Idiomes | Idiomas | Languages

diumenge, 13 de desembre del 2015

Diferencia entre sentirse atraído y querer

Parte del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/):
las constelaciones del deseo y admiración-enamoramiento, dentro de la "galaxia" del amor


Ayer aprendí a diferenciar dos emociones que anteriormente creía que no podían concebirse por separado: la atracción por algo o alguien y el querer eso o ese alguien. Precisamente estaba experimentado esas emociones cuando, por casualidad (aunque ya no creo en las casualidades, es sólo una forma de hablar), me fijé en el póster del Universo de emociones (http://universodeemociones.com/) que teníamos en el aula, vi que esas dos "estrellas" se ubican en constelaciones diferentes, por lo tanto, no forzosamente una lleva a la otra. Claro que, ambas pertenecen a la "galaxia" del amor, de ahí que pueden confundirse una con otra si no hacemos el esfuerzo de discriminar entre ellas.

La atracción es una emoción que se activa cuando acontece que, a través de nuestros sentidos, se nos presenta algo o alguien con un atractivo para nosotros. Este atractivo puede ser consciente (sabemos las características concretas que nos atraen), inconsciente (no sabemos que es exactamente lo que nos atrae, ¡pero lo hace!) o parte consciente y parte inconsciente. Usando terminología astronómica, diría que la atracción es una estrella de 3ª magnitud en una clasificación como esta: 1ª magnitud: el amor, centro de la galaxia, 2ª magnitud: deseo, ternura, enamoramiento, etc, todas ellas centro de constelaciones, a partir de ahí, según el tamaño visible en el póster, tenemos 3ª, 4ª etc. La atracción se relaciona directamente, o sea que puede llevar, a el enamoramiento, estrella emocional de 2ª magnitud. 

El querer es otra emoción de magnitud menor, diría que de 4ª, que no está relacionada directamente con ninguna otra estrella emocional, aunque pertenece a la constelación del deseo. La interpretación que hago de esta no-relación y menor magnitud del querer es que esta emoción está más subordinada que las otras a la mente consciente, racional: ha de generarse una idea de querencia, alimentada por el deseo. En cambio como hemos dicho anteriormente la atracción puede tener un fuerte componente irracional, inconsciente. 

Así pues, es posible estar sintiendo una atracción, que incluso puede ser fuerte, sin estar queriendo aquello, por ejemplo por que hay motivos racionales para no quererlo: la mente no entra en el juego, no se enciende el deseo, no se genera la voluntad para obtenerlo. Lo curioso es que, estando la atracción vinculada directamente con el enamoramiento, en principio es posible que el sentimiento de atracción lleve a un enamoramiento ... sin querencia, algo así como un enamoramiento platónico. De todas formas no olvidemos que estamos en la galaxia del amor, donde todo es posible, y quizás esa atracción sea capaz de llevarnos directamente al mismo centro de la galaxia a través del enamoramiento, y generar puro amor.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada