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dijous, 7 de març del 2019

Deseos y aspiraciones con atención plena


Es conocido que la práctica de la atención plena, o Mindfulness, provienen de la tradición budista, y que ésta señala al deseo como fuente de sufrimiento. Pero no todos los deseos son generadores de sufrimiento. A continuación distinguimos cuáles son esos deseos perturbadores del bienestar, y como Mindfulness puede ser de gran ayuda para minimizarlos.

Tipos de deseos
Una clasificación adecuada para nuestro propósito es la siguiente:

  • Deseos no saludables: socava el bienestar propio y/o ajeno, produciendo lo que el budismo suele llamar "sufrimiento". Ahí tenemos las motivaciones que llevan a algunas de las cosas más horribles y horribles que hace la gente.
  • Deseos saludables: puede contribuir al bienestar psicológico, la felicidad y la paz. El deseo expresa algunos de los aspectos más bellos y nobles de la vida humana.
  • Deseos compulsivos: no dirigidos a voluntad, te dirigen incluso contra tu voluntad, y por lo tanto no es fácil soltarlos;a menudo van acompañados de dependencia, tensión o presión para conseguir lo deseado. La libertad, el libre albedrío y la capacidad de elegir sabiamente, se comprometen fácilmente a manos del deseo compulsivo. Si no puede satisfacerse, el deseo compulsivo puede fácilmente convertirse en frustración e ira y en todo caso geenra sufrimiento.
  • Aspiraciones: La aspiración es un tipo especial de deseo que se caracteriza por la apertura a una posibilidad que se ve como buena (deseable) pero sin generar una necesidad o condicionamiento de que realmente suceda. Esto no significa que no actuemos de acuerdo con nuestras aspiraciones, sino que no lo hacemos de forma compulsiva. La aspiración a menudo surge de la parte no discursiva de la mente (aquella relacionada con el razonamiento lógico y la argumentación), y está asociada a la quietud interior y la relajación: a veces, solo durante largos periodos de reflexión profunda y contemplación, las personas descubren en qué quieren de verdad basar su vida.

Podemos encontrarnos con combinaciones de los tipos anteriores. Ejemplos:



Saludables No saludables
Aspiraciones Desear ayudar a los demás siempre que sea conveniente hacerlo.
Desear ser mejor persona sin obsesionarse ni pensar que ahora no lo eres. 😊
Aspiraciones con buenas intenciones pero equivocadas, como querer ofrecer ayuda para sanar enfermedades sin tener la habilidad necesaria, dañándolo con nuestras buenas intenciones mal dirigidas. 😕
Compulsivos Desear mejorar más y más indefinidamente la forma física, «enganchándote» al ejercicio físico intenso, viéndolo como una necesidad personal.
Desear mejorar la vida de los demás de forma forzada, incluso a pesar de su resistencia, y sufriendo por ello. 😕
Deseos dañinos no controlados:
Beber en exceso.
Tener envidias y rencores (desear la desgracia ajena para sentirse mejor con uno mismo) 😭



Las expectativas generan compulsión
Frustración generada por deseos compulsivos
Las aspiraciones pueden degenerar en compulsivas; una forma es a través de la expectativa: el esperar resultados favorables en respuesta a nuestros esfuerzos por hacer realidad la aspiración. Por ejemplo aspiramos a tener unos hijos sanos y felices, hacemos todo lo posible, pero debido a circunstancias adversas no se satisfacen nuestras expectativas, y sufrimos por ello, pues esperábamos conseguirlo. La auténtica aspiración mantiene una apertura a la posibilidad pero sin generar una necesidad de que se consiga realizarla, es un ideal deseable; esto no significa que no actuemos de acuerdo con nuestras aspiraciones, significa que no nos aferramos a su consecución. Ya de por sí es plenamente satisfactorio tener una aspiración saludable, y actuar de forma coherente y constructiva con ella, sin depender del resultado. 
 

Tensión-compulsión y aspiración-relajación
Puede ser útil establecer una relación entre estos conceptos. Cuando experimentamos un deseo compulsivo de alguna manera estamos cerrando nuestra mente en torno a ese deseo; nos aferramos a él y a su consecución, y rechazamos la idea de no conseguir realizarlo. Siempre que nos aferramos a una idea, cerramos nuestro campo de percepción, al no querer considerar la posibilidad de negar la idea, o su consecución. Hay ahí una tensión, un forzar. En cambio cuando aspiramos algo hay una relajación, es un desear abierto a toda posibilidad, incluso la de que sea prácticamente imposible realizar la aspiración. Al soltar la mente nuestro campo de percepción es abierto, y de hecho es la forma de captar mejor todas las posibilidades que realmente existen. Podemos pues decir que las aspiraciones además de no tensarnos nos mantienen más conectados a la realidad total, pues nos mantenemos receptivos y abiertos incluso a la posibilidad de no ser posible conseguir realizar nuestras aspiraciones, sin sentir frustración por ello; si sentimos frustración es señal de algún tipo de cerrazón compulsiva de la mente.

Amor y deseos saludables
Amor bondadoso en
la tradición Budista

El amor es un generador de deseos de todo tipo, tanto saludables como no saludables, tanto compulsivos como aspiracionales. Cuando el amor nos dirige a desear algo o alguien para nuestro beneficio fácilmente generará deseos en principio saludables pero compulsivos, pues de forma automática se produce en nosotros la idea de que ese algo o alguien es muy importante o incluso necesario para nuestro bienestar, o nos imaginamos una necesidad que convierte el deseo de amar o ser amados en compulsivo. Hay también deseo compulsivo en el amor por los hijos e hijas, como ya hemos visto. De nuevo, un amor bien dirigido será capaz de generar aspiraciones bondadosas en vez de deseos compulsivos: la aspiración bondadosa es aquella que, por amor, por bondad, nos moviliza a actuar para el bienestar, pero sin exigencias compulsivas.

Mindfulness para evitar la compulsión
La sensibilidad y la conciencia más abierta que proviene de la práctica de la atención plena ayudan a percibir cuando nuestros nuestros deseos son saludables; también ayuda a percibir cuando la aspiración se convierte, a través de las expectativas, en deseo compulsivo. A través de la práctica de la auto-observación con plena atención llegamos a ser capaces de darnos cuenta cuando se produce la tensión física y mental, la presión y el malestar que vienen con el deseo compulsivo, incluso cuando son sutiles, que es el caso con los deseos saludables y las aspiraciones cuando se mezclan con expectativas.

Expectativas y mindfulness
Una expectativa es una idea respecto a un resultado futuro, fruto de acciones nuestras; al ser una idea, tiene la fuerza de toda idea: podemos caer en la identificación con nuestra propia idea, creer que nosotros, de alguna manera, somos en parte esa idea. De esa forma cuando la expectativa no se cumple, la idea es negada, y nosotros mismos podemos sentirnos negados, de ahí el sufrimiento, pues toda negación de nosotros mismos provoca sufrimiento. La práctica de la atención plena lleva nuestra conciencia al presente, tendemos a divagar menos sobre el futuro, debilitando así las possibles expectativas sobre acontecimientos futuros. Hacemos lo que creemos correcto aquí y ahora, no para conseguir un posible resultado futuro que cumpla nuestras expectativas.

Aspiraciones y mindfulness
La verdadera aspiración en el sentido de no generar necesidades, condicionamientos o expectativas suele tener un claro matiz impersonal: es como si nos sobreviniera sin esfuerzo por nuestra parte, està ahí como un impulso limpio, inegoísta, un impulso a obrar para realizar algo beneficioso, y al mismo tiempo no nos condiciona, no nos añade ni quita nada, deja nuestra libertad intocada. Aquí «impersonal» significa no pensar en uno mismo, que no equivale a no ser uno mismo, de hecho es todo lo contrario: cuando simplemente somos, no necesitamos pensar sobre nosotros. Al simplemente ser momento a momento, relajamos los pensamientos compulsivos acerca de nosotros mismos y nos abrimos a captar verdaderas aspiraciones.