llevarnos directamente al mismo centro de la galaxia a través del enamoramiento, y generar puro amor.

dilluns, 7 de desembre del 2015

divendres, 4 de desembre del 2015

Pensar en libertad

¿A quién no le gustaría ser capaz de manejar las dificultades de la vida con maestría, haciendo lo más correcto, sin quedar afectado por ellas? Es un tema muy antiguo: ¿podemos controlar nuestro destino? ¿O viene todo predestinado, y no tenemos posibilidades de participar?

La respuesta de Buda, hecha muchos siglos atrás, es:
  
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Es una afirmación simple, pero con consecuencias profundas. Si nuestros pensamientos son automáticos, si simplemente reaccionamos a los acontecimientos, entonces no tenemos libertad de elección. Pero si podemos escoger nuestras respuestas, entonces seremos maestros en la vida, en vivir. Debido a que hemos ejercitado poco nuestro control sobre los pensamientos, frecuentemente nuestras respuestas son simples reacciones, sin libertad. Debido a este hecho, podemos enunciar una consecuencia del pensamiento de Buda:

Decimos que pensamos nuestros pensamientos, pero más bien nuestros pensamientos nos piensan a nosotros.
Nuestra falta de control mental nos lleva a decir cosas como:
  • Me gustaría dejar de pensar en ... pero no puedo
  • Desearía poder dejar de ansiar tal cosa
  • Querría dejar de actuar como un autómata delante de esa persona, o de esa situación
  • Me gustaría poder cambiar mi forma de comportarme
  • etc.
Nuestra mente, no observada y funcionando sin control, se puede comparar a un televisor que se enciende sólo; estamos frente a él, leyendo un libro o quizá hablando con un amigo, cuando de repente se enciende, e inmediatamente llama nuestra atención. Quizá nuestro amigo nos sigue hablando, pero le escuchamos a medias, o nada en absoluto: el televisor acapara nuestra atención. Después, de repente el televisor cambia de canal, una y otra vez, y nosotros lo aceptamos, no tenemos el control. Vemos lo que nos presenta, sea lo que sea.

Este es exactamente el comportamiento de la mente no entrenada, saltando de un tema a otro sin control, y captando nuestra atención. ¿Es posible cambiar este comportamiento? ¿Podemos controlar lo que pensamos, y prestar atención al pensamiento sólo cuando merezca la pena hacerlo? Pocas personas, relativamente hablando, son capaces. Y sin embargo se puede, y está al alcance de muchos. Así como son necesarias muchas horas de practica y esfuerzo para tocar un instrumento de cuerda, que no es otra cosa que entrenar las manos y para realizar ciertos movimientos coordinados con el oído, también para entrenar una mente acostumbrada a años de comportamiento disfuncional serna necesarias muchas horas de práctica, per está al alcance de cualquiera que le dedique el esfuerzo.

En el primer caso, horas de práctica con un instrumento de cuerda, llegaremos a ser capaces de producir música con nuestras manos, lo que no es poca cosa. En el segundo caso, horas de práctica con nuestra mente, seremos capaces de pensar con libertad, y de elegir sabiamente cada una de nuestras respuestas a los acontecimientos. Seremos seres humanos.

Basado en el libro Conquest of Mind, de Eknath Easwaran