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diumenge, 24 de gener del 2016

Tipos y técnicas de meditación

Cuando empezamos a interesarnos en la meditación y queremos informarnos, nos encontramos con que hay muchas maneras diferentes de hacer la meditación, muchas técnicas de meditación, y es frecuente encontrar información contradictoria. Como en toda actividad humana que trabaje con la interioridad, escoger cuál técnica es la adecuada es un asunto personal, frecuentemente un proceso de ensayo-error, probando algunas técnicas hasta encontrar una que sea adecuada a nuestras características personales. Es un poco como comprarse zapatos: los probamos hasta que encontramos los que nos son cómodos.

La idea de este artículo viene del post 23 types of meditation, y su propósito es el mismo: ayudar a conocer algunas de las distintas prácticas de meditación, para facilitar su elección. En ningún caso pretende ser un artículo enciclopédico, y tampoco sentar cátedra, simplemente pretende dar una introducción simple a las técnicas que creo más recomendables, excluyendo aquellas que pueden ser complicadas, confusas, peligrosas o que exigen tener algún "gurú" para iniciarnos. Además, me restringiré a las que conozco de primera mano, aunque sea sólo superficialmente.

Antes de presentarlas, daremos un criterio de clasificación para ayudarnos a distinguirlas:

  • Meditación Estática: el cuerpo no está en movimiento, está en una posición determinada (asana). Su práctica suele estar restringida a una sesión, entre 20-30 minutos hasta una hora, aunque hay algunas excepciones que se extienden a todo el dia.
    • Atención centrada en un objeto externo: concentramos la mente observando algún objeto exterior.
    • Atención centrada en el cuerpo: concentramos la mente observando nuestro propio cuerpo
    • Atención centrada en la interioridad: dirigimos nuestra atención a nuestra propia mente
    • Meditación dinámica o en la acción: meditamos mientras nos movemos
      • Movimientos prefijados: se ejecutan con el cuerpo series de movimientos prefijados por la tradición,  con plena atención
      • La vida es meditación: se medita en la vida diaria, mientras actuamos en nuestro entorno habitual


    1. Meditación Vipassana

    Meditación de la escuela budista, de tipo estático, que usa la atención centrada en el cuerpo y en la interioridad. Distinguimos dos niveles.

    Nivel principiante: centrar la atención en la respiración; cualquier otro foco de atención no solicitado que pueda aparecer, como sonidos, sensaciones corporales, etc, es "etiquetado" y "soltado". Por ejemplo, mientras estamos atendiendo a la respiración oímos un ruido que nos distrae procedente de otra habitación, inmediatamente lo etiquetamos pensando "un ruido", y volvemos a poner nuestra atención en la respiración. El etiquetado ayuda a que la mente no divague pensando en el objeto de distracción, dando por terminado el asunto con su categorización (la etiqueta). 

    Nivel avanzado: Después de dedicar un tiempo a la atención en la respiración, como preparación previa para calmar la mente, se cambia el objeto de atención a la propia mente, observando como aparecen los pensamientos, los etiquetamos, y los dejamos desaparecer sin prestarles más atención. Con el tiempo se desarrolla la capacidad de  ver que las tres características de la actividad mental son: la impermanencia (anicca) pues los pensamientos vienen y se van, la insatisfacción (dukkha) pues por eso no paramos de generar pensamientos y el vacío del yo (Annata) pues la idea del yo es otro pensamiento más. Como resultado, se obtiene ecuanimidad, paz y libertad interior.

    2. Mindfulness

    Originada en la meditación Budista Zen y inicialmente extendida en Occidente de la mano del monje Thich Nhat Hanh, es más una forma de vivir aplicable a todo el dia que no una técnica a aplicar en una sesión de meditación; por este motivo la clasifico como meditación dinámica o meditación en la acción, ya que la practicamos mientras ejercemos nuestras actividades normales, no se trata de realizar una sesión, sino de vivir con plena atención.

    La práctica consiste en prestar plena atención, estar presente, mientras actuamos en el mundo, estar al tanto de lo que está pasando, en vez de ir con el  "piloto automático" activado. Si estamos hablando, prestamos atención a las palabras que surgen, si escuchamos, lo hacemos con plena presencia y atención. Si caminamos, somos conscientes de los movimientos del cuerpo, los pies tocando el suelo, los objetos de la calle que se van moviendo a nuestro alrededor, etc. Esta atención plena continuada impide que la mente divague:

    "En Mindfulness uno es no sólo está tranquilo y feliz, sino también alerta y despierto. La meditación no es una evasión, es un encuentro sereno con la realidad ". Thich Nhat Hanh, El Milagro de Mindfulness: Introducción a la Práctica de la Meditación.

    3. Meditación bondadosa (Loving kindness, o meditación Metta

    http://www.dhammabooks.com/shop/books/four-sublime-states-the-practice-of-loving-kindness-mettaby-venerables-nyanaponika-thera-nanamoli-thera/Meditación budista de tipo estático que usa la atención centrada en la interioridad. En la sesión de meditación se empieza deseando bienestar y enviando pensamientos de bondad amorosa hacia uno mismo, después progresivamente hacia el entorno cercano (familia, amigos), a los demás (comunidad de vecinos, ciudad) y finalmente expandimos nuestros buenos deseos a todos los seres. ¿Los beneficios?

    "Para aquel que correctamente atiende a la liberación del corazón por la benevolencia, la mala voluntad que aún no ha surgido no llega a plantearse, y la mala voluntad que surgió se disipa." - Buda

    4. Meditación con mantras

    Es de tipo estático centrada en la interioridad. Un mantra puede ser una palabra, una frase corta o incluso una oración completa. No es necesario que tenga un significado especial. En la sesión se repite el mantra, bien de viva voz bien mentalmente, con los ojos cerrados, apartando de la mente cualquier otro tema que no sea el mantra. Ha de pronunciarse, o pensarse, con resolución, con plena atención, lentamente. Al proceder así, centramos la mente y evitamos el pensamiento disperso automático: es un ejercicio de concentración mental.

    Cuando nos hacemos expertos en esta meditación, se puede ralentizar más y más la repetición, hasta que llega un momento que nos hacemos conscientes del silencio que se produce entre una palabra y la siguiente. Poco a poco, el silencio pasa a ser el objeto de atención, y el mantra va pasando a segundo término. De esta forma, el mantra puede verse como una meditación para principiantes que puede llevarnos a la meditación en el silencio, más avanzada.

    En las tradiciones espirituales hindúes orientadas a encontrar lo divino por el camino devocional (como en el Bhakti Yoga o en la tradición Sikh)  también se usa el mantra para inducir estados de unión emocional con lo superior. En este caso el mantra puede usar palabras de adoración a lo divino, o adoptar variantes cantadas (kirtan). En Estados Unidos se formaron a finales del siglo XX comunidades Sikh, dentro de las cuales han surgido cantantes que han musicalizado mantras tradicionales Sikh, usando instrumentos hindúes, como por ejemplo Snatam Kaur.
     Hay también versiones de la meditación con mantras que se extienden a todo el dia, no sólo a una sesión, siendo por tanto de tipo dinámico; el mantra se repite mentalmente siempre que estemos ocupados en tareas rutinarias que realizamos automáticamente: para conseguir que la mente no divague la emplazamos a recitar el mantra. Suelen formar parte de planes de vida meditativa que, como sucede con el Mindfulness, trascienden el ámbito de la sesión para abarcar toda la actividad, con lo cual pasan a formar parte del grupo de meditaciones activas; como ejemplo citaremos el programa de ocho puntos de Eknath Easwaran

    5. Meditación de la fijación de la mirada (Trataka)


    Es un método estático a la vez  externo e interno que pertenece a la escuela de meditación del Yoga. Es una forma de centrar la mente a través fijar la mirada en un objeto. De todos los métodos que consideramos en este artículo para mí es el más difícil, aunque esto dependerá de la persona. Hay tres niveles de dificultad:

    • Básico: se realiza con los ojos abiertos, mirando el objeto concentradamente, de forma absorta, excluyendo cualquier pensamiento, incluso los pensamientos acerca del objeto que pudieran surgir. El objeto suele ser por lo general una vela o también un fuego. La vista debe estar fija en el objeto, incluso en la medida de lo posible sin parpadear. 
    • Medio: después de pasar por la parte básica del ejercicio, cuando quizá los ojos empiezan a lagrimear por el esfuerzo de mantenerlos fijos sin sin parpadear, cerramos los ojos. Si hemos mantenido por suficiente tiempo la vista fija en la llama, al cerrar los ojos veremos la imagen de la llama que se ha quedado "fija" en la retina. Procedemos ahora a seguir mirando esa imagen interna, con total concentración. En esta fase se consigue acceder a una profunda paz mental.
    • Avanzado: cuando la imagen en la retina empieza a desvanecerse, y nos quedamos concentrados mirando la oscuridad, la nada, volvemos nuestra atención hacia atrás, hacia el propio observador. Si tenemos éxito, llegaremos a notar un primer atisbo de conciencia pura, de ser interior. Cuando se llega a este estadio, incluso abriendo los ojos puede mantenerse la mirada interior fija en el observador: es la mirada del yogui denominada Trataka,  una especie de mirar sin mirar, abstraído en el interior.



    6. Tai-Chi

    Es un arte marcial interno que trabaja con la conciencia de la energía corporal. Se realizan series de movimientos  secuenciales, con fluidez y suavidad, siendo necesaria la plena atención centrada en la realización para conseguir precisión, fluidez y sincronización.

    En el nivel principiante, es necesaria una cierta relajación del ejecutante, una tensión muscular  o mental excesiva nos aleja de los beneficios perseguidos, aunque no se pide relajación profunda. En el nivel avanzado, se enfoca la atención más allá del cuerpo y de la mente «cotidiana», entrenando la conciencia profunda, la profunda intención y la inteligencia profunda. En ese estadio avanzado, se necesita relajar profundamente el cuerpo y la mente para ser consciente de los niveles profundos del ser. Como método de meditación podemos pues clasificar el Tai-Chi dentro de la meditación dinámica con movimientos prefijados.


    7. Hatha Yoga


    En el Hatha Yoga también se realizar series de posturas corporales (asanas) mantenidas por un corto espacio de tiempo (por ejemplo, un minuto por postura).   Hay la exigencia de producir movimientos correctos sin esfuerzo: cualquier derroche de energía en un movimiento, o postura mal realizada, merman casi totalmente su eficacia. Además se ha de estar plenamente consciente de las posturas mientras se hacen. En la variante del Yoga Iyengar se incide especialmente en la concentración de la mente para conseguir la perfección en las posturas y en su secuenciación: orden y tiempo de permanencia correctos en cada asana. Con esta concentración en el cuerpo y en las asanas se persigue la transformación de la conciencia: es por tanto a la vez una meditación estática, en cada asana, y dinámica, manteniendo la concentración durante toda la serie de posturas.

    8. Meditación en el silencio

    En esta meditación, del tipo estática centrada en la interioridad,  nos hacemos conscientes del silencio que hay detrás, como fondo, de toda la actividad mental. Es una meditación difícil para un principiante, a la que es mejor llegar desde la práctica de otras meditaciones, con cierta experiencia acumulada. En palabras de Antonio Blay:
    "El silencio tiene un efecto extraordinario porque permite que nuestra mente se tranquilice y ahonde, se aclare, se estabilice, se fortifique; que nuestros sentimientos, o sea, toda nuestra vida afectiva, también se ordene, se consolide. Además, el silencio es el medio magistral para ponernos en comunicación con otros niveles, con otros órdenes de experiencia. Sabemos que existe la intuición; pues el cultivo del silencio es el medio de acceso voluntario a esta intuición. También aprendiendo a estar en silencio desarrollaremos unas capacidades de sensibilidad para entender más a los demás." - Antonio Blay,
    Una forma de llegar a este silencio mental es a través de  la relajación profunda, tanto física como mental, en la cual  primero se consigue una distensión progresiva de todos los músculos, superficiales y profundos, a continuación se procede a la tranquilización emocional, y en la tercera fase cesa todo movimiento mental. Es imprescindible no perder la conciencia en ningún momento, no dormirse: hay una actitud  voluntaria, consciente,  que constantemente dirige el proceso de relajación progresiva a lo largo de toda su duración. En fases adelantadas esta atención se convierte en la conciencia-testigo o atención central.

    9. Meditación en la naturaleza de la realidad  y del Ser

     En esta meditación también del tipo estática centrada en la interioridad, usamos nuestra mente de una forma diferente a la habitual: no es un razonamiento lógico, sino más bien una formulación de preguntas profundas sobre la realidad que esperamos sean contestadas de forma intuitiva, pues la mente es incapaz de responderlas. O  sea, la mente plantea las preguntas, "dejándolas en el aire", y se queda a la escucha, sin razonar, esperando alguna intuición, o incluso revelación, relativa a su respuesta. De nuevo citando a Antonio Blay:


    ¿Qué quiere decir "ser"?
    ¿Qué quiere decir "inteligencia"?
    ¿Qué quiere decir "amor"?
    Penetrar dentro de lo que esto significa, eso sí que es importante, porque penetrar dentro de esto significa convertirme en lo que esto es.  No se trata de penetrar sólo para luego volverme atrás, sino que es un  penetrar para que aquello penetre en mí en una inter-fusión, en una actualización vivencial de la realidad objeto de meditación, lo que produce una auténtica transformación.

    Hay una variante que  consiste en no preguntar, sino negar, mas exactamente, mostrar a la mente lo que no somos: no soy el cuerpo, tampoco mis emociones, ni mis pensamientos, ... Se trata de ir ahondando, quitando todo lo que es superficial, buscando lo que queda, lo que realmente somos en el fondo.

    10. Meditación en la Naturaleza

    Se realizan al aire libre en un entorno natural. Nos re-conectan con la inteligencia básica de la naturaleza, y ayudan a fijar nuestra vida en un ritmo más natural. Hay diversas variantes: en las meditaciones sensoriales centramos nuestra atención en la experiencia de la naturaleza - vista, oído, tacto, olfato (y tal vez incluso gusto). Si la mente empieza a divagar, la regresamos suavemente al entorno natural.  También podemos simplemente dejar nuestra atención absorta en  un paisaje.


    dijous, 21 de gener del 2016

    La ira desapercibida

    La ira es la emoción que libera, o que maneja, más energía, la cual pide ser canalizada, empleada para algo, de lo contrario puede dañarnos a nosotros mismos y a los demás. La ira explosiva que desemboca en violencia física o verbal no es la que trataremos aquí, atenderemos en cambio a la ira de baja intensidad, más frecuente, más sutil, que incluso puede pasar desapercibida, aunque no sus efectos, siempre dañinos. En efecto, la ira sutil suele quedar latente, y siempre que tenemos ira sin liberar nos afecta negativamente, quizá de forma inconsciente.

    La ira y el apego

    When you keep thinking about sense objects, attachment comes. Attachment breeds desire, the lust of possession that burns to anger. Anger clouds the judgement; you can no longer learn from past mistakes. Lost is the power to choose between what is wise and what is unwise, and your life is utter waste. But when you move amidst the world of sense, free from attachment and aversion alike, there comes the peace in which all sorrows end, and you live in the wisdom of the Self. - The Bhagavad Gita
    Traducción: Cuando tu te mantienes pensando en los objetos de los sentidos, te apegas a ellos. El apego alimenta el deseo, la codicia de poseer que alimenta la ira. La ira nubla el entendimiento; ya no puedes aprender de los errores del pasado. Pierdes el poder de escoger entre lo que es sabio y lo que no lo es, y tu vida es absolutamente desperdiciada. Pero cuando te mueves en medio del mundo de los sentidos, libre tanto de apego como de aversión, entonces te viene una paz en la cual todo el sufrimiento termina, y tu vives en la paz del Ser.
    El apego que nos interesa aquí es sutil: es a ideas preconcebidas en nuestra mente. Puede ser a la idea de ti mismo, a como crees/deseas que los demás se comporten contigo, o como quieres que sea tu vida en general. Cuando ese apego es atacado, surge la ira como mecanismo automático de defensa. El antiguo texto del Gita nos hace una advertencia muy seria en este sentido: con la ira generada por el deseo frustrado perdemos nuestra capacidad de discernir, nuestro "sentido común", y una vida así está desperdiciada, según el punto de vista del que busca la sabiduría.

    ¿Cómo se manifiesta esta ira de baja intensidad? Siguiendo al Dr. Bizquerra, tenemos una galaxia entera de emociones relacionadas con la ira:

    Algunas emociones relacionadas con la ira; Dr. bizquerra: apuntes de
    Gestión emocional y afectiva, Máster Remind, UB



    Pongamos un ejemplo: el despecho, emoción (negativa) que surge cuando alguien no nos presta la atención que creemos merecer, o que esperamos. Es una especie de resentimiento, pero con tintes distintos. En todo caso, esperábamos algo de alguien, que no nos ha dado, y hay una respuesta de ira. No hay violencia explícita, pero sí una animadversión contra alguien ... !por el mero hecho de no cumplir nuestras expectativas!

    Otro ejemplo de ira que puede pasar por otra cosa si no afinamos nuestra percepción es la indiferencia, o la frialdad con alguien:

    Emociones de resentimiento

    En el origen de esa actitud emocional de frialdad encontramos de nuevo a la ira: el proceso es parecido, algo o alguien al que habíamos desarrollado apego no cumple con lo deseado, y nuestra reacción es de ignorarlo. Cuando ignoramos algo, le quitamos nuestra atención, lo apartamos de nuestra conciencia, que es una forma de destruirlo, de quitarlo de nuestro mundo. La ira es siempre destructiva, en todas sus formas.

    La ira puede ser contagiosa

     Por el mismo mecanismo del apego, la ira puede contagiarse; por ejemplo si dos personas tienen apego una por la otra, y una de ellas cae en comportamientos dictados por la ira, incluso siendo de baja intensidad, la otra persona sin duda lo detectará. Estando también apegada, la frialdad, indiferencia, despecho, o cualquier otra forma de ira "solapada" le producirá un sufrimiento, al cual puede a su vez reaccionar con ira. Como un virus, la ira se ha transmitido usando como mecanismo de infección el apego. Es una de las formas más rápidas de destruir una relación, pues la ira, como energía que es, puede irse acumulando en la persona hasta ahogar cualquier sentimiento de amor o amistad.

    Como notar la ira desapercibida y como evitarla

    Para ser capaz de percibir que estamos en un estado negativo basta con ser un poco conscientes de lo que estamos viviendo en cada instante. Cultivar la vida interior es un poco esto: ser capaz de ser protagonista de lo que sucede en nuestro interior, no una víctima inconsciente, arrastrada por emociones automáticas.

    Una vez detectado el estado negativo, y es importante hacerlo cuanto antes mejor para evitar que se vaya haciendo fuerte en nuestro interior, tenemos que contrarrestarlo con alguna técnica de gestión emocional, relajación, meditación, etc. Claro lo ideal sería, tal como indica el Gita, estar libre de apegos, ser un espíritu libre, pero eso es otra forma llamar a la auto-realización, que no es nada fácil de conseguir. En ese estado, no nos identificamos con nada que nos sea el Ser: ni el cuerpo, ni las emociones, ni los pensamientos. Al no identificarnos con nada, no podemos tampoco apegarnos a nada, somos libres.









    dimarts, 19 de gener del 2016

    ¿El amor es, sobre todo, una habilidad práctica?

    En la novela "Victus - La caída de Barcelona", de Albert Sánchez Piñol, el héroe protagonista,  o mejor, el anti-héroe, es un hombre sin recursos, que al principio de la novela, en su juventud, se enamora de una rica heredera, siendo además el sentimiento mutuo. La historia de amor dura poco: cuando un hombre rico aparece en la escena, la chica decide que la vida con ese buen partido es la mejor opción, rompiendo el corazón del protagonista, que amargamente razona: después de todo, el amor es la cosa más práctica que existe.

    Este razonamiento me hizo reflexionar, pues la opinión común es todo lo contrario, al menos eso parece a juzgar por la cantidad de canciones, películas y novelas románticas.
    Acerca de ese tema encontré un post en el blog Thanking the spoon (Insights from a Buddhist Life Coach), con el título "los seis tipos de amor" ( The six types of Love) donde establece:
    Hay seis tipos de amor:

         Físico
         Sexual
         Emocional
         Intelectual
         Práctico
         Espiritual


    También afirma:

    "... Las relaciones parecen funcionar mejor cuando las dos personas son amadas principalmente según el tipo de amor que prefieren ... (los diferentes tipos de amor) revelan nuestros valores fundamentales, es decir, lo que es más importante para nosotros. Nuestros Valores generan nuestras expectativas y nuestra felicidad está determinada, al menos en parte, por la cantidad de estas expectativas que se cumplen por nuestras relaciones. "

    Me parece un análisis muy real y detallado, también revelador. En él veo otra manera de decir "el amor es sobre todo práctico": si no cumplimos con todos estos "tipos de amor" en la medida más o menos exacta que la pareja espera, la relación no será sólida. Es decir, hay una especie de perfil  personal, unas preferencias respecto a los tipos de amor posibles, y los perfiles de la pareja deben de ser compatibles. Por ejemplo, tal vez tu pareja quiere compromiso intelectual y espiritual por encima de todo, o tal vez el más importante es el apoyo emocional. De todos modos, es necesario ser experto en todas las áreas, y especialmente en las más importantes para la pareja.

    Por ejemplo, en la novela Victus, el protagonista cumple muy bien las expectativas de la rica heredera sobre el amor físico, sexual, emocional e intelectual y es por eso que establecen relaciones, pero falta cumplir también el aspecto práctico, muy importante para una chica de la alta sociedad: así, es una relación débil, sin futuro.
    En otro caso puede haber una buena concordancia en todos los aspectos menos en el emocional: uno de los miembros de la relación no se siente suficientemente apoyado, o bien quiere más empatía; en un caso así la relación puede aún funcionar, pero probablemente se irá deteriorando con el tiempo, a menos que se detecte y se ponga solución.

    Otro ejemplo de practicidad en la relación es cuando encuentras a alguien por el cual te sientes fuertemente atraído, cuando ya estas en pareja con otra persona; quizás la atracción se debe a que esa nueva persona encaja mejor en tu perfil que tu pareja actual, pero si la relación está afianzada, si has organizado tu vida en torno a ella, entonces el encuentro se convierte no en una oportunidad sino en una molestia a efectos prácticos: te complica la vida. Lo que se hace en estos casos es dar la espalda, ignorar, evitar, alejarte de la persona que te atrae, es decir, lo contrario de lo que expresa el amor auténtico, que es acercamiento, compartir y disfrutar de la compañía del otro. 

    Por tanto parece que el "amor", al menos lo que suele querer decir con esta palabra, es realmente una cosa práctica. Poco que ver con el amor real, que es incondicional, sin exigencias, constante y el mismo en todas las circunstancias, no afectado por ellas.

    Por otra parte lo dicho es, al menos, parcialmente aplicable a otros tipos de amor, como el familiar, en el cual los aspectos importante, o tipos de amor, son: Emocional, Intelectual, Práctico y quizá Espiritual. Podemos amar muy emocionalmente a nuestros hijos, pero necesitamos entenderlos y proporcionarles un entorno de seguridad, de otro modo no se sentirán realmente amados.

    diumenge, 3 de gener del 2016

    Mente y observador, vistos como ordenador y su usuario. Meditando en ello.

    En este artículo seguimos con el tema de diferenciar el sujeto de su mente individual, usando como metáfora un usuario de ordenador. Además, aprovechamos la metáfora para proponer una técnica de meditación.

    La mente como un ordenador, el sujeto/observador, como un usuario

    Imagínense un usuario delante de su ordenador, está con la atención absorbida, mirando a la pantalla. El equipo está ejecutando muchos programas a la vez, y el usuario los atiende, prestando atención a uno, después a otro, y así sucesivamente, ya que a diferencia de los ordenadores los humanos no somos capaces de atender a más de un programa simultáneamente. Así que la atención del usuario va saltando de un programa a otro, sin descanso. A veces, el usuario inicia un nuevo programa, a veces cierra otro, pero siempre hay muchos programas en ejecución; por otra parte, el equipo nunca se detiene, y el usuario tampoco: es un adicto al ordenador, tiene una adicción extrema.

    El ordenador es una metáfora de la mente individual, y los programas son los pensamientos; los programas, como los pensamientos, son un poco independientes: una vez que se inician, son capaces de iniciar otros programas, y de comunicarse con ellos, en una actividad sin fin. La mente que funciona como ese ordenador es la llamada "mente de mono" en varias tradiciones espirituales, ya que es igual a un mono en la selva saltando de rama en rama sin parar, y sin ningún propósito ni destino definido, simplemente salta. 

    Sigamos con la metáfora. Sucede que de tanto mirar y prestar plena y constante atención al ordenador, el usuario se olvida de sí mismo y llega a identificarse con el ordenador, con los programas en ejecución, con lo que muestran esos programas, o con una combinación de todo lo anterior. Su identidad queda absorbida por la actividad que realiza: atender al ordenador. De vez en cuando, el usuario tiene un breve momento en el  que se da cuenta de que él es alguien usando un ordenador, se ve a sí mismo como un usuario, pero la sensación se disuelve rápidamente, y la atención vuelve a la pantalla.

    Así que tenemos una mente que comparamos con un ordenador, y un usuario que comparamos ... ¿con qué? Con nosotros mismos, con nuestra verdadera identidad, que no está en la mente.

    Tomarse un descanso: meditar

    De la misma forma que, seguramente, recomendaríamos al usuario compulsivo que se tome de vez en cuando un descanso y se aparte unos minutos del ordenador, e incluso que, si puede, se tome unas vacaciones, ya que el pobre lleva toda su vida adulta literalmente enganchado a la máquina, es muy sano y recomendable que el sujeto aprenda a tomarse descansos de su propia mente, por no decir vacaciones, que ya es muy complicado. Descansar de nuestra mente, ¿qué significa en la práctica? Pues básicamente dejar de interactuar con ella, no podemos pararla, seguirá en marcha, pero retiramos nuestra atención de la pantalla, por así decirlo, y también retiramos las manos del teclado y del ratón. Cuando lo hacemos, estamos meditando: meditar es tanto calmar la mente (nivel básico) como tomarse un descanso de la mente, desconectando (nivel avanzado).

    Anandamayi Ma
    Hay diversas formas de descansar de la mente; las más sencillas de realizar intentan reducir la actividad de la mente por medio de la relajación, metafóricamente, sería como reducir el número de programas que se ejecutan, pero la atención sigue capturada por la mente. Otra técnica: podemos seguir "mirando la pantalla mental" pero dejando las manos apartadas del teclado y del ratón; vemos los programas ejecutándose, pero no inter-actuamos con ellos; es el tipo de meditación denominado Mindfulness; en ella la atención sigue estando en la mente, pero empezamos a realizar que no somos la mente, ya que la compulsión a interactuar se ha reducido o eliminado. En las formas de meditación más avanzadas la atención se retira temporalmente pero también totalmente de la pantalla-mente y se vuelve al propio usuario-sujeto, de forma que llega por fin a conocerse a sí mismo. Incluso existen algunas personas que han sido capaces de tomarse  unas largas vacaciones, ellas han sido capaces de librarse totalmente de la compulsividad: su estado habitual es de desconexión con su mente, y sólo la utilizan cuando tienen necesidad de hacerlo. Un ejemplo seria el de Sri Anandamayi Ma:

    "Mi conciencia nunca se ha asociado con este cuerpo temporal. Antes de venir a esta tierra, yo era la misma. Cuando era pequeña, yo era la misma. Crecí en la condición de mujer, pero todavía yo era la misma. Cuando la familia en la que había nacido hizo arreglos para que este cuerpo se casara, yo era la misma ... Y ahora, yo soy lo que siempre he sido. Incluso en el futuro, a pesar de que la danza del cambio de la creación me lleve a la sala de la eternidad, voy a ser lo que siempre he sido". Paramhansa Yogananda: Autobiografia de un Yogui
     

    Una técnica de meditación: el usuario se toma un descanso


    Cuando pensamos, ¿en qué pensamos? Solemos "hablar" con nosotros mismos, generando mentalmente palabras, en una conversación silenciosa con nosotros mismos; el lenguaje además de ser un medio de comunicación es también una poderosa herramienta de conceptualización, y es por eso que la usamos incluso cuando no nos estamos comunicando con nadie. También solemos recordar sucesos pasados, que incluyen palabras y/o imágenes. 

    Usemos ahora la metáfora del usuario y el ordenador: las palabras a veces aparecen en la pantalla, a veces las tecleamos. Las imágenes también aparecen, sacadas de la memoria del ordenador, o de Internet (en nuestro símil, una red de mentes individuales ... pero ahora no procede seguir por ahí). Vamos a describir una técnica de meditación usando esta metáfora.

     
    1. Antes de nada, tenemos que seguir las recomendaciones generales válidas para cualquier sesión de meditación: elegir un lugar y momento apropiados, postura apropiada, etc., y preparar el cuerpo para la sesión, relajándolo; al relajar el cuerpo, relajamos también la mente.
    2. Imaginemos ahora que somos el usuario de nuestra mente/ordenador;  cualquier interacción con la mente ha de ser o bien a través del teclado (palabras) o bien a través de la pantalla (imágenes). Pasemos un minuto visualizando este símil, y razonando que es un símil aceptable, teniendo en cuenta los que se ha leído hasta ahora en este artículo. Este es un punto importante: ver que lo que estamos imaginando tiene sentido, es razonable.
    3. Pasamos ahora a la meditación propiamente dicha: cerramos los ojos, y nos imaginamos que somos el usuario delante de nuestro ordenador, y que vamos a descansar unos minutos, apartando las manos del teclado, y mirando distraídamente por la ventana al cielo azul por ejemplo, o bien cualquier cosa fija, estática, simple, que no sea la pantalla del ordenador y que no se convierta en un nuevo objeto sobre el que pensar. Es importante "mirar" distraídamente, relajadamente: estamos descansando.
    4. Nuestra mente/ordenador no se detendrá, sigue funcionando; por tanto, estemos atentos a lo que sucede. 
    5. Si detectamos que aparecen palabras, frases, es que sin querer hemos vuelto a poner las manos en el teclado: suavemente, levantemos las manos de nuevo y descansemos, no tecleemos nada, estamos descansando.
    6. Si detectamos que estamos viendo imágenes, hemos vuelto la vista al monitor del ordenador, suavemente, apartamos la vista del monitor y volvemos a mirar distraídamente por la ventana, estamos descansando.
    7. Repetimos este ciclo de observar - darse cuenta de la actividad - soltar, durante algunos minutos. 
    8. Después procedemos con la salida de la meditación: de nuevo hay que seguir el procedimiento general, mover un poco las manos, ir tomando conciencia del cuerpo, frotarnos los ojos aún cerrados, respirar hondo, abrir los ojos.
    Esta meditación puede completarse en pocos minutos, 3-5' bastan, aunque también puede prolongarse, buscando el silencio interior. Será recomendable usarla varias veces al dia, como lo que realmente es: un breve descanso en el trabajo. Espero que os sirva, y si teneis dudas, sugerencias de mejora, etc. espero expectante vuestras valiosas opiniones :-)






    divendres, 1 de gener del 2016

    ¿Qué somos y quienes somos?

    Seguimos analizando el tema del yo, la dualidad y la no-dualidad, que ya se trató en ¿Qué es la conciencia? pero desde otro punto de vista: distinguiremos el qué somos o estamos siendo del quien somos.

    ¿Qué es lo que somos?


    Lo que somos es lo que expresamos, lo que conocemos, lo que tenemos y usamos; nuestro trabajo, nuestra casa, nuestras opiniones, etc. Fijémonos en que siempre utilizamos la palabra nuestro/nuestra.

    Siendo más precisos, lo que somos en cada instante es la suma de todos los contenidos de nuestra mente...

    Todo lo que un monje permanece pensando y reflexionando, se convierte en su tipo de conciencia. Buda: Majjhima Nikaya 19

    Estos contenidos abarcan tanto la mente consciente como la subconsciente que juntas forman nuestra mente individual.

    Desde el punto de vista de los contenidos de  la conciencia, también somos todos esos contenidos, en cada instante. En esos contenidos se incluye todo lo que conocemos, tambien las personas que conocemos, mejor dicho, se incluyen las imágenes mentales que nos hemos hecho de esas personas, no las personas reales. Estos contenidos son variables con el tiempo, así pues lo que somos también es variable.

    Cuando, en meditación profunda o en algún instante de conexión con el todo, nuestra conciencia se ensancha, abarcando un campo mucho mayor que el habitual, los contenidos de nuestra mente, experimentamos la sensación de ser todo, es la experiencia indescriptible de la conciencia de unidad. En esos momentos nos sentimos ser todo a la vez. 

    ¿Quiénes somos?

    Tenemos que discernir, diferenciar entre sí, el significado de estas dos preguntas: ¿Qué somos y quién somos?, pues no tienen el mismo significado. Por ejemplo, yo puedo estar ejerciendo de abogado, soy abogado, estoy ocho, incluso diez horas diarias pensando como un abogado, mi conciencia está llena de leyes, de procedimientos, de casos; después llego a casa, y entonces soy un marido y un padre, cambio mi papel en ese momento, dejo el trabajo aparcado hasta mañana. Todo esto, y más cosas (amigo, hermano, aficionado al fútbol, etc) las soy. Pero, ¿quien soy? Soy un sujeto, un individuo, que vive, que está viviendo esos estados, esos contenidos de conciencia. Pero estoy más allá de todos ellos. Es por eso que soy capaz de vivir tantos diferentes roles, porque soy independiente de ellos.

    Lo que sucede a menudo es que la conciencia está tan atrapada, tan mezclada con la mente consciente, que llega a olvidarse de que tiene una existencia independiente, de que podemos llevarla más allá de la mente y sus contenidos. Entonces el individuo se confunde, se identifica con sus contenidos de conciencia, que son los de su mente consciente, se cree que su mente y él son lo mismo. Y también sucede que, siendo la conciencia independiente de la mente, al expandirla, acostumbrada como está la persona a confundirse con la identificación "mi mente - mi conciencia - mi yo", tenga la impresión de que su yo desaparece, que deja de existir, que se funde con el todo, siguiendo a su conciencia que lo está abarcando todo.

    Pero el error sigue siendo el mismo: confundir el que soy con quién soy, confundir mis contenidos de conciencia con mi identidad. En el caso habitual, creo que quien soy es un personaje, una personalidad, un conjunto de pensamientos y recuerdos que ocupan mi conciencia, un ego; en el caso de conciencia expandida, el yo anterior queda como algo diminuto dentro del campo de conciencia, y el sujeto se identifica de nuevo con el campo, que es el todo, se siente ser todo. Pero sigue siendo un sujeto, siempre lo ha sido. En el centro del campo de conciencia, aunque sea una conciencia universal, sigue habiendo un sujeto, un alguien, ese es quienes somos. Ese sujeto es el Yo real, pero ¿qué es? Pues no es nada. Sí, sí, han leído bien: nada. Es la vacuidad del Budismo, es la conciencia pura sin contenidos ...

    You are the Solitary Witness of All That Is, forever free. Your only bondage is not seeing This. Ashtavakra Gita 

    Yo superior


    Pero a la vez ese Yo que no es nada en concreto, es alguien; aquí tenemos el punto difícil de entender, donde se bifurcan las filosofías dualistas y las no-duales. Siendo el observador independiente del campo de conciencia, no puede ser nada que sea objeto de conciencia; no puede ser nada material ni sensorio, ni tampoco nuestros pensamientos, ni siquiera la mente, la cual puede ser auto-observada. Por eliminación sucesiva, el Yo no es nada cognoscible, nada observable ... pero no obstante, es quien somos nosotros, en contraste con qué somos. Es alguien, una identidad más allá de la mente, más allá de conceptos. En la interpretación que estoy haciendo, las filosofías no duales que afirman que en última instancia el yo no existe, afirmo que se refieren al "yo mental", que efectivamente es una construcción, con una existencia relativa. Pero el Yo superior está más allá de la mente...

    Yo soy, el que Soy - La Biblia, antiguo testamento,Éxodo
    En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy. La Biblia, Nuevo testamento, Evangelio de San Juan

    Es esa la idea: alguien que simplemente es, sin ningún atributo, más allá de estados, definiciones, pensamientos. En esta concepción, aunque la conciencia sea no dual, y lo abarque todo, sigue existiendo un Yo fuera de esa conciencia, y por tanto volvemos a tener dualidad: "Yo, sujeto <-> campo de conciencia - contenidos u objetos".

    En meditación, podemos llegar a percibir ese Yo como un punto sin dimensiones dentro del campo de conciencia; forzosamente ha de ser así ya que no contiene nada. Y no obstante, es el protagonista de nuestra vida, es quienes somos en última instancia.