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dimecres, 1 de novembre del 2017

Mindfulness exterior, interior y central

Mindfulness externo

Actualmente ya existe en la red muy abundante material sobre mindfulness, o conciencia plena, entendida como técnicas atencionales, esto es, de entrenamiento de la atención en el aquí-ahora. Al estar enfocada la atención en lo que está sucediendo en el instante presente, se evita que la mente divague recordando el pasado o imaginando el futuro, y sólo esto ya produce una sensación de paz.

Además, si la atención es lo suficientemente intensa y constante (no "viene y se va", sino que permanece) los pensamientos que tratan sobre lo que está sucediendo en cada instante no son atendidos, con ello se produce una suspensión de los juicios (correcto, incorrecto, estoy de acuerdo, estoy en desacuerdo, me parece bien, me parece mal, etc) pues simplemente nuestra atención no los atiende. Esta característica de la conciencia plena, la observación sin juicio, es seguramente la menos comprendida a priori, cuando comienzas a interesarte por el tema; surgen las dudas "¿cómo es posible vivir una situación sin opinar en absoluto sobre ella?" incluso se piensa, "¿es deseable ese estado de no opinión sobre lo que observas?". Opinar, posicionarse sobre lo observado, emitir juicios, no queda en absoluto eliminado cuando accedes al estado de conciencia plena, lo que queda reducido es el enjuiciar de forma compulsiva, automática, mientras estas observando; este pre-juicio, un juicio antes de haber acabado de observar, limita nuestra capacidad de captar la realidad imparcialmente. También podemos expresarlo así: cuando escuchamos, escuchamos, cuando observamos, observamos, cuando emitimos un juicio, emitimos un juicio, cada cosa a su tiempo y con plena conciencia. Por esto las técnicas de entrenamiento de la atención plena nos sugieren realizar actividades simples, como caminar, cocinar, coser, etc, con plena atención: es un preliminar que nos entrena para hacer una cosa cada vez, lo contrario de la multitarea.

Se denomina mindfulness exterior a esta técnica de atender plenamente a lo que sucede en nuestro entorno, a nuestro quehacer en cuanto actividad relacionada con el exterior.

Mindfulness interior

Cuando pensamos, estamos atendiendo a nuestros pensamientos, y así los llevamos a nuestra consciencia; si no los atendiéramos, no podrían persistir más que un instante, sólo en el momento en que surgen, para a continuación o bien disolverse o bien pasar a ser inconscientes, en éste último caso a menudo darán lugar a sueños mientras durmamos, pues la mente inconsciente sigue trabajando con todo lo que nos ha sucedido y vivido, aunque sea en la imaginación. Este atender a nuestros propios pensamientos es un proceso automático: surge el pensamiento, capta nuestra atención, y sigue el proceso de pensar, de desarrollar la idea, hasta que lo completamos o bien surge otro pensamiento, al que nuestra atención "salta". A veces el proceso es voluntario: decidimos reflexionar sobre un asunto y no nos distraemos de esos pensamientos pues consideramos que son importantes; pero lo más frecuente es pensar y atender el pensamiento de forma no voluntaria sino automática, incluso compulsiva. Mindfulness exterior, al enfocar la atención sobre el exterior, ya impide que la atención salte a los pensamientos automáticos. Pero se puede ir más allá en este proceso de acceso a otro estado mental más despierto.

El dato importante aquí es que estamos separando la atención del pensar, pues estamos hablando de atender, o no atender, a los pensamientos. Podemos extender esta atención interna a todo nuestro universo interior, no sólo los pensamientos sino también las emociones y sentimientos. Al darnos cuenta de que nuestra atención no tiene porque seguir automáticamente a nuestros pensamientos ni a nuestros estados emocionales, nos liberamos de ellos, podemos observarlos, de forma similar a como observamos el exterior, sin reaccionar compulsivamente. En ese estado podemos encontrarnos a nosotros mismos diciendo "percibo que surge un pensamiento", "percibo que se instala un estado emocional negativo".  Como en el mindfulness exterior, sólo observamos sin emitir juicio, no nos culpamos por sentir una emoción negativa, no nos alteramos por un pensamiento automático involuntario, aceptamos la situación de forma imparcial, y posteriormente podemos, si lo consideramos conveniente, retirar nuestra atención de ese "objeto" interior, con lo cual el pensamiento o la emoción pierden fuerza y se disipan, o todo lo contrario, prestar nuestra atención voluntariamente, nuestra atención plena.

Conciencia plena de ser, o "mindfulness central"

Cuando ya estas bien establecido en el estado de atención plena aquí y ahora tanto en el exterior como en tu interioridad, puede suceder que se empiece a vislumbrar otro estado, otra posibilidad. Pues resulta que has separado tu atención de tus pensamientos-emociones, pero sucede que habitualmente las personas nos identificamos mucho con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones, que junto con nuestro aprendizaje previo constituyen nuestra personalidad. Cuando estas habituado a enfocar o desenfocar la atención de todo eso con lo que te identificabas, la propia identificación va perdiendo fuerza, y empiezas a sentirte ser "otra cosa" más allá de todo eso. ¿Qué cosa? Pues de hecho no eres ninguna "cosa", simplemente eres.  

Esta nueva conciencia de simplemente ser se establece gradualmente, y conforme se consolida, dejas de pensar constantemente. Surge una conciencia que puede nombrase como de "presencia", simplemente estas presente. Sigues teniendo una personalidad, pero la tienes, no la eres. Se puede ver desde otro punto de vista: existe en nosotros una conciencia central, o profunda, quizá es de donde surge nuestra capacidad de percibir, ya no de simplemente percepción sensorial, sino de percepción en general, esa capacidad de percibir incluso lo más sutil de nuestro mundo interior, o también de los sentimientos nuestros o de otros, de conexión con otras personas a niveles sutiles. Porque somos conscientes solo de lo que percibimos, así que conciencia y percepción van de la mano. No he visto en la literatura de mindfulness ningún nombre para este tercer estado de atención plena, así que he utilizado la etiqueta mindfulness central, o atención plena central, que nos lleva a la conciencia de simplemente ser, más allá de la personalidad, pensamientos, emociones y sentimientos.

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