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diumenge, 25 de febrer del 2018

Profundizar en la interioridad, ¿por qué hacerlo?

¿Qué opina el lector sobre su mundo, sobre el mundo en el que está viviendo? Claro, hay un mundo cercano, el entorno de la persona, y hay un mundo global, ese que habitualmente sólo conocemos de oídas, quizá por las noticias. Quizás el lector de estas líneas sea una persona acomodada, sin problemas graves, que mira los grandes problemas mundiales tomando distancia, o quizás por el contrario sea un activista por los derechos humanos, o por la paz mundial. Incluso puede que el lector no esté disfrutando de un entorno cercano agradable. Tenemos todas la posibilidades. 

Este blog, como otros muchos, está dedicado a difundir y compartir cierto tipo de conocimiento relacionado con la interioridad de la persona; en las sociedades avanzadas modernas solemos estar totalmente volcados al exterior de nosotros mismos, y nuestra interioridad queda bastante olvidada, y por ello estos escritos están predestinados a no tener casi ninguna audiencia.  En efecto, observando todo el abanico de posibles lectores, podemos percibir que hay muchas personas que, por decirlo así, parecen tener una vida bien organizada y una "cabeza bien amueblada", esto es, una mente altamente organizada, y con coherencia de ideas y contenidos; personas fuertemente intelectualizadas, producto natural de nuestro modelo de sociedad y de educación, que han aceptado, que han interiorizado unas ideologías y una filosofía de vida que les son útiles para navegar por la existencia. Estas personas no parecen sufrir ni por ellas ni por las desgracias de los demás, el torrente de malas notícias que vemos diariamente en los medios no les afecta en absoluto; no es que necesariamente no sean empáticas, ni que sean indiferentes al sufrimiento ajeno, que también puede ser, es más bien que están como "vacunadas" contra todo tipo de dudas o malestares emocionales, toman una posición pragmática, necesariamente distante. Difícilmente este tipo de personas leerán alguno de los artículos de este blog o de otros del mismo estilo, como mucho no pasaran del titular y del primer párrafo, ¿para qué iban a interesarse? Lo verán simplemente como una pérdida de tiempo. Su interioridad funciona como un reloj, no les molesta para nada, no necesitan ni quieren acceder a ella. 

Si lo planteamos así, en términos de utilidad, ¿a quién le puede ser útil investigar en el tema de la interioridad? Dejando de lado la aplicación de las técnicas atencionales-mindfulness para incrementar la productividad, que de hecho atiende sólo a un aspecto concreto de la interioridad, la atención,  pero sólo para seguir volcado en lo exterior, en lo productivo, nos quedan las personas que no están plenamente satisfechas con lo que ven en ese exterior, con lo que viven ellas mismas y/o los demás. Puede existir una inquietud, un deseo por saber más sobre el porqué de las cosas, más allá de las descripciones que dan las ciencias, muy detalladas, muy técnicas, pero superficiales en el sentido de no responder a la pregunta de ¿por qué es así?, o puede sentirse ya no una inquietud, sino un verdadero desasosiego, una imposibilidad de aceptar las cosas tal como se presentan, como parecen ser.

Dependiendo del grado de inquietud, porque en las personas, tan diversas como somos, encontramos todo el abanico de inquietudes hacia cualquier tema, desde la indiferencia total hasta la dedicación absoluta e  incluso la obsesión, dependiendo de ese grado, la persona puede ser una simple lectora con cierta curiosidad, o puede ser alguien que se involucra y practica yoga, tai-chi, meditación, y esto en diversos grados, desde prácticas esporádicas buscando un bienestar hasta hacer de la práctica un modo de vida.  Es esta inquietud la que motiva a la persona a sumergirse en ella misma, en una interioridad desconocida, pues no ha sido explorada anteriormente, al contrario, ha sido más bien ignorada. Y al explorarla puede ser que se muevan cosas, que caigan ideas preconcebidas, ideas sobre el mundo y sobre la persona misma, sobre su autoimágen, su propio concepto de sí misma. Es una exploración de terreno desconocido que puede cambiarte de raíz, y lo desconocido y los cambios profundos siempre asustan, por ello, explorar a fondo la propia interioridad exige valor y determinación, demanda constancia y una buena motivación para seguir adelante. 

La mayoría de personas interesadas en cultivar la interioridad se quedan en la superficie, como esos niños que vemos en las playas que se sumergen en el agua poco profunda con un tubo para respirar, y van observando el fondo, a sólo un metro de profundidad. Si entraran mar adentro, verían que ahí, debajo de la superficie, hay todo un mundo inmenso por descubrir, no exento de peligros, de una extensión y profundidad increíbles. Pero para explorarlo hace falta un buen equipo y un entrenamiento, y por supuesto, una motivación. Este símil de la exploración submarina nos muestra otro aspecto importante de la exploración de la interioridad: cuando nos sumergimos profundamente, lo que encontramos ya no es sólo nuestra interioridad, sino la interioridad, así en general; deja de ser una exploración local, cercana, para pasar a ser global, universal: la mente profunda es idéntica en todas las personas, lo que nos diferencia es lo superficial. A gran profundidad, hay unidad. Por tanto, nuestra propia individualidad se difumina, somos parte inseparable de un todo. 

Para explorar a ese nivel de profundidad, sin miedo a lo que vas a encontrar, sin miedo a la transformación personal, radical, que te sucederá, ¿qué tipo de motivación se necesita? Poca gente llega a aventurarse tan lejos.  

Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos. Mateo 22:14
Creo que nadie será capaz de profundizar hasta perderse a uno mismo simplemente por una motivación básicamente egoísta, como por ejemplo encontrarse bien, aumentar el bienestar propio, o por satisfacer un deseo personal de conocimiento. Si tu motivación es hacerte un favor a ti mismo, de cualquiera de las muchas formas de hacerlo, en cuando llegas a un nivel tan profundo que el "tu mismo" empieza a desvanecerse, en ese nivel te detendrás, pues, ¿qué sentido tiene proseguir hasta el punto de que el sujeto que buscaba su satisfacción desaparezca como tal sujeto? Esa será una barrera infranqueable que impedirá profundizar más. Ni siquiera la sed de saber, de conocer la realidad tal como es, creo que sea suficiente para llegar al nivel de la unidad con todo lo existente, pues ese nivel implica la desaparición del sujeto que quiere saber. 

Entonces, ¿quién será capaz de seguir profundizando incluso asumiendo el hecho de que va a perderse a sí mismo? La única motivación suficientemente poderosa para rebasar esa muralla que representa tu propia disolución es el amor, no el amor enfocado a ti mismo, sino el Amor con mayúscula. Es ese Amor el que, según la leyenda, condujo al Buda a abandonar su lujoso entorno para buscar la iluminación, pues él fue incapaz de asimilar, de aceptar, el sufrimiento de los demás, el verlos en la miseria, en la enfermedad, la vejez y la muerte, no pudo seguir viviendo como antes después de saberlo. Esta no aceptación del sufrimiento en general, no del propio sino del sufrimiento en sí, es una expresión de Amor impersonal, general, y proporciona la fuerza necesaria para profundizar en la realidad interna, oculta, y desvelarla, incluso a riesgo de dejar de ser el que creías ser: el "ego" psicológico. 

Es una no conformidad radical, la persona es incapaz de aceptar el sufrimiento ajeno; es tener una conexión con todo, unida a un querer saber el por qué. Cuando se tiene esa combinación, y además se tiene en un grado elevado, es cuando la persona se olvida de sí misma, su deseo ardiente de saber y de hacer algo al respecto será capaz de llevarla a las profundidades del Ser, y allí sabrá, y comprenderá el por qué. 



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