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diumenge, 26 de novembre del 2017

Vida, inteligencia, consciencia y individualidad emergen de la Realidad

Este artículo se aparta, aparentemente, de la línea de este blog, tratando temas de divulgación científica en vez de los habituales sobre relajación, meditación y conciencia plena; la idea es proporcionar una base de conocimiento que haga más fácil el entender conceptos como "sentirse uno con todo lo existente" o "el Ser es uno e indivisible" que aparecen en meditación. Puede suceder que se experimenten esos estados mientras se medita, y al acabar la sesión la mente se quede aturdida, incapaz de relacionar sus conceptos intelectuales con lo que se acaba de experimentar. Reflexionando sobre lo que tratamos en este artículo puede ayudar a integrar el conocimiento intelectual con la experiencia. 

La vida vista como propiedad emergente

Estructura de un virus. https://www.sciencelearn.org.nz/
Alrededor nuestro vemos la diversidad de la vida, de seres vivos, que son sistemas complejos, altamente organizados, estructurados, con muchas funciones actuando coordinadamente para mantener la vida. Lo que es la vida en sí es de difícil definición, pues es más que simplemente la suma de muchas estructuras bioquímicas; un virus no es más que una estructura simple que encierra una molécula de ADN, pero esa estructura está "diseñada" para romper las membranas celulares, colarse dentro de la célula, y re-programarla para convertirla en una fábrica de virus idénticos al original. Una estructura simple que actúa como un organismo parásito, infectando organismos más complejos (vivos) y los usa para reproducirse a si mismo. 

Antes de que existiera lo que llamamos vida sobre la Tierra, antes incluso de que existieran virus, se crearon en el océano Tierra las macro-moléculas llamadas proteínas, que tenían la capacidad de replicarse a sí mismas a partir del material del medio ambiente, del mismo modo que los seres vivos; si tenemos curiosidad por los detalles sugiero el artículo Génesis (II): el origen de la vida, a nivel divulgativo, sin complicaciones para expertos.  De la complejidad bioquímica surgió la vida, pero la línea divisoria entre bioquímica y vida es difusa.  No sabemos distinguir claramente qué es lo que produce y define la vida. Sabemos distinguir entre un ser vivo y un ser inerte, por observación directa, pero si analizamos detenidamente, intelectualmente, la diferencia entre ambos llegamos a un punto donde todo se difumina, en los dominios de la química. Cuando una propiedad, como la de estar vivo, surge de entre otras propiedades, estructuras  y funciones, como en este caso de las funciones bioquímicas y de las estructuras del organismo vivo, sin que esté claro cómo surge (siendo más que la suma de las partes) decimos que esa propiedad es emergente, "emerge" de la base que lo sustenta sin que sepamos todos los detalles de tal emergencia. 

La inteligencia vista como propiedad emergente

Inteligencia, y emoción
La definición usual de inteligencia la limita a una facultad de la mente que posibilita las funciones cognitivas de aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea de la realidad.  Bien. Cuando el virus de la ilustración anterior contacta con una célula, los diversos "pinchos" que están distribuidos por la cubierta del virus se enganchan a la célula, y "algo" en el virus (afinidades químicas y otros efectos) lo detecta: el virus inyecta su ADN en la célula para re-programarla y eventualmente destruirla. ¿Es este un comportamiento inteligente? En este proceso, que es complejo en sus detalles, hay percepción (contacto con la célula victima), hay decisiones programadas (acoplarse a la célula, perforar su membrana, inyectar el ADN letal), y hay un objetivo: la reproducción. ¿Dónde está la mente que lo dirige todo? En ningún  sitio. Es un proceso programado, pero inteligente sin duda.

Podemos ver la inteligencia también como algo que emerge de la propia Naturaleza, que vemos actuar en todas las escalas posibles, desde un objeto que cae al suelo debido a una "ley de la gravedad" inmanente, pasando por el virus que parece saber muy bien lo que se hace, hasta los organismos superiores, que han desarrollado su propia maquinaria de percibir y de pensar: un sistema nervioso  y un cerebro. Quizá hemos estado viendo la inteligencia, y la mente, desde un punto de vista muy centrado en el ser humano, un punto de vista sesgado; en realidad, la inteligencia está por todos sitios, en mayor o menor grado, con más o con menos consciencia (en la piedra que cae o en el virus, nula o casi nula), por ello se puede definir como otra propiedad emergente de la Naturaleza.

Consciencia e individualidad, propiedades emergentes

¿Es consciente? ¿Es un individuo? ¿Lo sabe?
La consciencia es una propiedad de la mente que tampoco podemos describir con exactitud, ni podemos analizar y descomponer en partes constitutivas; simplemente surge, en menor o mayor grado, acompañando al despliegue de funciones cognitivas superiores. Occidente ha descubierto recientemente lo que otras culturas más antiguas sabían desde hace milenios: la consciencia puede entrenarse y desarrollarse, puede hacerse crecer, tanto en amplitud como en profundidad, y al hacerlo el cerebro se adapta, se optimiza, y con él, todo el sistema nervioso y las funciones cognitivas. No es sólo una facultad humana: al ser una propiedad emergente, tampoco podemos establecer una línea definitoria "aquí hay consciencia, aquí no la hay", siempre será relativa; ¿tiene consciencia un perro? ¿y un recién nacido? ¿y una mariposa? 


Del mismo modo, la individualidad desde el punto de vista humano es una vivencia, es un sentirse ser alguien, también es una idea. ¿Se siente ser alguien un perro? ¿Y un niño de un año? ¿Somos más conscientes los adultos que los niños? ¿En qué sentido? En algunos  meditadores avanzados la expansión del campo de conciencia les lleva a expandir también su individualidad, sintiéndose uno con todo, y al mismo tiempo seguir siendo alguien más allá de todo. Vemos que la individualidad también tiene muchos grados, y no está clara la linea divisoria entre sentirse ser alguien y no sentirse ser nadie. 

Nosotros, propiedades emergentes de la realidad

Vida, inteligencia, mente, consciencia e individualidad, son fenómenos emergentes de la Realidad, surgen de ella, de forma temporal; se generan desde el Todo y se vuelven a absorber en el Todo. Reflexionando sobre ello, podemos ver que nos damos, quizás, demasiada importancia, nos lo tomamos todo de forma demasiado personal, pues todo lo que nos define, mejor dicho, todo lo que creemos que nos define, vida, cuerpo, mente, consciencia e individualidad, no son realmente "nuestras", son propiedades emergentes de la realidad,  están por todos sitios, y nosotros somos expresiones temporales de esas propiedades, tal como una ola es una expresión temporal de un único océano. 

Un mar de individualidades conscientes, temporales



dimecres, 22 de novembre del 2017

El proceso de soltar los miedos

Miedos inconscientes
Ayer se dio la coincidencia de que mi vecino y yo salimos al mismo tiempo al rellano para ir al trabajo, después de comer. Me he vuelto bastante sensitivo a las emociones de los demás, así que noté inmediatamente su sensación de incomodidad, creo que hubiera preferido no coincidir con nadie, seguramente es de esas personas, bastante comunes, que cuando oyen que alguien sale a la escalera se esperan un minuto detrás de la puerta para no coincidir.  Es curioso ese comportamiento, pues es una persona que trabaja atendiendo a gente, también es buena persona, estará sobre los 50 años de edad, no es ningún inexperto de la vida, y hace diecisiete años (!) que somos vecinos, pero así y todo bajó conmigo dos tramos de escalera, unos dos minutos escasos, prácticamente sin hablar (yo si hablé, el sólo emitió algún gruñido de aprobación, supongo), sin un "que tal se presenta la tarde" o un "como está la familia", y sólo al llegar a la calle dijo un lacónico e impersonal "bueno, vamos a pasar la tarde". 


El miedo a ser manipulado, ofendido, puesto en duda, discutido, o dañado de alguna forma más bien inverosímil está muy presente en las sociedades desarrolladas, en las que, en teoría, se está más seguro y se vive mejor. Ese miedo indefinido es automático y bastante inconsciente: mi vecino negaría su incomodidad a coincidir con alguien en la escalera, pues "no queda bien" reconocerlo, otro miedo a quedar en evidencia añadido al miedo a ser invadido en su intimidad. El gran problema de ese miedo es que forma parte de nuestro ego, con el que estamos identificados, creemos que somos ese miedo, y eso lo hace difícil de ver y de calmar.

El origen del miedo
Se habla bastante acerca del dolor provocado con la identificación con el ego y sus miedos, y también acerca de la liberación de ese ego-miedo, pero no tanto sobre lo doloroso que es pasar de estar completamente vinculado a ese miedo a desvincularse, a soltarlo. El proceso de soltar los miedos con los que nos identificamos  requiere una gran valentía, porque básicamente estamos cambiando completamente nuestra forma de percibir la realidad, es como cambiar nuestro ADN; estamos deshaciendo un patrón de comportamiento que no es solo nuestro patrón personal, es el patrón humano: proyectamos en el mundo un trillón de posibilidades de mejorar nuestra situación y resolver nuestros problema.  Podemos tener dientes más blancos, un cuerpo más esbelto,  una vida sin conflictos, un mundo sin violencia. Incluso podemos vivir felices ... de vez en cuando. Este patrón nos mantiene permanentemente insatisfechos, buscando algo más, y eso nos causa sufrimiento inconsciente, aunque a veces se hace tan intenso que se vuelve consciente, y entonces buscamos ayuda.

Soltar los miedos ficticios
Pobre en posesiones, pero satisfecha y feliz
La meditación nos proporciona una forma de soltar los miedos: nos alienta a no juzgar lo que surja en nuestra mente. De hecho, nos alienta a no atender siquiera lo que surge en nuestra mente. Lo que generalmente llamamos bueno o malo simplemente lo reconocemos como pensamientos, sin todo el drama habitual que acompaña a "lo correcto y lo incorrecto". Nos entrenamos para dejar que los pensamientos aparezcan y se vayan sin retenerlos, los dejamos fluir.  Esta disciplina  nos prepara para dejar de temer y descubrir un estado de ser nuevo e imparcial.

La vivencia de ciertas emociones negativas puede parecer particularmente enredada con el deseo de resolución: ira, indignación, ansiedad... A menos que podamos relajarnos de estas emociones, es muy difícil permanecer neutral cuando las experimentamos. Queremos la victoria o la derrota, el elogio o la culpa. Por ejemplo, si alguien nos abandona, no queremos estar con esa incomodidad cruda, y quizá evocamos una identidad familiar de nosotros mismos como una víctima desventurada, o tal vez evitemos la crudeza actuando y diciéndole a la persona lo equivocado que está. Automáticamente queremos cubrir el dolor de una forma u otra, identificándonos con victoria o victimismo.

Describiremos cinco formas de soltar la compulsión del miedo a resultar dañados de alguna forma imaginaria: experimentar menos deseo, estar satisfecho, evitar actividades innecesarias, ser disciplinado y no buscar la seguridad en los propios pensamientos discursivos. 

Experimentar menos deseo
Buena parte de los pensamientos que nos vienen sin que los llamemos tienen como base deseos: de estar en otro sitio, de acabar con lo que estamos haciendo, de que llegue el fin de semana, de llamar a esa persona, ... Cada vez que los etiquetamos como "un pensamiento" y los dejamos pasar en lugar de atenderlos, estamos debilitando indirectamente los deseos que subyacen en esos pensamientos, liberándonos de ellos, al menos en parte. 
 
Estar satisfecho
En realidad no tenemos nada que perder, pero estamos programados para sentir que sí tenemos mucho que perder, una sensación enraizada en el miedo a la soledad, al cambio, a todo lo que no se puede resolver, a la inexistencia. Cuando prestamos plena atención al presente, al aquí y ahora, aceptando nuestra inquietud y temor con plena conciencia, algo sutil comienza a cambiar, y llegamos a estar contentos de estar simplemente aquí-ahora con un estado de ánimo estable y viviendo con aceptación lo que está sucediendo.

Evitar actividades innecesarias
Cuando nos sentimos solos, o empezamos a enfrentamos a nosotros mismos, buscamos algo que nos salve, buscamos una vía de escape, realizamos actividades simplemente para estar ocupados. Eso se llama actividad innecesaria. Es una manera de mantenernos ocupados para que no tengamos que sentir ningún dolor.
¿Podríamos dejar de tratar de escapar de estar a solas con nosotros mismos? ¿Qué tal el practicar no escapar cuando comenzamos a entrar en pánico? Relajarse en soledad, simplemente no haciendo nada en especial, es una ocupación muy digna. Como dice el poeta japonés Ryokan: "Si quieres encontrar el significado, deja de perseguir tantas cosas".

Ser disciplinado
Aquí, significa que en cada oportunidad, estemos dispuestos a regresar suavemente al momento presente. Podríamos incluso quedarnos quietos el tiempo suficiente para darnos cuenta de cómo son las cosas en realidad. Esto nos permite finalmente descubrir un estado de ser completamente inmaculado. Nuestras suposiciones habituales, todas nuestras ideas sobre cómo son las cosas, nos impiden ver cualquier la realidad de manera fresca y abierta. Diremos, "Oh, sí, ya lo sé". Pero realmente no lo sabemos. En última instancia, no sabemos nada. No hay certeza sobre nada. Esta verdad básica duele, y queremos huir de ella. Aceptar y relajarse con el fluir de la vida, con aceptación, es una buena disciplina para darnos cuenta de la profundidad de los momentos no resueltos de nuestras vidas.

No buscar la seguridad en los propios pensamientos discursivos
"No lo está haciendo bien", "tengo que resolver esto y lo otro", "voy a tener un día largo y pesado" ... Buscamos el compañerismo y la comprensión de nuestra propia conversación constante con nosotros mismos sobre cómo es y cómo no es, si es o no es, si debería o no debería, si puede o no puede ... Todo eso en meditación lo etiquetamos como "pensamientos": no tienen realidad objetiva. Se nos anima a "mirar" esa charla y dejarla pasar, sin hacerle caso. A ser profundamente nosotros mismos, sin charlas virtuales con otros sujetos imaginarios.

Artículo basado en Six Kinds ofLoneliness, by Pema Chödrön




 

dissabte, 18 de novembre del 2017

Reencarnación

La reencarnación forma parte de algunas de las tradiciones espirituales de nuestro mundo, como el Budismo o el hinduismo, seguidas por cientos de millones de personas. Esta creencia, vista desde el lado "práctico", de lo que nos puede aportar, nos da una imagen de nuestra existencia parecida a asistir a la escuela, mostrando la existencia humana como un aprendizaje continuo, más allá de la duración de cada vida individual, personal. Nos da un tiempo casi infinito para aprender de nuestros errores y de los de los demás. Podemos repetir curso indefinidamente, hasta que superamos nuestra ignorancia y superamos el curso. Desde este punto de vista se ve como positivo. También se muestra su lado negativo, el tener que volver a vivir las mismas situaciones, normalmente negativas, hasta que se aprende la lección que encierran, puede verse como una especie de castigo a la ignorancia, más que como una oportunidad de aprendizaje. Son puntos de vista.

Fuente: steemit.com/body/@govinda/reincarnation-transmigration-of-the-soul

En la cultura occidental se presta muy poca atención a esta creencia, seguramente debido a que estamos muy orientados e influidos intelectualmente por la ciencia y por una visión más bien hedonista de la vida, además de por un ensalzamiento de la personalidad, del ego, de lo superficial; los occidentales queremos hacer muchas cosas, queremos ser lo que hacemos y/o lo que tenemos, mucha gente actualmente "no puede parar de hacer muchas cosas", si lo hacen empiezan a sentirse incómodos, sienten desazón, como si su existencia fuera vacía por falta de actividad. Creer en la reencarnación, o simplemente pensar seriamente sobre ella, choca frontalmente contra todos esos esquemas occidentales: la ciencia se opone radicalmente a su existencia, y si fuera cierta, entonces nuestra personalidad actual, todo nuestros contenidos mentales, conocimientos, emociones, todo eso se pierde, no sobrevive, y por tanto nosotros no seriamos nada de todo eso, es una negación de lo que la gente cree que es, y es lógico que se le preste poca atención, pues ataca todo el sistema occidental de actitud ante la vida. Pero, atención, el que sea incómodo no significa que sea falso. Y que la ciencia no quiera hablar del tema tampoco lo invalida, simplemente indica que queda fuera de su ámbito de estudio.

Hay numerosa literatura sobre la reencarnación, en la que se muestra testimonios reales, personas que recordaron detalles muy exactos sobre sus vidas pasadas que pudieron ser comprobados. Incluso hay un estudio riguroso, realizado durante unos 40 años  recogiendo datos por todo el mundo por el psiquiatra Dr. Ian Stevenson, que puede hacer tambalear las convicciones anti-reencarnación de hasta el más convencido, siempre que se tenga una mente abierta, claro está, es imposible hacer cambiar de opinión a aquel que se niega a hacerlo. Pero, ¿cómo puede ser posible? ¿Qué puede permanecer de la persona después de la muerte? No es suficiente con contestar "el alma", pues los testimonios tienen recuerdos de experiencias pasadas, tienen memoria, e incluso ciertos rasgos de la personalidad sobreviven a la muerte, y todo eso no tiene relación con el alma, entendida como espíritu más allá de recuerdos y personalidades, tiene que ver con la mente y con la memoria, una memoria no física. La única posibilidad que concuerda con los recuerdos de vidas pasadas es que esos recuerdos estén registrados en una mente no física, no limitada al cerebro físico. Es una posibilidad que ha sido enunciada por algunos científicos occidentales, y no precisamente mediocres o desconocidos:

El intelecto tiene poco que hacer en el camino hacia el descubrimiento. Se produce un salto en la conciencia, llámalo intuición o lo que quieras; la solución viene a ti y no sabes cómo ni por qué. Lo verdaderamente valioso es la intuición. - Albert Einstein -

Mi cerebro es solo un receptor, en el Universo hay un núcleo del cual obtenemos conocimiento, fortaleza e inspiración. No he penetrado en los secretos de este núcleo, pero sé que existe. - Nikola Tesla -

La multiplicidad es solo aparente, en verdad, solo hay una sola mente ... - Erwin Schrödinger -
Esta única mente que mencionaba Schrödinger (uno de los físicos fundadores de la Mecánica Cuántica) sería la que almacenaría nuestros recuerdos; la conexión entre nuestra mente individual, cerebral, y la mente total, inmaterial, podría ser a través del nivel mental inconsciente. Los detalles de esa conexión no son desconocidos, claro está, pero parece ser la única posibilidad de permanencia de esos recuerdos que atestiguan tantas personas. En nuestra modesta opinión, siguiendo la de esos grandes pensadores tanto occidentales como orientales, y atendiendo a los numerosos testimonios y al riguroso estudio mencionado, no querer ni considerar la posibilidad de la reencarnación es una forma (más) de cerrar la mente a lo incómodo, pero posiblemente real. Abrirnos a esa posibilidad, por otra parte, lo relativiza todo, nuestra visión de la existencia se ensancha hasta el infinito, nuestro concepto de quienes somos se profundiza.

Actualización: otra teoría relativa a una mente universal que posibilitaría la memoria entre vidas es la denominada del campo akásico.
















dijous, 16 de novembre del 2017

Vivir en el presente no implica que el pasado no exista

JuergenG - made by JuergenG - 
Wikimedia Commons

Diversas tradiciones nos recomiendan "vivir en el presente", como Mindfulness, o en la línea de Eckhart Tolle, aunque el concepto "presente" no sea fácil de definir con precisión. En la clásica división del tiempo en pasado-presente-futuro, el presente no es más que una línea de separación entre el pasado (lo ya acontecido) y el futuro (lo aún no acontecido), y esa línea no tiene ninguna duración: ¿cuánto dura el presente? El instante presente es una sensación subjetiva, lo que está ocurriendo "ahora" de hecho es un flujo de información sensorial que se procesa rápidamente en nuestro sistema nervioso, pero no instantáneamente, de suerte que los que nos parece que está ocurriendo ahora de hecho sucedió unas décimas de segundo antes, hay un tiempo de reacción entre la recepción de la información y nuestra consciencia del suceso. No hay un "ahora" definido, hay un flujo continuo de información que pasa por nuestra consciencia.

Conocimiento y tiempo

Si miramos el asunto desde el punto de vista del conocer, del saber, llegamos a la pregunta ¿es posible aprender, adquirir conocimiento, sin el tiempo? Pot un lado, el acto de comprensión puede ser instantáneo: en un momento dado comprendemos algo que hasta entonces no entendíamos, es como si se hiciera la luz en el asunto. Por otro lado, hemos tenido que invertir un tiempo en reflexionar sobre ello, en estudiarlo, antes de entenderlo. El hacernos conscientes de algo es un acto instantáneo, atemporal, pero la preparación necesaria de la mente para llegar a esa realización requiere del tiempo; nuestro conocimiento actual es fruto de la experiencia pasada, nuestra conciencia actual de ese conocimiento es puro presente.

Conciencia y presente

Entonces podemos decir que, al procurar estar "muy en el presente" lo que estamos haciendo es estar muy conscientes, pues la consciencia es en si atemporal, por ello enfocar la mente en lo que sucede aquí y ahora es un medio de desarrollar la consciencia plena. Ello no deberia llevarnos a adoptar actitudes exageradas en el sentido de creer que el pasado no importa y el futuro no existe, como a menudo se afirma; desde el punto de vista de la pura consciencia es de hecho cierto, pues solo para ella solo existe un continuo presente, pero para la totalidad de la mente, de la cual la consciencia es un sector, el tiempo no sólo existe sino que es absolutamente necesario para que la mente trabaje, aprenda, entienda, proyecte, diseñe, etc. No hay progreso ni aprendizaje posible sin el tiempo.

Meditando sobre las experiencias pasadas, desde la plena conciencia

Este asunto relativo a la afirmación de que "el pasado no existe" me tenía un tanto preocupado, hace ya un tiempo (valga la redundancia). Muchos de mis seres queridos han quedado en el pasado, infinidad de experiencias felices, plenas, también estan ahí, y decir llanamente que todo eso no existe, aunque se reconoce la verdad indiscutible de la afirmación, me dejaba una sensación de incomodidad, de que algo no me encajaba. Por ello, dedique varias sesiones de meditación reflexiva, en la línea de la contemplación de una verdad o pregunta, a intentar "ver" lo que me quedaba oculto, ininteligible, en la afirmación sobre la inexistencia del pasado. 

Una vez más o menos "instalado" en el silencio mental, como puro observador, y desde ahí, contemplar lo que representa el pasado, me di cuenta de que desde la pura conciencia efectivamente todo es presente ... ¡incluso el pasado! Supongo que es imposible de describir con exactitut esa visión, pero podemos intentarlo; lo que realmente hace que vivamos, que vivenciemos cada suceso es que seamos conscientes de él, y esa consciencia es intemporal; más aún, visto des de la perspectiva del sujeto último, del observador consciente, todo lo vivido en el pasado eres tu, y tu eres todo eso, no hay separación, pues todo es un continuo ahora. No tiene sentido decir que el pasado no existe, tu estabas allí, y desde la intemporalidad, sigues estando, no has cambiado, lo que cambia es el exterior. 

Dicho de otro modo: el tiempo permite el cambio de todo lo exterior, mientras que el observador permanece estable e intemporal, proyectando consciencia sobre lo que sucede de forma continuada. Sin el tiempo el sujeto observador intemporal no percibiria nada, sería sólo pura consciencia sin experièncias, sin vivencias. Y a la vez, todas esas vivencias lo son gracias a la consciencia, que en sí es intemporal. Són como las dos caras de una moneda, en una tenemos el tiempo, lo temporal, en la otra la consciencia-observador, intemporal, esa moneda es la existencia, la realidad de ser.


dissabte, 11 de novembre del 2017

El poder está en lo sutil, en lo invisible, no en lo visible.

El mundo exterior a la persona es lo que suele ocupar gran parte de la atención en la mayoría de nosotros, y es un exterior material, hay "cosas" ahí afuera que percibimos con nuestros sentidos. Vemos el exterior de las personas, su aspecto físico, oímos sus voces, vemos las calles, edificios, objetos grandes y pequeños, sólidos, están ahí, podemos verlos y tocarlos. Y puede parecernos que eso es todo, al menos lo más importante, lo evidente, lo material.

El mundo interior de la persona, sus emociones, sentimientos, ideas, puede ser entonces un mero reflejo automático de ese exterior sólido, un producto del contacto sensorial con el mundo externo: salimos a la calle y vemos que hace un día espléndido, por tanto sentimos una sensación de alegría; nos encontramos con esa persona especial que tanto nos atrae, sentimos entonces la excitación del encuentro, oímos en las noticias información sobre una tragedia, nos entristecemos, etc etc. Viviendo de este modo, nuestro mundo interior depende totalmente del contacto con el mundo exterior, con la realidad tangible. 

Quizá creamos que esos rayos son la electricidad, que la podemos ver, pero no es así: esa luz es la que emite el aire al ponerse incandescente, como pasa en las antiguas bombillas de incandescencia. Lo que fluye en el rayo son partículas subatómicas invisibles, los electrones, increíblemente pequeños, de hecho tanto, que se considera que ¡no tienen tamaño!  Lightning flashes during a thunderstorm. Wikipedia.

Pero si observamos con detenimiento, con afán de descubrir lo que no es evidente, ese mundo exterior sólido y tangible, si miramos qué es lo que hace que se mueva, que sea, ¿que encontramos? Por ejemplo, ¿qué es lo que hace a un día que "sea espléndido"? Pues una combinación de factores: que sea soleado, pero no demasiado caluroso, que el cielo esté despejado, el aire limpio y brillante, y que nuestro estado de ánimo nos permita percibir todo eso, pues una persona deprimida simplemente no se dará cuenta. Los factores ambientales a su vez, dependen de un delicado equilibrio de otros factores: el ángulo de inclinación de la Tierra en su órbita alrededor del Sol determina la intensidad de la luz solar, y eso determina la temperatura en la Tierra; la presencia o ausencia de nubes depende de la presión atmosférica, que a su vez depende de la circulación del aire  calentado por el Sol. La luz del Sol es el principal motor de los cambios atmosféricos, y sabemos que la luz es totalmente inmaterial.

Cuando cogemos un objeto pesado, pensamos que el objeto pesa porque "tiene mucha materia", y no es que sea falso, pero sí inexacto; ese mismo objeto en el espacio no pesa nada. Hay alguna acción sutil, inmaterial, llamada gravedad, que hace que nuestro cuerpo pese, o que un camión de gran tonelaje esté "enganchado" a la carretera con una fuerza de muchas toneladas. Vemos la luz, pero no vemos la gravedad, nadie ha conseguido aún "manejarla", sólo notamos sus efectos, y son inmensos, pues la Tierra gira en torno al Sol gracias a esa gravedad absolutamente sutil. 

Toda la realidad física que nos rodea está sujeta a la leyes de la Naturaleza, que son extremadamente precisas y sutiles. La energía eléctrica que mueve un tren de 1.000 toneladas a 200km/h es inmaterial, la vida de un árbol majestuoso depende de un delicado proceso químico, la fotosíntesis, que en sí combina moléculas, "cosas" increíblemente pequeñas, usando también energía eléctrica y la luz del Sol; si ese proceso se detuviera o simplemente se alterara mínimamente, el majestuoso árbol decaería inmediatamente y moriría. Nuestros sentidos, con los que nos comunicamos con el mundo, dependen de procesos muy exactos y también inmateriales.  

Volvamos al nuestro mundo interior. Es un mundo evidentemente sutil, inmaterial; si depende en buen grado de nuestro contacto con el mundo externo, de hecho, de forma indirecta, está también dependiendo de todos esos factores sutiles que mueven ese exterior.  Supongamos que, en buena medida, nos identificamos con nuestro mundo interior, con nuestra experiencia vital íntima; entonces nosotros mismos somos sutileza, inmaterialidad, que se conecta con la sutileza de la Naturaleza a través de lo que llamamos mundo material, del que nuestro propio cuerpo forma parte. Entonces los objetos materiales son sólo medios de expresión de lo sutil que subyace en ellos, y que los impulsa, incluso los crea y mantiene. Y nuestro cuerpo es también expresión de lo sutil, tanto a nivel bioquímico como a nivel de comportamiento. Esquemáticamente:

El mundo exterior, cuando trabajamos nuestra interioridad, incluye a nuestro cuerpo, y en parte a nuestra personalidad. Nuestro mundo interior, inmaterial, se relaciona directamente con el exterior, el cual a su vez se mueve y se mantiene por la acción de las fuerzas y leyes de la Naturaleza, de por sí también inmateriales.


Intentemos llegar aún más lejos. En el mundo físico sabemos que hay fuerzas sutiles, como la luz, la gravedad y la electricidad, que en última instancia dinamizan y mantienen todo funcionando; esas fuerzas sutiles siguen escrupulosamente una leyes que definen su comportamiento, y no se apartan de esas leyes ni un milímetro, jamás. Cualquier mínima desviación de alguna ley de la Naturaleza produciría una cataśtrofe colosal; por ejemplo, si la gravedad de repente se volviera un 1% más fuerte o más débil, ¡se desestabilizaría  el Universo!, o si variáramos la fuerza eléctrica en esa cantidad, ¡se colapsaría la materia!". Podemos pensar que hay otra "cosa" aún más sutil que todas las fuerzas inmateriales de la Naturaleza, y esa cosa  es su equilibrio preciso y mantenido, el hecho de ser tan exactas, y tan constantes (se sabe que han permanecido así desde que se creó el Universo) es de una sutileza aún mayor que las propias fuerzas.  

¿Cuál es la diferencia entre un estado depresivo y un estado de felicidad? ¿Es algo tangible? Los pensamientos, ¿son tangibles? Un neurocientífico nos dirá que los pensamientos son conexiones eléctricas entre neuronas, y por tanto nos volvemos a encontrar con sutilezas a nivel físico: electricidad y células increíblemente pequeñas (tenemos casi cien mil millones de neuronas en el cerebro). Pero aún hay más sutileza en nuestra interioridad: un cambio de actitud, un "darse cuenta" de la corriente de pensamientos negativos que nos invade, es de una sutileza mayor que los propios pensamientos, y cuando practicamos meditación, aprendemos a distanciarnos, esto es, a apartar de nuestra atención, de nuestra conciencia, las emociones y pensamientos negativos; ¿que hay más sutil que ese "darse cuenta de que estas pensando", o de esa conciencia simple de ser que experimentas? Y no obstante, ese nivel tan sutil es el que marca la diferencia, pues al darnos cuenta conocemos, y a partir de ahí, podemos actuar con conocimiento, podemos cambiar nuestro comportamiento en el mundo externo.

Mirando todo esto atentamente, podremos llegar a la convicción de que de hecho el mundo concreto, material, se mantiene y se mueve gracias a fuerzas absolutamente inmateriales y sutiles, y que esto se aplica tanto al exterior, como a nosotros mismos. Por ello, ignorar este mundo sutil, no atenderlo, es vivir como un autómata, arrastrado inconscientemente por las fuerzas invisibles que lo mueven todo, tanto si nos damos cuenta de ello como si no.




dimarts, 7 de novembre del 2017

Política, inteligencia espiritual y mindfulness

La Política actual se ha desviado de su cometido básico

Ejemplo de tweet de una política hablando
en términos de "ataques" y "defensas"
para referirse a un problema social
En la política de partidos democráticos actual, vemos muy activos los factores que definen a la mente ofuscada por el ego: egoísmo, falta de conciencia, prejuicios, confrontaciones, descalificaciones, y total desunión. La identificación personal con algún partido puede causar conflicto y división entre las personas, de hecho, puede actuar como un refuerzo del ego, pues el ego es división y separación, también es utilización de los demás para el propio provecho.  Por eso, a menudo se hace muy difícil conversar entre personas que votan a partidos distintos, pues están fuertemente adheridos a las ideologías de esos partidos. 

Es una tradición que los candidatos políticos se vean forzados a prácticas de fortalecimiento del ego, como auto-promoción y acusaciones exageradas o manifiestamente falsas con respecto a sus compañeros opositores. Y en su búsqueda y captura del voto, seguirán aplicando esas técnicas poco éticas mientras el electorado sea influenciable por ellas.


Realmente, la política, ¿qué es y para qué sirve? Mejor dicho: ¿qué debería ser y para qué debería servir?

Política: ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. También: conjunto de los procedimientos y medidas que se adoptan para dirigir los asuntos que afectan a la sociedad o tienen relación con ella. Como actividad, está orientada, en forma ideológica, a la toma de decisiones para alcanzar unos objetivos deseables, y por tanto es una forma de ejercer el poder de decidir como resolver problemas, intentando resolverlos y minimizar el enfrentamiento entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad.
La parte que puede ser conflictiva en esta definición es la última, la que habla de ideologías y de intereses encontrados; en efecto, las sociedades humanas actuales son muy complicadas, contienen muchos grupos humanos (empresarios, trabajadores, estudiantes, feministas, jóvenes, jubilados, etc etc) con intereses propios que no suelen coincidir entre sí. Las decisiones que afectan a una sociedad tan diversa y compleja es imposible que beneficien a todos los grupos por igual, y ahí es donde aparecen las ideologías, de las cuales he escrito en mi anterior articulo, enredados de forma inconsciente, en el apartado "La realidad es complicada, y no puede simplificarse". Ahora bien, la definición de política no menciona en ningún sitio las confrontaciones, descalificaciones, mentiras al electorado, y otras "herramientas" de la política actual, al contrario, habla sobre resolver problemas y minimizar el enfrentamiento entre los intereses encontrados. 

Recuperar la política humanista

Además, en último término, ¿cuales son los objetivos a los que se dirige la acción política? Pues es simplemente el bienestar y prosperidad de la ciudadanía, y en ese objetivo deberían coincidir todos los que se dedican a la política, pues las ideologías sólo son, o deberían ser, medios distintos para conseguir el mismo fin. Como hemos mencionado antes, la política actual se ha distanciado de este comportamiento deseable: el de partidos ideológicamente diferenciados que cooperan entre sí para conseguir resolver problemas con un mínimo de enfrentamiento, y este es realmente ya no una ciencia, sino un arte. Los políticos actuales no son científicos de la política, o politólogos, y mucho menos artistas de la política, se limitan a ejercer el poder, o a intentarlo, según las líneas ideológicas que marcan sus partidos. Y seguirán obrando así hasta que la sociedad desee de verdad que cambie el panorama. Son los electores los que deben presionar para que se produzca un cambio en el modelo. Ya lo dijo Gandhi:

Be The Change You Want To See”. Sé el cambio que quieres ver.-Gandhi-

Lo que es deseable en la política es una visión holística de la realidad, de comprensión de los diferentes contextos, integrándolos en una totalidad. Es la capacidad de trascendencia, de ir más allá de las separaciones intelectuales entre ideologías y grupos humanos. Aplicando una inteligencia transpersonal que se sitúa más allá de los ego narcisistas, y trabaja por la sociedad en conjunto, con visión universal. Además, sería una política que va más allá de la mera preocupación por la la subsistencia,  intentando promover el darle sentido espiritual a la vida, es decir, generar sentido trascendente para vivir. Esta definición de política está muy relacionada con la inteligencia espiritual. Seguramente es lo que necesitamos, trabajar nuestra inteligencia espiritual, abrirnos a la trascendencia del ego, y desde esa trascendencia, reclamar acciones políticas que estén en esa línea, dejando atrás los viejos paradigmas de lucha entre ideologías cerradas y excluyentes. 

Esto no es ninguna panacea, al contrario, es una tendencia que está empezando a andar; un ejemplo sería la introducción de la práctica de mindfulness en el Parlamento Británico. Como comentan los promotores de esta iniciativa,
Chris Ruane y Lord Richard Layard

Why introduce it in Parliament? Mindfulness is credited with providing the cognitive and emotional resources that ensure resilience and flexibility in the face of a stressful and fast-changing work environment. It achieves this by encouraging a curious, responsive and creative engagement with the present moment. Even brief periods of mindfulness practice can lead to objectively measured higher cognitive skills such as improved reaction times, comprehension scores, working memory functioning and decision-making.
¿Por qué introducirlo (mindfulness) en el Parlamento? Mindfulness tiene el mérito de proporcionar los recursos cognitivos y emocionales que aseguran la resiliencia y la flexibilidad frente a un ambiente de trabajo estresante y que cambia rápidamente. Lo logra fomentando un compromiso curioso, receptivo y creativo con el momento presente. Incluso períodos breves de práctica de mindfulness pueden conducir a habilidades cognitivas superiores medidas objetivamente, como tiempos de reacción mejorados, puntuaciones mejores en comprensión, funcionamiento de la memoria de trabajo y toma de decisiones.

Y después añaden:

Adoption of mindfulness across the board of education, health, the criminal justice, and the work place, could therefore play a crucial role to play in reducing the burden of mental health problems on individual well-being. And, ultimately,it could encourage the flourishing of a healthy nation.

La adopción de la atención plena en todos los ámbitos de la educación, la salud, la justicia penal y el lugar de trabajo podría, por lo tanto, jugar un papel crucial para reducir la carga de los problemas de salud mental en el bienestar individual. Y, en última instancia, podría alentar el florecimiento de una nación sana. https://www.euroscientist.com/from-mindful-nation-to-mindful-europe/
Por tanto, aquí tenemos otra importante motivación para trabajar nuestra interioridad y nuestra inteligencia espiritual, ya sea a través de mindfulness o de cualquier otra vía: ya no sólo se trata de nuestro bienestar personal, sino también transpersonal a nivel de toda la nación en la que vivimos, y evidentemente, también más allá a nivel global, pues el diálogo y cooperación entre naciones que aplican políticas conscientes será mucho más fácil y fluido. 




dissabte, 4 de novembre del 2017

Enredados de forma inconsciente

Vivimos de forma bastante inconsciente

Vivimos recibiendo continuamente una cantidad ingente de información, tanto sensorial como cognitiva; reaccionamos a parte de esa información, al resto la ignoramos, quizá inconscientemente, quizá reprimiéndola. Creíamos que éramos seres conscientes, pero con el auge de mindfulness - conciencia plena - vemos que no, que de hecho sólo somos semi-conscientes, pues de eso tratan los programas de mindfulness, de que seamos más conscientes. La inmensa mayoría de la población realmente vive de forma semi-automática: sus pensamientos vienen y van aleatoriamente, sus emociones surgen de forma automática en reacción a lo que sucede en el momento o bien a lo que se está pensando o recordando, incluso sus decisiones, tan racionales que parecen a primera vista, se toman en gran medida de forma inconsciente. (ver por ejemplo, ¿somos libres cuando decidimos?).


La persona común, pues, se mueve, reacciona, motiva, emociona, opina, etc. impulsada por numerosas fuerzas externas e internas sobre las que tiene poco o ningún control, y ni siquiera tiene conciencia de ello, de lo que está sucediendo realmente, de lo que le está sucediendo. Y no obstante, se muestra convencida de que sí está consciente, de que es libre en sus decisiones, imparcial en sus opiniones. Este convencimiento es necesario para su estabilidad psicológica, siempre que la persona se esté identificando con sus ideas y opiniones. Así, cuando más identificada esté con sus esquemas mentales y reacciones automáticas, más dependiente de ellas será, y mayor resistencia opondrá a cualquier factor que ponga en duda o debilite esos esquemas. La persona real, que es mucho más que la mera unión de sus pensamientos y automatismos, vive enredada en sus mecanismos, movida de un lado a otro por las fuerzas de la existencia. Cuando estas fuerzas realmente aprietan, la persona va como a la deriva, arrastrada por ellas.

Embarcación con mal tiempo y con un timonel inconsciente!
Viviendo de esa forma, se puede llegar a sufrir y hacer sufrir mucho, por pura inconsciencia, o por ignorancia, como dirían las antiguas tradiciones espirituales. 
Todos decían que hacían una hermosa pareja, además, los dos eran unas buenas personas, incapaces de hacer o desear ningún mal a nadie. Fueron novios durante varios años. Una vez casados, él se decepcionó rápidamente del matrimonio, no sin antes dejar embarazada a su joven esposa, y empezó a serle infiel, incapaz de resistir las tentaciones que se le presentaban, pues era un hombre muy atractivo. La mujer perdió su trabajo por su embarazo; a consecuencia del giro que había dado su vida, y siendo como era de naturaleza romántica, se deprimió, y para aliviarse empezó a beber; ello alejó aún más a su infiel esposo, que con los años acabó abandonándola. La ya no tan joven mujer, triste, deprimida, alcoholizada por los años de excesos, un triste día tuvo una crisis depresiva que no pudo soportar, y acabó con su vida. Su antiguo marido sufrió por ese desenlace, pues no había dejado de quererla, se sintió culpable, y quedó con un sentimiento de amargura que le acompañó el resto de sus días.
¿Cuantas emociones, reacciones y comportamientos inconscientes puede el lector distinguir en este relato? Todo el relato es pura inconsciencia, los protagonistas están enredados por unas fuerzas naturales que tiran de ellos en direcciones opuestas, por emociones y pensamientos no conscientes: deseo, expectativas, atracción, tristeza, aflicción, etc. 

Ideas parciales aceptadas como absolutas

La idea fija personal de "como deberían ser las cosas" cuando choca con la realidad produce frustración, dolor, inseguridad, ira, y otras emociones negativas. Y este es un punto complicado, pues necesitamos hacernos una idea del mundo, el problema es cuando nos tomamos demasiado en serio nuestra idea personal, imaginando que es una verdad absoluta, o identificańdonos inconscientemente con ella. 

La Naturaleza no conoce fronteras políticas; sitúa nuevos seres sobre el globo terrestre y contempla el libre juego de las fuerzas que obran sobre ellos. Al que entonces se sobrepone por su esfuerzo y carácter, le concede el supremo derecho a la existencia. - Adolf Hitler: Mi Lucha - 

La observación anterior sobre la Naturaleza es en principio correcta, pero aplicada de forma generalizada condujo a la idea de la eliminación de las "razas inferiores" a manos de las "superiores", más "aptas" para la existencia. Es preciso darnos cuenta de que nuestra capacidad de captar y modelar la realidad con nuestro pensamiento es muy limitada, y por tanto nuestras decisiones siempre tendrán un alto grado de parcialidad, y por ello pueden ser incluso injustas. Esa percepción puede hacernos sentir inseguros,  pero es que de hecho lo somos, hay muy pocas cosas seguras en la vida, una vida demasiado dinámica, demasiado inmensa para encerrarla en un marco mental limitado.

La realidad es complicada, y no puede simplificarse

Es fácil ver que incluso en las decisiones simples puede ser complejo, e incluso imposible, definir que se entiende por la mejor decisión. Veamos un ejemplo tomado del artículo Limitaciones de la toma de decisiones racionales:  una familia de 4 miembros A, B, C, D quiere decidir democráticamente, esto es,  todos los miembros de la familia tienen una opinión del mismo valor, su destino de vacaciones de entre tres posibles: playa, montaña, o turismo en una ciudad extranjera. Deciden votar cada uno ordenando de más a menos cada destino según sus preferencias. Los resultados de la votación han sido:


1-Playa 2-Montaña 3-Ciudad
A
B
C
D

Por ejemplo, el miembro A ha elegido en primer lugar playa, en segundo montaña y en último lugar de preferencia una ciudad en el extranjero. Planteamos la pregunta: ¿cuál es el mejor destino para esta familia, en el sentido de satisfacerlos lo máximo posible? A poco que pensemos, veremos que no hay una solución clara. 

Si con este ejemplo simple vemos que no es tan simple la decisión, con las decisiones complejas será mucho peor. Las sociedades modernas se hacen más y más complejas a medida que se desarrollan: tenemos miles de normas, directivas, leyes, etc. y su número va creciendo; al redactar cualquiera de ellas se están tomando decisiones que afectaran a grupos de personas que quedaran sujetas a las normas. ¿Cómo se toman estas decisiones? ¿Con que criterios? Dada la imposibilidad de decidir de forma óptima, las ideologías y creencias se revelan como necesarias para poder decidir. 
Una ideología viene a ser una especie de profiláctico para un grupo social contra la incertidumbre; las ideas preconcebidas y pre-aceptadas como ciertas de la ideología escogida por el grupo ayudan en buena parte a tomar las decisiones necesarias de ámbito social. Estas ideologías inspiran políticas, que aplican los representantes en la tarea de gobierno. Del mismo modo, las creencias personales tienen el mismo papel pero en el ámbito personal y familiar. Pero es importante ver que ninguna ideología, política o creencia es "la más correcta", por mucho que nos creamos lo contrario;  así que cualquier decisión tomada, por muy elaborada que sea, será siempre sólo parcialmente correcta. Desde este punto de vista es interesante observar el hecho de que, habitualmente, se olvida esta limitación intrínseca, y se defienden ideologías y creencias como si fueran absolutas, incluso se intenta imponer una ideología a personas que no las comparten, produciendo enfrentamientos y represiones entre grupos, entre individuos , o entre estados que pueden ser desde dialécticos hasta extremadamente violentos (!). 

Desenredando nuestra mente

La única solución al enredo de fuerzas contrapuestas en el que vivimos, a la inseguridad, a la parcialidad de nuestras ideas y modelos, es ser más y más conscientes. Pues la consciencia es un modo de conocimiento directo, sin filtros ideológicos previos, sin parcialidad; la pura observación sin juicio permite captar mejor la realidad, y si después necesitamos, por razones prácticas, emitir un juicio sobre lo observado, debemos también enjuiciar con plena conciencia, sin pre-juicios basados en ideas fijas previas, y sabiendo que todo juicio, opinión o modelo es parcial. 

Grafiti bastante enredado, ¿será un reflejo de la mente del autor?

Cuando realmente nos damos cuenta del modo habitual de funcionar, tan inconsciente, tan enredado, de las personas, lo entendemos y lo aceptamos: dejamos de luchar contra las opiniones de los demás, pues hacerlo es sumirse en el mismo estado de inconsciencia, y alguien que está dormido es incapaz de despertar a otro que también está dormido. Primero despertemos nosotros, y permaneciendo en plena consciencia, desde esa posición, observemos, escuchemos, hablemos y actuemos con conocimiento no sesgado ni parcial. 
















divendres, 3 de novembre del 2017

La conciencia absoluta en los antiguos Upanishads


Los Upanishads son una colección de libros espirituales en la tradición hindú escritos en sánscrito por diversos autores en un período muy amplio de tiempo, estando datados los más antiguos alrededor del siglo VI antes de Cristo. 

Una de las traducciones más respetadas es la del autor Eknath Easwaran; según él, un "upanishad" podría significar un "sentarse a los pies de", esto es, a los pies de un sabio para una sesión de instrucción espiritual, que usualmente se habían retirado de la vida mundana para dedicarse exclusivamente a la meditación y a la enseñanza. Lo que ofrecen estas escrituras es universal e intemporal, igualmente relevante hoy en día que hace 2.500 años.



A continuación ofrecemos un resumen traducido del Upanishad Aitareya, según Easwaran.

Introducción

Quizá la mayor contribución del los Upanishads es el abrirnos los ojos a lo que realmente significa ser un ser humano. La constante tarea de los sabios es despertarnos a la naturaleza sagrada de nuestro entorno, de las criaturas vivas, de nuestros semejantes, y finalmente de nuestra propia realidad interna. Esta visión exaltada del ser humano fue anunciada por un monje ingĺés anónimo del siglo XIV que nos ha legado un gran documento místico, The cloud of Unknowing:

Entre tu y lo exterior a ti yace todo el Universo creado. Si, incluso el Sol, la Luna, las estrellas. Están sobre ti, espléndidas en el firmamento, e incluso así no pueden compararse a tu exaltada dignidad como ser humano ... No hay nada superior a ti en la Naturaleza excepto Dios mismo.
¿Cómo puede ser así? ¿Cómo puede este minúsculo, frágil cuerpo cuyo tamaño es menos que insignificante, ser tan importante? Porque, como los Upanishads y todos los grandes místicos afirman, nosotros no somos este frágil cuerpo, sino que somos lo que causa que se mueva, respire, y esté vivo: conciencia. En este Upanishad se afirma que todo es conciencia. Y la misma conciencia es la vida de todo.

Este Upanishad lo explica a través de una historia sobre la evolución, un mito; para el pensamiento moderno este relato aparece como muy Lamarckiano porque equipara la fuerza de la evolución al deseo; pero si atendemos al hecho de que los sabios entienden el deseo precisamente como eso, como una fuerza, más que como una simple emoción, el mito no es tan implausible. La fuerza titánica de la evolución nos sugiere algún tipo de guía, de motivo; cuando los sabios, o los filósofos griegos, lo etiquetan como "deseo", lo que hacen es conectar la vida en el aquí-y-ahora con ese maravilloso proceso cósmico por medio del cual el Uno se manifiesta a sí mismo como muchos. En los primeros párrafos sobre la creación este Upanishad recuerda al Génesis de la Biblia, una coincidencia notable, pero después se distancia, introduciendo los conceptos de la espiritualidad hindú: purusha, apana, prajna i Brahman

Un gran sabio de la India contemporánea que en su visión exaltada de la realidad coincidía mucho con los Upanishads, Sri Ramana Maharshi, contestó a una pregunta relativa a la felicidad y al Ser de un distinguido filósofo en estos términos:

La felicidad es la verdadera naturaleza del Ser; felicidad y Ser no son diferentes. No hay felicidad en ningún objeto de este mundo. Debido a nuestra ignorancia imaginamos que la felicidad se deriva de los objetos. Cuando la mente se cree eso, experimenta miseria. En verdad, cuando sus deseos son satisfechos, la mente se vuelve a su propio hogar y disfruta de la felicidad del Ser.

Upanishad Aitareya

Antes de que el mundo fuera creado, sólo existía el Ser, el Yo (Yo soy). 
Entonces el Ser pensó "voy a crear el mundo", y sacó todos los mundos de sí mismo. 
El Ser pensó entonces, "vamos a crear guardianes para estos mundos" (NOTA: aquí, las leyes y principios de la naturaleza).
De las aguas originó el espíritu (Purusha).
Y del espíritu creo las formas. 
Así vinieron estos guardianes a la existencia.
El Ser les provocó entonces hambre y sed.
Los guardianes pidieron al Ser: danos un lugar donde vivir y alimentarnos.
El Ser creó la vida animal y les envió allí. 
Ellos dijeron: "no es lo que deseamos"
El Ser creó la forma humana.
Ellos dijeron: "¡perfecto! la forma humana es perfecta para nosotros.
El hambre y la sed dijeron al Ser: "danos un lugar".
El Ser contestó: "entrad en los guardianes y compartid la vida con ellos".
Así que el hambre y la sed de comida, bebida y placer nos acompañan en la vida.
(. . .) 

El Ser meditaba sobre las aguas, "vamos a traer alimento para ellos".
Y el alimento apareció en la forma de materia.
Pero el alimento trató de escapar, con miedo, y el ser (humano) intentó capturarlo con el habla.
No lo consiguió, las palabras no servían. 
Meramente repitiendo el nombre de la comida no se sacia el hambre. 
Trató de capturarlo con el aliento, pero no pudo.
Meramente oliendo la comida no se sacia el hambre.
Trató de capturarlo con el oído, pero no pudo.
Meramente escuchando la comida no se sacia el hambre.
Trató de capturarlo con la mente, pero no pudo.
Meramente pensando en la comida no se sacia el hambre.
Trató de capturarlo con el sexo, pero no pudo.
Con la unión sexual no se sacia el hambre.
Trató de capturarlo con apana (NOTA: energía vital relacionada con prana),y por fin lo consiguió. 
Así que es apana lo que trae el alimento, y es apana lo que vive en el alimento. 
(. . .) 

La vida empieza en el ser humano fruto de la sexualidad.
Y empieza dentro de la mujer. Éste es el primer nacimiento.
El ser que ha nacido y la mujer son uno hasta el segundo nacimiento.
Cuando envejece, arroja su cuerpo, para nacer de nuevo. 
Este es el tercer nacimiento.
(. . .)

¿Quien este Ser sobre el cual meditamos?
¿Es el Ser por medio del cual nosotros vemos, oímos, olemos, gustamos?
¿A través del cual pronunciamos palabras?
¿Es el Ser la mente a través de la cual percibimos, entendemos, sabemos, pensamos, recordamos, deseamos, actuamos y amamos?
Estos son simples siervos del Ser, que es pura conciencia (prajna). 
El Ser es todo en todo lo que existe.
La conciencia pura lo guía todo.
El mundo reposa en la conciencia, y la conciencia es Brahman (NOTA: aquí, la realidad última del Universo, el absoluto)