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dimarts, 3 de desembre del 2019

Fe en la conciencia

Fe

Tradicionalmente la fe se relaciona con creer, con tener confianza en algo que parece estar más allá de aquello que dicta la razón, quizá por que no se ve, quizá por que parece imposible, la fe se posee ante algo de lo que no se tiene seguridad. En el sentido religioso frecuentemente se ha reducido a un simple creer, a mantener una creencia a pesar de que las evidencias indiquen lo contrario. Y prácticamente la religión ha acaparado el concepto de fe, de forma que se relaciona fe con creencia religiosa.

Conciencia

Tenemos por otro lado el concepto conciencia, que también tiene su faceta religiosa, el "tener buena conciencia" relativa a una voz en nuestro interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal, pero actualmente está teniendo en Occidente una revisión profunda de la mano de la práctica de mindfulness - conciencia plena, con un significado bien distinto. El meditador avanzado puede  experimentar a veces una expansión y a veces una profundización de conciencia, pero no suele ser estable: durante una meditación puede suceder que experimente estados que van mucho más allá de la conciencia ordinaria, y en esos momentos se experimenta una unión con el todo imposible de describir con palabras, o una felicidad absoluta, o un profundo sentido de la propia identidad que trasciende la personalidad; son momentos que no duran, se desvanecen y sólo queda el recuerdo, la persona vuelve a su conciencia habitual.

Fe en la conciencia

Esos estados que se han vivido momentáneamente parecen casi irreales vistos desde la conciencia ordinaria, y al ser casi imposibles de describir parecen aún más fuera del dictado de la razón, que no los entiende. Pues bien, ahí es cuando podemos tomar el sentido original de la fe, como ese tener confianza en que esos estados realmente existen, aunque parezcan irreales ahora. Por algo se han vivido, aunque haya sido sólo un momento. Es tener fe en lo que  nuestra conciencia nos ha mostrado: eso existe, aunque sólo hayamos tenido un acceso momentáneo a ello.

Ese acto de fe constante en la realidad de los estados de conciencia trascendentes, ¿para que puede servir? Sabemos que nuestra propia mente racional no entiende esos estados, y no es capaz de aceptarlos plenamente; mantener nuestra fe en ellos puede tener el efecto de ir abriendo nuestra mente a la aceptación. De otro modo, estamos en un estado ambiguo: hemos vivido estados trascendentes pero los tenemos como arrinconados pues nuestra mente racional ni los entiende ni los acepta. Mente y conciencia son complementarios: el ir abriendo nuestra mente a estados excepcionales de conciencia posiblemente facilitará el volver a experimentarlos de nuevo.

¿No será a esta  fe que abre la mente a la que se refiere el Nuevo Testamento? Quizás Jesús obrara milagros para mostrar que la conciencia habitual no comprende todo lo que puede ser, además insistía constantemente, cuando sanaba, que había sido posible por la fe del enfermo, o sea por que mantenía su mente abierta a tal posibilidad. Parece que indicaba ese tipo de fe, el que una vez visto el milagro, no se encoge de hombros diciendo "bien, ha sido un suceso inexplicable, lo olvido y a otra cosa", sino más bien "ese milagro significa muchas cosas, y voy a poner mi fe en que existen esas otras muchas cosas".

En realidad ni siquiera es necesario ser un meditador avanzado para aplicar este método; seguramente a todos nos han sucedido episodios difícilmente explicables de forma racional; ¿no has notado nunca que te estaban mirando? ¿Has "sentido" que alguien fijaba tus ojos en ti, te giraste, y efectivamente así era? ¿Cómo es posible? O quizás has pensado en alguien a quien hacía tiempo que no veías, y casi en seguida te los has encontrado, es como si hubieras intuido que ibas a encontrar a esa persona. Muchísimas personas han experimentado estos y otros estados no racionales de conciencia de forma esporádica, sin tener control sobre ellos. El aplicar fe y conciencia sobre esas experiencias significa no dejarlas olvidadas como sucesos raros, inexplicables, sino pasar a tenerlos muy presentes, considerar que tienen un significado y un mensaje para nosotros, y es que nuestra conciencia tiene una capacidad de captar la realidad que va más allá de lo que nuestra mente entiende y acepta.