¿A quién no le gustaría ser capaz de manejar las dificultades de la vida con maestría, haciendo lo más correcto, sin quedar afectado por ellas? Es un tema muy antiguo: ¿podemos controlar nuestro destino? ¿O viene todo predestinado, y no tenemos posibilidades de participar?
La respuesta de Buda, hecha muchos siglos atrás, es:
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Es una afirmación simple, pero con consecuencias profundas. Si nuestros pensamientos son automáticos, si simplemente reaccionamos a los acontecimientos, entonces no tenemos libertad de elección. Pero si podemos escoger nuestras respuestas, entonces seremos maestros en la vida, en vivir. Debido a que hemos ejercitado poco nuestro control sobre los pensamientos, frecuentemente nuestras respuestas son simples reacciones, sin libertad. Debido a este hecho, podemos enunciar una consecuencia del pensamiento de Buda:
Decimos que pensamos nuestros pensamientos, pero más bien nuestros pensamientos nos piensan a nosotros.
Nuestra falta de control mental nos lleva a decir cosas como:
- Me gustaría dejar de pensar en ... pero no puedo
- Desearía poder dejar de ansiar tal cosa
- Querría dejar de actuar como un autómata delante de esa persona, o de esa situación
- Me gustaría poder cambiar mi forma de comportarme
- etc.
Nuestra mente, no observada y funcionando sin control, se puede comparar a un televisor que se enciende sólo; estamos frente a él, leyendo un libro o quizá hablando con un amigo, cuando de repente se enciende, e inmediatamente llama nuestra atención. Quizá nuestro amigo nos sigue hablando, pero le escuchamos a medias, o nada en absoluto: el televisor acapara nuestra atención. Después, de repente el televisor cambia de canal, una y otra vez, y nosotros lo aceptamos, no tenemos el control. Vemos lo que nos presenta, sea lo que sea.
Este es exactamente el comportamiento de la mente no entrenada, saltando de un tema a otro sin control, y captando nuestra atención. ¿Es posible cambiar este comportamiento? ¿Podemos controlar lo que pensamos, y prestar atención al pensamiento sólo cuando merezca la pena hacerlo? Pocas personas, relativamente hablando, son capaces. Y sin embargo se puede, y está al alcance de muchos. Así como son necesarias muchas horas de practica y esfuerzo para tocar un instrumento de cuerda, que no es otra cosa que entrenar las manos y para realizar ciertos movimientos coordinados con el oído, también para entrenar una mente acostumbrada a años de comportamiento disfuncional serna necesarias muchas horas de práctica, per está al alcance de cualquiera que le dedique el esfuerzo.
En el primer caso, horas de práctica con un instrumento de cuerda, llegaremos a ser capaces de producir música con nuestras manos, lo que no es poca cosa. En el segundo caso, horas de práctica con nuestra mente, seremos capaces de pensar con libertad, y de elegir sabiamente cada una de nuestras respuestas a los acontecimientos. Seremos seres humanos.
Basado en el libro Conquest of Mind, de Eknath Easwaran
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada