Idiomes | Idiomas | Languages

dilluns, 6 de maig del 2019

La práctica de la conciencia plena es transformante

La práctica de conciencia plena es transformante, pero hay resistencias al cambio

Es de lo más frecuente, para los que nos dedicamos a impartir talleres y cursos prácticos de relajación y de mindfulness, a encontrarnos con muchas personas, de hecho la mayoría de los asistentes, que a pesar de encontrar placenteras e incluso reveladoras las prácticas que se realizan, confiesan no ser capaces de decidir dedicar un tiempo a la práctica diaria, más allá del que dedican durante el taller; dicen que no tienen  tiempo, cuando en realidad todos podemos reservar 10 minutos al día por muy ocupados que estemos; o también dicen que simplemente no piensan en ello, etc.  A pesar de que se les insista que la práctica diaria, mantenida de forma constante durante algunas semanas, es fundamental para que los beneficios asociados a la práctica se consoliden, se hagan suyos, y teniendo constancia directa de esos beneficios pues durante el taller experimentan relajación, bienestar e incluso silencio mental, así y todo se ven incapaces de decidir incorporar unos minutos a la práctica personal en su día a día.
En consecuencia para la mayoría de personas que asisten a cursos, el resultado final es haber tenido un contacto agradable con la práctica de mindfulness, pero que no modifica en nada, o en muy poco, la vida de la persona. La verdadera práctica de mindfulness es transformante, transforma a la persona; si no es así, es que sólo estamos tocando la superficie, como si nos apuntáramos a clases de piano para sólo tocar con dos dedos las piezas más simples, o como si nos matriculáramos en la Universidad sólo para saber qué es la Universidad, sin estudiar de verdad ninguna asignatura.

A profound transformation
En palabras de Jon Kabat-Zinn (transcrito del vídeo original en ingles):

"Our attempts to identify and solve our problems will usually be thwarted by our own prejudices and preconceptions. Our doubts about our own abilities then become self-fulfilling prophecies. They can come to dominate our lives and in this way we effectively make our own limitations through our own thought processes.

You can get a closer look at this process on a day-to-day level by being mindful of your own inner dialogue and beliefs and how they affect what you wind up doing in certain situations.

Unless we are practicing mindfulness we rarely observe our inner dialogue with any detachment and ponder its validity especially when it concerns our thoughts and beliefs about ourselves. (...)
What we mean above all is that they are undergoing a profound transformation of you; this transformation is brought about by the encounter with one's own wholeness catalyzed by the meditation practice itself."
"Nuestros intentos de identificar y resolver nuestros problemas generalmente se verán frustrados por nuestros propios prejuicios y preconcepciones. Nuestras dudas sobre nuestras propias habilidades se convierten en profecías auto-cumplidas. Pueden llegar a dominar nuestras vidas y, de esta manera, creamos nuestras propias limitaciones a través de nuestros propios procesos de pensamiento.
Podemos observar de cerca este proceso en un nivel cotidiano haciéndonos conscientes de nuestro propio diálogo y creencias interiores, y de cómo afectan a lo que terminamos haciendo en determinadas situaciones."
A menos que estemos practicando la atención plena, raramente observaremos nuestro diálogo interno con cierto desapego ni ponderaremos su validez, especialmente cuando se trata de nuestros pensamientos y creencias sobre nosotros mismos.
Lo que queremos decir sobre todo es que están sufriendo una profunda transformación de ustedes; esta transformación es provocada por el encuentro con la propia totalidad catalizada por la práctica de la meditación misma.
A menos que la persona esté determinada a cambiarse a sí misma, en general las resistencias psicológicas impedirán que la transformación personal tenga lugar. Es como el pez que se muerde la cola: las propias creencias sobre lo que somos y de lo que somos capaces nos limitan, la práctica de mindfulness puede aflojar esa limitación, pero nuestras creencias, manifestadas como resistencia al cambio, en el fondo como miedo a lo desconocido, nos impiden cambiar.

También pueden aparecer resistencias no basadas en el miedo a la transformación, sino en las inercias: la persona sigue obrando como siempre, haciendo lo de siempre, sin ser capaz de variar su rutina habitual para introducir el nuevo elemento que es la práctica de la atención plena, por simple inercia.

Etapas de todo proceso de transformación personal

Siguiendo a A. Blay, un psicólogo que creó su propia línea de trabajo para la transformación y crecimiento personal, para transformar nuestra personalidad a pesar de las resistencias internas, debemos pasar por las siguientes etapas de cambio, aceptación e integración:
  1. Percepción de la posibilidad de cambio, de nuevas perspectivas
  2. Tomar conciencia de ello
  3. Asumirlo
  4. Actuar en consecuencia de lo asumido
  5. Ser eso, serlo.
Vemos cada fase.

Percepción: percibimos algo cuando nuestra mente recibe información de ese algo a través de un canal de transmisión de información. Habitualmente ese canal es sensorial (los cinco sentidos) y la información proviene del exterior de nuestro cuerpo, pero también puede provenir de nuestro propio cuerpo (como en la propiocepción o la interocepción) o de realidades no físicas (percepción extrasensorial), aunque esta última no está aceptada por la ciencia. Cuando asistimos a talleres de mindfulness percibimos los efectos de la práctica: relajación, centramiento, calma, sensación de estar muy despiertos, etc. 


Tomar conciencia: es incorporar a nuestra conciencia una experiencia, implica percepción pero además aceptación de lo que percibimos tal como lo percibimos, o sea es aflojar nuestras posibles resistencias a aceptar lo que percibimos. Con ello obtenemos un conocimiento directo, vivencial,  de la existencia de ese algo percibido, independientemente de nuestras ideas previas. Por ejemplo en un taller de relajación y conciencia plena, en un ejercicio concreto de observación de los pensamientos propios, al terminarlo y comentar los estados de los asistentes, hubo quien resultó confundido, y preguntó "pero entonces, ¿quien soy yo?", pero fue una pregunta realizada con cierta angustia, con cierto miedo a lo que se había percibido, con una resistencia a aceptar que el yo personal no se limita a lo concebido anteriormente; aquella persona quedó confundida, y no integró la experiencia en su conciencia, al contrario, dudó y se cerró a ella.


Asumir: significa literalmente tomar para uno mismo lo percibido, hacerse cargo de ello, responsabilizarse de algo.  Se refiere a lo que percibimos e incorporamos a nuestros esquemas mentales, aceptándolo plenamente en nuestra vida: aquello es, y está en nuestra vida, es parte de ella.

Por ejemplo en tu trabajo recientemente te han ascendido, ahora eres el jefe de tus antiguos colegas, lo sabes pues percibiste el mensaje, escuchaste el nombramiento, te has hecho consciente de ello, lo sabes, pero no te lo esperabas, no estabas preparado para ello, así que lo sabes pero todavía no lo has asumido, el hecho no lo has aceptado plenamente, no te has responsabilizado de tu nuevo cargo, y en consecuencia no estarás actuando aún plenamente como jefe hasta que no lo asumas, todavía no eres jefe de hecho, sólo sabes que te nombraron jefe. El asumir algo puede ser parcial: lo sabes, pero no acabas de aceptarlo del todo, tienes una aceptación parcial debido a resistencias mentales.

Para asumir el cambio totalmente debemos superar los condicionamientos y resistencias que tengamos, y eso pasa por un proceso de tomar conciencia de esas resistencias. Del mismo modo, en la práctica de la atención plena se produce una profunda transformación personal que hay que percibir, aceptar y asumir para que se estabilice.

Actuar en consecuencia: es un ajustar nuestra acción cotidiana al conocimiento asumido que tenemos, actuando como corresponde a lo que hemos aceptado y asumido en nuestra vida. En el ejemplo anterior decíamos que en tu trabajo recientemente te han ascendido, ahora eres el jefe de tus antiguos colegas, aunque no estabas preparado para ello, todavía no lo has asumido. En el momento que lo asumes (te responsabilizas de ello) es cuando puedes empezar a actuar en consecuencia, esto es, a actuar como jefe. Al asumir tu jefatura, las trabas mentales de no aceptación plena caen, y puedes actuar como corresponde al cargo. En la práctica de la conciencia plena, seria vivir instante a instante con plena conciencia, aplicando lo percibido, aceptado y asumido no sólo durante las sesiones de trabajo, sino con continuidad.

Serlo: Decimos que somos algo cuando estamos actuando siempre conforme a un conocimiento aceptado y asumido, y eso significa 1) conocemos  2) asumimos  y 3) actuamos en consecuencia. Es por tanto una combinación de saber y actuar. En el ejemplo anterior, cuando te han nombrado jefe de tus antiguos colegas de trabajo, debes asumirlo, y partir de ahí dejar de actuar como colega y empezar a actuar como jefe; cuando ese saber-asumir-actuar se estabiliza y asienta en ti,  eres el jefe, no "haces de" sino que lo eres. De parecida forma, cuando actúas de forma habitual con conciencia plena, eres conciencia plena.

En cada fase de la transformación personal podemos experimentar bloqueos que nos impidan avanzar; esquemáticamente:

Aceptación

Aceptar una realidad , en el sentido de permitir que esa realidad percibida entre en nosotros, que pase la puerta de nuestra interioridad, es clave para poder vivirla plenamente e incorporarla a nuestro vivir. ¿Por qué no aceptamos una experiencia percibida? Porque choca frontalmente con lo que nosotros pensábamos acerca de lo que somos. Una idea aceptada choca con una realidad percibida momentáneamente que niega la primera; la idea aceptada lleva con nosotros probablemente toda la vida, mientras que la nueva realidad percibida acaba de llegar, y como decíamos antes, quizás sólo se experimenta durante unos instantes, en el transcurso de un taller de conciencia plena. Esos breves instantes de percepción de una realidad distinta a menudo no son suficientes para debilitar y sustituir la antigua idea aceptada: esto es la inercia de la antigua idea, la resistencia a ser movida o cambiada.

Por esto es importante la práctica continuada, día a día: al insistir en vivirse a uno mismo de forma distinta a la aceptada, se va haciendo más y más evidente que eso es real, y se aflojan las inercias a quedarse con las antiguas ideas sobre uno mismo. Tampoco se crea que es necesario un gran esfuerzo: entre diez y veinte minutos diarios, mantenidos durante dos a tres meses, bastan para asentar la experiencia de vivirse a uno mismo de forma distinta a lo aceptado anteriormente. Mucho menos de lo que hace falta para aprender a tocar un instrumento, para aprender a conducir, y por supuesto para obtener una titulación, que precisan años.

El tiempo previo de vivencia puede incluso reducirse si la persona empieza a practicar con una actitud realmente abierta a lo que venga, o sea, con una actitud inicial de aceptación, de curiosidad, de ganas de experimentar sin condiciones lo que traiga la práctica. Entonces las inercias se reducen al mínimo, y la persona se transforma interiormente con facilidad.

La aceptación de lo vivido es de hecho una parte básica de la práctica de la atención y conciencia plena: por eso se llama de conciencia plena, pues al introducir la aceptación abierta de lo percibido, es cuando realmente nos volvemos conscientes de lo percibido: cuando no hay barreras mentales autoimpuestas. 

Conclusiones

Siempre que vayamos a realizar una práctica o un taller de mindfulness-conciencia plena, si queremos realmente aprovechar sus muchos beneficios, es importante que acudamos a la práctica con una actitud previa de aceptación de lo que se va a experimentar, sabiendo que interiormente tenemos unas inercias al cambio, a las experiencias que niegan nuestras ideas previas, y que esas resistencias se superan aplicando aceptación de lo que de va a experimentar. Y recordar que para superar las propias inercias se necesita cierta constancia en la práctica, cierto tiempo de práctica cotidiana, pues se trata de movilizar unas inercias que han estado con nosotros muchos años, y no se pueden mover en cuatro días. Con este conocimiento y la actitud adecuada, cosecharemos mucho más beneficios de nuestra practica.