Como es sabido somos seres emocionales: nos emocionamos, experimentamos estados emocionales que pueden ser positivos o negativos. Las emociones positivas podemos decir en general que nos afirman como personas, mientras que las negativas nos niegan, porque sentimos que nosotros somos "no válidos", o porque nos sentimos amenazados, o porque sentimos que es nuestro entorno el que no es válido, siempre es una negación de nosotros mismos o de nuestro entorno.
La Naturaleza, la vida en sí es pura afirmación positiva, es un ciclo continuo de crecimiento/decrecimiento, nacimiento/muerte, de renovación continuada de todo lo que existe. Y en el caso de la vida, así vista en general, hay además una evolución natural funcionando, mejorando las especies. Es por tanto afirmación, renovación, mejora continuada, positividad.
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Paz absoluta natural |
Las emociones negativas tienen su lugar en la Naturaleza: son herramientas de supervivencia; cuando un ser vivo está en frente de una amenaza, experimenta la negatividad de la situación, pues esa amenaza puede dañarle de un modo muy real, por ello, surge la emoción negativa, básicamente miedo-huida o ira-ataque, que está plenamente enfocada a solucionar la situación de forma inmediata, sin demora. Una vez superada, la emoción negativa simplemente se apaga y no queda ningún rastro de ella. Las emociones positivas son mucho más suaves, no hay urgencia en ellas, para un animal simplemente es estar en paz y en comunión con su medio ambiente, un estado natural en el que siempre está, excepto en los momentos de peligro.
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Negatividad emocional-mental |
¿Que pasa con nosotros, los seres humanos? Nuestro arsenal de emociones es muchísimo mayor y más complejo, se han identificado más de 300 emociones distintas, la mayoría negativas. El problema que aún tenemos de forma generalizada es: siendo seres no solo emocionales sino también y sobre todo mentales, nuestras emociones se activan ya no exclusivamente por sucesos de nuestro entorno, sino también pos sucesos de nuestra mente, por nuestros pensamientos y estados mentales, de hecho emociones y mente están estrechamente enlazadas, casi diríamos enredadas, se hace difícil diferenciar donde y cuando empiezan la emoción y el pensamiento relacionado con la emoción ... o la emoción relacionada con el pensamiento. A resultas de esto, se originan estados emocionales-mentales negativos duraderos, que además no tienen porque estar relacionados con la realidad física: la persona puede imaginar que está bajo una amenaza ficticia y obsesionarse con ello, generando estados emocionales de ansiedad y angustia que, a diferencia del reino animal, son de larga duración, no se resuelven con urgencia. Podemos incluso guardar en la memoria estados negativos durante muchos años, quedan a nivel subconsciente situaciones no resueltas en su día, causando malestar larvado, sueños desagradables, reacciones involuntarias exageradas, etc.
No ha sido hasta las últimas décadas del siglo XX que nos hemos dado cuenta de estos hechos, y lentamente estamos tomando conciencia de ello. Proliferan los estudios universitarios y los programas de desarrollo personal dedicados a las emociones y a su gestión inteligente, y seguramente en una o dos generaciones el panorama habrá cambiado sustancialmente. Tal como comenta mi hijo, "creemos que estamos muy adelantados, pero si avanzáramos en el tiempo 500 años, entonces veríamos lo atrasados que realmente estamos", y no se refiere a la tecnología, sino a nosotros mismos como seres humanos. ¿Qué es lo que vendrá? ¿A que nuevo estado nos llevará la evolución? Sigue habiendo multitud de personas que se identifican con sus emociones, por lo cual hablarles de gestionarlas o aún más, de trascenderlas, les suena a imposible e incluso a no deseable, como si les fueras a robar su esencia, creen que las van a perder, que se arriesgan a ser seres sin emociones; nada más lejos de la realidad. Veamos.
Cuando tu nivel de conciencia de tus emociones y estados mentales se hace lo suficientemente estable aprendes (re-aprendes de hecho, el reino animal ya lo "sabe") a usarlas para lo que realmente son: información importante, si es positiva indica que todo está bien, si es negativa indica que alguna cosa hay que solucionar. Y punto. Llegados a este punto de auto-conciencia, el siguiente paso es ser inteligentes: hay que disfrutar las emociones positivas, afirmantes, y hay que hacer alguna cosa con las negativas, dentro de nuestras posibilidades. Es importante remarcar que no siempre podremos "solucionar" las situaciones que producen emociones negativas: si tenemos un diagnóstico de enfermedad terminal y nos queda poco tiempo de vida, muy poca cosa o nada podremos hacer para cambiar la situación; la aceptación significa esto precisamente: darse cuenta de cómo están las cosas sin caer en estados de negatividad emocional-mental que no nos llevan a ninguna solución ... en todo caso, inteligentemente, controlando nuestras emociones y pensamientos, podremos ser positivos y buscar la mejor forma de aprovechar el tiempo que nos queda, en vez de gastarlo sumidos en un estado de ansiedad y depresión.
Porque de hecho como hemos dicho en el primer párrafo de este post, la vida, la Naturaleza, y nosotros mismos como vida y Naturaleza que también somos, todo ello es esencialmente positivo, es expresión, es renovación y evolución, es aprendizaje y mejora continua. Cuando nos cerramos a esta vida es cuando quedamos enclaustrados en estados negativos. Hace poco leía en un curso a distancia de filosofia Vedanta una afirmación del instructor, decía algo así como "¿Creeis que los seres iluminados, los sabios, carecen de emociones? Pues no. También se enfada, se alegra, como todos los seres humanos". Así es, pero con matices importantes: las emociones negativas en una persona evolucionada duran sólo lo necesario para llamar la atención sobre un evento negativo, ya sea externo o interno, y ese tiempo suele ser muy corto: se detecta la emoción, se la atiende con plena conciencia, y se la suelta, la relajas, como si le dijeras "recibido, gracias, corto".
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La mirada de E.Easwaran 🙏 |
Por otro lado las emociones positivas, que en la gente que no ha trabajado este aspecto emocional suele pasar poco advertida, se cultivan a voluntad, y se disfrutan a conciencia: cada momento satisfactorio es captado y disfrutado con plena conciencia. Y no nos damos cuenta, pero la vida está absolutamente llena de satisfacciones, momento a momento, porque la vida es positiva en sí misma, tal como hemos dicho. Así pues, el trabajo personal de la vida emocional en la dirección de hacerla consciente y vivirla inteligentemente, no nos priva de ser emocionales, sino que nos hace disfrutar plenamente de las emociones positivas, y reduce al mínimo necesario y conveniente las emociones negativas. El resultado es una sensación continuada de bienestar difícil de describir, mejor probarlo por uno mismo.
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