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dimarts, 19 de gener del 2016

¿El amor es, sobre todo, una habilidad práctica?

En la novela "Victus - La caída de Barcelona", de Albert Sánchez Piñol, el héroe protagonista,  o mejor, el anti-héroe, es un hombre sin recursos, que al principio de la novela, en su juventud, se enamora de una rica heredera, siendo además el sentimiento mutuo. La historia de amor dura poco: cuando un hombre rico aparece en la escena, la chica decide que la vida con ese buen partido es la mejor opción, rompiendo el corazón del protagonista, que amargamente razona: después de todo, el amor es la cosa más práctica que existe.

Este razonamiento me hizo reflexionar, pues la opinión común es todo lo contrario, al menos eso parece a juzgar por la cantidad de canciones, películas y novelas románticas.
Acerca de ese tema encontré un post en el blog Thanking the spoon (Insights from a Buddhist Life Coach), con el título "los seis tipos de amor" ( The six types of Love) donde establece:
Hay seis tipos de amor:

     Físico
     Sexual
     Emocional
     Intelectual
     Práctico
     Espiritual


También afirma:

"... Las relaciones parecen funcionar mejor cuando las dos personas son amadas principalmente según el tipo de amor que prefieren ... (los diferentes tipos de amor) revelan nuestros valores fundamentales, es decir, lo que es más importante para nosotros. Nuestros Valores generan nuestras expectativas y nuestra felicidad está determinada, al menos en parte, por la cantidad de estas expectativas que se cumplen por nuestras relaciones. "

Me parece un análisis muy real y detallado, también revelador. En él veo otra manera de decir "el amor es sobre todo práctico": si no cumplimos con todos estos "tipos de amor" en la medida más o menos exacta que la pareja espera, la relación no será sólida. Es decir, hay una especie de perfil  personal, unas preferencias respecto a los tipos de amor posibles, y los perfiles de la pareja deben de ser compatibles. Por ejemplo, tal vez tu pareja quiere compromiso intelectual y espiritual por encima de todo, o tal vez el más importante es el apoyo emocional. De todos modos, es necesario ser experto en todas las áreas, y especialmente en las más importantes para la pareja.

Por ejemplo, en la novela Victus, el protagonista cumple muy bien las expectativas de la rica heredera sobre el amor físico, sexual, emocional e intelectual y es por eso que establecen relaciones, pero falta cumplir también el aspecto práctico, muy importante para una chica de la alta sociedad: así, es una relación débil, sin futuro.
En otro caso puede haber una buena concordancia en todos los aspectos menos en el emocional: uno de los miembros de la relación no se siente suficientemente apoyado, o bien quiere más empatía; en un caso así la relación puede aún funcionar, pero probablemente se irá deteriorando con el tiempo, a menos que se detecte y se ponga solución.

Otro ejemplo de practicidad en la relación es cuando encuentras a alguien por el cual te sientes fuertemente atraído, cuando ya estas en pareja con otra persona; quizás la atracción se debe a que esa nueva persona encaja mejor en tu perfil que tu pareja actual, pero si la relación está afianzada, si has organizado tu vida en torno a ella, entonces el encuentro se convierte no en una oportunidad sino en una molestia a efectos prácticos: te complica la vida. Lo que se hace en estos casos es dar la espalda, ignorar, evitar, alejarte de la persona que te atrae, es decir, lo contrario de lo que expresa el amor auténtico, que es acercamiento, compartir y disfrutar de la compañía del otro. 

Por tanto parece que el "amor", al menos lo que suele querer decir con esta palabra, es realmente una cosa práctica. Poco que ver con el amor real, que es incondicional, sin exigencias, constante y el mismo en todas las circunstancias, no afectado por ellas.

Por otra parte lo dicho es, al menos, parcialmente aplicable a otros tipos de amor, como el familiar, en el cual los aspectos importante, o tipos de amor, son: Emocional, Intelectual, Práctico y quizá Espiritual. Podemos amar muy emocionalmente a nuestros hijos, pero necesitamos entenderlos y proporcionarles un entorno de seguridad, de otro modo no se sentirán realmente amados.

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