Gran pregunta. Analicemos un poco: el responder a un "que es" implica cognición, implica querer saber; pero, ¿el amor es cognoscible? ¿tiene sentido la pregunta? Es un tipo de pregunta parecida a ¿qué es el ser? Quizá no hay una respuesta clara, directa. Quizá es por esto que hay tantos malentendidos, tanta confusión con el amor.
El amor simplemente es
Planteemos una hipótesis: el amor simplemente es, se siente, se vive, pero no se piensa, no es ninguna idea ni concepto. Veamos a donde nos lleva.
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Paseando en primavera por el campo |
Paseando por el campo, llego a un prado cubierto con flores blancas, me detengo para fotografiarlas, me fijo en el silencio, en la vida que brota del suelo, en la luz del Sol que colabora con el suelo para dar la vida, en el aire fresco que respiro y me vitaliza, mi mente no piensa en nada, sólo vivo el momento, y es un momento pleno, siento el bienestar, siento agradecimiento, siento conexión con todo lo que me rodea, ¿es esto amor? ¿estoy sintiendo amor? Lo que sí tengo claro es que no estoy pensando, no estoy formando ideas, estoy experimentando, viviendo una experiencia directa.
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Monasterio de Montserrat visto des del camino a la Miranda de Sant Joan |
Subiendo a la miranda de Sant Joan en el
macizo de Montserrat, me detengo a observar el paisaje, allí abajo, está el monasterio, me vienen multitud de recuerdos, para mi es un sitio familiar, recuerdo cuando estuve allí con mis padres, de pequeño, recuerdo excursiones de cuando era adolescente, son
recuerdos entrañables, de
días felices, de
felicidad compartida, es como si hubiera un poco de mi en ese sitio, o eso es
lo que siento. ¿Amo este sitio?, ¿es esto amor?, ¿estoy sintiendo amor?
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Carrera popular "Cursa del Corte Inglés" |
Participo en una carrera popular en Barcelona, no una cualquiera, esta tiene el récord mundial de participantes, 80.000 corredores, hay de todo, bebés en cochecitos, gente en silla de ruedas, gente mayor, invidentes, parejas corriendo, familias enteras corriendo, ... En un momento dado me paro y me giro para ver el gentío ... soy como un grano de arena en una playa multicolor de humanidad, es una gran fiesta, todos nosotros estamos aquí para eso, para correr juntos, para pasarlo bien juntos, todos somos la carrera, y la carrera somos nosotros, siento un escalofrío en la espalda, me invade una sensación de júbilo, de conexión con todas esas personas, ¿de amor?
El amor a través de la mente
Llegados a este punto, nos hacemos una pregunta distinta: ¿puede amar nuestra mente? Si el amor es una vivencia directa, ¿cómo se relaciona con nuestro pensamiento? ¿es quizá el amor una mera emoción?
Nuestra mente sirve para clasificar, etiquetar, medir, comparar, juzgar y conceptualizar, se relaciona con el conocer, pero también con las emociones: hay una conexión directa. Pero ninguna de estas cualidades de la mente explican las vivencias que hemos dado como ejemplo, y hay muchas más, sólo era una pequeña muestra. Creo que la mente no puede amar, lo que sí puede hacer, y lo hace estupendamente, es desear, es querer poseer. Pongamos un ejemplo: en la primera fotografía, paseando por el campo, resulta que se me ocurre la idea de poseer ese terreno, para poder disfrutarlo sólo yo, sin intromisiones, cuando me plazca; y empiezo a pensar en preguntar al ayuntamiento quien es el propietario, y pienso en la oferta que le haré ... se ha encendido un deseo de posesión de un objeto, el campo, debido a que mi mente ha decidido que quiere poseer el objeto que le ha proporcionado un placer estético. ¿Es esto amor? Ya no. Nos hemos ido a otro sitio.
Desde el momento que nos identificamos, en mayor o menor grado, con nuestra mente, en esa misma medida confundimos amor con deseo y con posesión de lo amado; y si no podemos poseer lo amado, sentimos frustración, que puede degenerar en obsesión, resentimiento, en ira, incluso en odio ... ¡contra lo amado! Tal es el poder de la mente, que puede convertir el amor en odio, y degenerar una relación hasta convertirla en un espantoso lío de "amor-odio", una contradicción en sí mismo. Y de ello hay numerosos testimonios. De hecho, tenemos tal confusión de conceptos que incluso frecuentemente confundimos atracción con amor, y entonces hablamos de "amor al dinero", "amor al trabajo", y otras confusiones.
De hecho el enamoramiento es muy mental: la mente "decide" que algo, una casa, una persona, un coche, etc, es altamente deseable, indispensable para la plenitud vital, para la felicidad, y se obsesiona con ello. En el caso de enamoramiento con una persona además se añaden tintes románticos y eróticos que todavía dan más fuerza al deseo. ¿Es esto amor? En principio no, aunque no son incompatibles: puede haber enamoramiento y amor auténtico, pero también puede haber un enamoramiento del tipo "tu me places, me gustas, te quiero conmigo y para mi". Cuando el componente egoísta es fuerte, tenemos un buen indicador de que hay poco amor, pues el amor es todo lo contrario de egoísta: le gusta dar sin pedir nada a cambio, por el simple placer de dar.
La mente también funciona como filtro, como barrera incluso infranqueable, no dejando pasar el amor: al racionalizarlo y juzgarlo todo, es capaz de impedirnos experimentar amor. Por ejemplo, debido a una idea, o a una ideología, que aceptamos como nuestra, con la cual nos identificamos, podemos "cerrar la puerta" a una persona que con una disposición de mente más abierta sería una gran amistad, pero nos alejamos de ella por motivos ideológicos. Otro ejemplo sería el del paisaje del paseo por el campo: si estoy paseando con mi mente activa, observando el campo, pero pensando parcelar el terreno para venderlo y sacar provecho de las buenas vistas, obviamente mi percepción será radicalmente distinta, de hecho, no seré capaz de experimentar ninguna de las emociones sentidas cuando se pasea con la mente en calma y plena atención al paisaje.
El amor como fuerza impulsora, motivadora
Otra perspectiva desde la que puede verse el amor es como una energía, una fuerza motivadora que, al pasar a través de la mente, se expresa de muchas formas distintas, algunas de ellas incluso aparentemente contrarias al amor. Veamos por ejemplo el "amor propio", entendido como una motivación a defender nuestro ego personal; en esencia, es amor, es protector, su voluntad es de cuidar algo que se percibe como valioso, como importante, y esta percepción la provoca la mente, que cree que la imagen que está dando, que está mostrando, la persona al mundo es muy importante. Entonces puede suceder que dos personas se enfrenten, se peleen, defendiendo cada una su imagen personal, que se siente amenazada por el otro; la motivación profunda de cada una es amor, amor a uno mismo, pero externamente se vive como lo contrario del amor, como rencor, enfado, ira, etc. El vivir de forma muy parcial, muy limitada, la realidad que es una persona provoca que el amor también se exprese de forma muy limitada, pero está ahí, actuando como motivación.
Lo mismo se puede decir de los ideales, cuando nos identificamos con ellos, queremos defenderlos, y eso es un acto de amor, pero la mente puede llevarnos a enfrentamientos, incluso a guerras, en defensa de esos ideales. Reflexionando sobre ello, podemos llegar a ver que de hecho todo acto está impulsado, tiene por motivo, el amor a algo, todo si excepción. En algunos casos cuesta de ver, pero siempre está ahí, actuando, a veces desde una perspectiva mental limitadísima, pero está; la mente no actúa nunca sin motivo, en toda acción hay un motivo, y ese motivo, en última instancia, está siempre impulsado por amor. Incluso desde el punto de vista biológico, a nivel de procesos corporales, podemos ver que hay una motivación de mantenernos con vida, de cuidar nuestra vida, que es también un acto de amor, similar a la defensa del ego personal, que funciona a otro nivel, el psicológico.
Es importante considerar detenidamente esta afirmación: el amor es no-mente, es no conceptual, simplemente es, pero se expresa a través de la mente, motivando, produciendo cualquier acción. Y siempre es el mismo amor, no hay muchos tipos de amor, es uno, lo que varía es su forma de expresión, su materialización, que depende de la mente.
En conclusión, a la pregunta ¿qué es el amor?, podemos responder:
El amor puede experimentarse como vivencia directa, una experiencia de gozo, relacionada con la vida, el silencio mental, el vivir el momento, el agradecimiento, el júbilo y la sensación de conexión con algo o alguien, pero en sí, simplemente es. Cuando la mente se limita a recibir, a percibir el amor, todo va sobre ruedas, pero cuando la mente "se mete por en medio", cuando empieza a pensar, la fuerza original que es el amor se convierte, por el poder de la mente, en multitud de emociones como la atracción, el deseo, la frustración, los celos, etc etc. El amor no desea nada, es la mente la que desea, y la mente no es amor. Tampoco hay que confundir el objeto que provoca la vivencia del amor con el amor en sí, esta confusión también nace de la mente. Además, el amor actúa como fuerza impulsora, motivadora, de toda, absolutamente toda, acción.
Otras opiniones en esta línea:
Para todos nosotros, el amor puede ser el estado natural de nuestro propio ser; Naturalmente en paz, conectados naturalmente, porque esto se convierte en el reflejo de quien simplemente somos. Sharon Salzberg, Lovingkindness: The Revolutionary Art of Happiness
El amor crea una comunión con la vida. El amor nos expande, nos conecta, nos endulza, nos ennoblece. El amor brota como tierno cariño, florece como una acción de cuidar lo amado. Hace bello todo lo que tocamos. En cualquier momento podemos superar nuestro pequeño yo y abrazarnos a los demás como partes amadas de un todo. ― Jack Kornfield, The Art of Forgiveness, Lovingkindness, and Peace