El texto denominado Bhagavad Gita, o simplemente el Gita, es quizás el más importante de todos los textos hindúes sobre espiritualidad, sintetizando sus más elevadas ideas en simples explicaciones pensadas para que cualquiera pueda acceder a ellas. Probablemente fue escrito a partir de la experiencia mística personal de un autor anónimo que vivió bastantes siglos antes que Jesucristo. Consta de unos 700 versos, organizados en 18 capítulos, y narrados en la forma de una conversación entre Krishna (una encarnación de Dios) y el príncipe Arjuna en la que el primero instruye al segundo en el conocimiento de uno mismo desde el punto de vista espiritual. Krishna puede verse como la chispa divina que está en todos nosotros, expresándose de forma humana:
Yo soy el Ser que está en el corazón de cada criatura, Arjuna, y su comienzo, su continuación y el final de su existencia. (Gita 10:20)
Todas los principales conceptos del Hinduismo sobre espiritualidad, Atman (el núcleo divino debajo de la personalidad), karma (una especie de telaraña de causas y efectos), samsara (el ciclo de muertes y renacimientos), moksha (la liberación espiritual), el yoga (las técnicas de liberación), maya (la ilusión del mundo que nos rodea) y muchos otros aparecen en el Gita. Hay numerosas traducciones del Gita, que originalmente fue escrito en sánscrito, pero pocas, a mi conocimiento, en español y de calidad; dedicaré algunos artículos de este blog a presentar la traducción de una de las versiones más respetadas, The Bhagavad Gita, en inglés, la del autor hindú Eknath Easwaran, que fue profesor de Literatura Inglesa en la Universidad de Lagpur, India, y posteriormente fundador y director del Blue Mountain Center of Meditation en Estados Unidos. En este artículo traducimos el capítulo 2, que comentaremos en otro artículo más adelante.
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Pero cuando te mueves en medio del mundo libre tanto de aferramientos como de aversiones, viene una paz en la cual todo sufrimiento termina; y vives en la sabiduría del Ser. |
Capítulo 2. La realización del Ser
Introducción
El príncipe Arjuna está en guerra con sus hermanos, y el Gita transcurre en el campo de batalla, antes del combate fraticida. Lleno de dudas ante el dilema de luchar a muerte con sus propios hermanos, pide consejo a Krishna sobre como obrar, pues su impulso es no luchar en absoluto. La respuesta de Krishna, que actúa como el conductor del carro de combate de Arjuna, prácticamente pasa por todos los principales conceptos del Gita, de forma que este capítulo 2 viene a ser como un resumen de todos los demás.
Arjuna está sumido en la confusión; viéndolo, Krishna se dirige a él.
Krishna
Esta desesperación y debilidad en tiempos de crisis no son propios de ti, Arjuna. ¿Cómo has caído en ese estado, tan alejado del camino de la liberación?No te conviene ceder a esta debilidad. Álzate con bravo corazón y destruye al enemigo.
Arjuna
¿Cómo puedo llevarme a mi mismo a luchar contra mis hermanos, que son merecedores de veneración? ¿Cómo puedo hacerlo, Krishna? ¡De seguro que seria mejor gastar mi vida mendigando antes que matar a esas grandes y valiosas almas! Si los mato, cada placer que encontré en la vida será contaminado. Ni siquiera sé que seria mejor, que nosotros los conquistáramos a ellos o ellos a nosotros. Estamos enfrentados pero, ¿por que debería querer vivir si los matara? Mi voluntad está paralizada, estoy absolutamente confuso. Dime cual es el mejor camino, déjame ser tu discípulo, dame instrucción.
Krishna
Hablas con sinceridad, pero tu sufrimiento no tiene causa real. El sabio no se aflige ni por el vivir ni por el morir. Nunca ha existido un tiempo en el cual tu y yo y esos príncipes que son tus hermanos no existiéramos, como tampoco existirá un tiempo en el que dejemos de existir. Ya que la misma persona habita el cuerpo a través de la infancia, juventud, y vejez, y después de la muerte ocupará otro cuerpo. El sabio no está confundido por esos cambios.
Cuando los sentidos contactan objetos externos, la persona experimenta frío o calor, placer y dolor. Son experiencias temporales, fugaces, vienen y van. Sopórtalas con paciencia, Arjuna. Aquellos que no se afectan por esos cambios, que son los mismos en el placer y en el dolor, son realmente sabios y están preparados para la inmortalidad. ¡Haz valer tu fuerza y se consciente de ello!
Lo impermanente no tiene realidad, la realidad yace en lo eterno. Aquellos que han distinguido la diferencia entre lo impermanente y lo eterno han llegado a la meta final de todo conocimiento. Date cuenta de que aquello que impregna el Universo es indestructible, ningún poder puede afectar esta realidad inmutable e imperecedera. El cuerpo es mortal, pero aquello que mora en el cuerpo es inmortal e inmensurable. Por tanto, Arjuna, lucha en esta batalla.
Uno cree que es el asesino, otro que es el asesinado. Los dos son ignorantes, no hay tales asesinos y asesinados. Tu ser real nunca nace y nunca muere. Tu nunca has cambiado, y nunca cambiarás. No nacido, eterno, inmutable, no mueres cuando el cuerpo muere. Sabiendo eso que somos, ¿cómo puedes matar a alguien?
Tal como abandonamos la ropa desgastada y compramos nuevas, así cuando el cuerpo está desgastado otro nuevo es utilizado por el Ser, que vive dentro.
El Ser no puede ser traspasado por balas, o quemado por el fuego, el agua no le moja, ni el viento lo seca. El Ser es eterno e infinito, posado en los estables fundamentos de la eternidad. El Ser es no manifestado, más allá de todo pensamiento, más allá de todo cambio. Sabiendo esto, no debes afligirte.
La muerte es inevitable para los seres vivos, y el nacimiento es inevitable para la muerte. Cada criatura es al principio no manifestada, y entonces alcanza la manifestación. Cuando su final se acerca, vuelve a ser no manifestado. ¿Qué hay en ello para afligirse?
La gloria del Ser es contemplada por unos pocos, que lo describen; algunos los escuchan, pero muchos sin entenderlo. El Ser de todos los seres, viviendo dentro del cuerpo, es eterno y no puede ser dañado.
Considerando tu camino en la vida, no debes vacilar. Para un guerrero, nada es más elevado que una guerra contra la maldad. Si no participas en esta batalla contra la maldad, Arjuna, incurrirás en pecado, dañando tu misión y tu honor.
Por tanto álzate decidido a luchar, Arjuna, Habiéndote hecho a ti mismo ecuánime en el dolor y en el placer, en la ganancia y en la pérdida, en la victoria y en la derrota, comprométete en esta gran batalla y serás libre de pecado.
Ahora escucha los principios del yoga. Practicándolos, podrás romper las ataduras del karma. En este camino el esfuerzo nunca se pierde, y no existe el fracaso. Incluso un pequeño progreso en el camino espiritual te protegerá de los mayores peligros.
Aquellos que siguen este camino, decidiendo firmemente seguirme sólo a mi, consiguen la unidad en su propósito. Para aquellos que tienen falta de resolución, las decisiones de la vida son innumerables y con muchas posibilidades de elección.
Hay gente ignorante que habla con labia, convincentemente, y disfrutan con la letra de las leyes, afirmando que no existe nada más. Sus corazones están llenos de deseos egoístas, Arjuna. Su idea del paraíso es su propio disfrute, y el objetivo de todas sus acciones el placer y el poder. El fruto de sus acciones es renacer continuamente. Son incapaces de seguir el objetivo supremo y alcanzar el estado de samadhi.
Las escrituras describen los tres gunas. Pero tu debes ser libre de su acción, establecido en la verdad eterna, auto-controlado, sin ningún atisbo de dualidad o de deseo de obtener ni de acumular posesiones.
Igual que un depósito de agua es de poca utilidad cuando todo el país está inundado, las escrituras son poco útiles para la persona iluminada, que ve a Dios en todas partes.
Tienes el derecho de trabajar, pero nunca sobre el fruto del trabajo. Nunca debes iniciar una acción en aras de la recompensa, ni tampoco debes desear la inacción. Realiza trabajo en el mundo, Arjuna, pero como alguien que está establecido en sí mismo, sin ataduras egoístas, y ecuánime en el triunfo y en el fracaso. Porque el yoga es perfecta calma mental.
Busca refugio en la actitud de estar libre de ataduras egoístas, y amasaras la riqueza del despertar espiritual. Aquellos que están motivados sólo por el deseo de los frutos de sus acciones son miserables, porque están siempre ansiosos acerca de los resultados de lo que hacen. Cuando la conciencia está unificada, no obstante, toda la vana ansiedad queda atrás. No hay causa para preocuparse, tanto si las cosas van bien como si van mal. Por tanto, dedícate a las disciplinas del yoga, porque el yoga es habilidad en acción.
El sabio unifica su conciencia y abandona las ataduras a los frutos de sus acciones, que llevan a la persona a renacer sin cesar. Así, alcanza un estado más allá de todo mal.
Cuando tu mente supera la confusión de la dualidad, alcanzas el estado de indiferencia sagrada, divina, sobre las cosas que oyes o has oído. Cuando no eres afectado por las ideas confusas y tu mente está completamente unificada en un profundo estado de samadhi, entonces alcanzas el estado de yoga perfecto.
No están afectados ni por aflicciones ni por anhelos de placeres, viven libres de codicia, de miedo y de ira. Establecidos en meditación, son realmente sabios. No estando encadenados por ataduras egoístas, no se exaltan por la buena fortuna ni se deprimen por la mala. Así son esos sabios.
Así como una tortuga puede recoger sus extremidades en su caparazón, el sabio puede recoger sus sentidos en sí mismo a voluntad. Los que sólo son aspirantes se abstienen de placeres sensuales, pero todavía los anhelan. Estos anhelos desaparecen por completo cuando se alcanza el objetivo supremo. Incluso a aquellos que siguen el camino, las tormentas de los sentidos pueden arrastrar sus mentes. Los sabios suavizan y rinden sus sentidos y mantienen sus mentes siempre enfocadas en mi.
Cuando te mantienes pensando en los objetos de los sentidos, te atas a ellos. Las ataduras de los sentidos alimentan el deseo, el anhelo de posesión que enciende la ira. La ira nubla el juicio; te vuelves incapaz de aprender de tus errores pasados. Perdido el poder de elegir entre lo que es sabio y lo que es necio, tu vida se desperdicia totalmente. Pero cuando te mueves en medio del mundo de los sentidos libre de ataduras egoístas y de aversiones, entonces viene una paz en la cual todo el sufrimiento termina, y entonces vives en la sabiduría del Ser.
La mente no unificada está lejos de la sabiduría. ¿Cómo puede meditar? ¿Cómo puede estar en paz? Cuando no sabes que es la paz, ¿cómo puedes saber lo que es la alegría? Cuando dejas que tu mente sea dirigida por la llamada de los sentidos, ellos se llevan consigo tu mejor juicio, como una tormenta se lleva de su rumbo a un bote en medio del mar.
Utiliza toda tu voluntad para liberar tus sentidos de las ataduras egoístas y de las aversiones, y vive en la plena sabiduría del Ser.
Así como los ríos desembocan en el vasto océano pero no pueden desbordarlo, así fluyen las corrientes de los sentidos mundanos y desembocan en el océano de paz que es el sabio. Pero no sucede así con el deseador de deseos.
Esos sabios son libres, renunciando a todos los deseos egoístas, y rompiendo la jaula del ego de los "yo", "mi" y "mio", estando unidos con el ser supremo. Este es el estado supremo. Alcánzalo, y pasa de la muerte a la inmortalidad.
Considerando tu camino en la vida, no debes vacilar. Para un guerrero, nada es más elevado que una guerra contra la maldad. Si no participas en esta batalla contra la maldad, Arjuna, incurrirás en pecado, dañando tu misión y tu honor.
Por tanto álzate decidido a luchar, Arjuna, Habiéndote hecho a ti mismo ecuánime en el dolor y en el placer, en la ganancia y en la pérdida, en la victoria y en la derrota, comprométete en esta gran batalla y serás libre de pecado.
Ahora escucha los principios del yoga. Practicándolos, podrás romper las ataduras del karma. En este camino el esfuerzo nunca se pierde, y no existe el fracaso. Incluso un pequeño progreso en el camino espiritual te protegerá de los mayores peligros.
Aquellos que siguen este camino, decidiendo firmemente seguirme sólo a mi, consiguen la unidad en su propósito. Para aquellos que tienen falta de resolución, las decisiones de la vida son innumerables y con muchas posibilidades de elección.
Hay gente ignorante que habla con labia, convincentemente, y disfrutan con la letra de las leyes, afirmando que no existe nada más. Sus corazones están llenos de deseos egoístas, Arjuna. Su idea del paraíso es su propio disfrute, y el objetivo de todas sus acciones el placer y el poder. El fruto de sus acciones es renacer continuamente. Son incapaces de seguir el objetivo supremo y alcanzar el estado de samadhi.
Las escrituras describen los tres gunas. Pero tu debes ser libre de su acción, establecido en la verdad eterna, auto-controlado, sin ningún atisbo de dualidad o de deseo de obtener ni de acumular posesiones.
Igual que un depósito de agua es de poca utilidad cuando todo el país está inundado, las escrituras son poco útiles para la persona iluminada, que ve a Dios en todas partes.
Tienes el derecho de trabajar, pero nunca sobre el fruto del trabajo. Nunca debes iniciar una acción en aras de la recompensa, ni tampoco debes desear la inacción. Realiza trabajo en el mundo, Arjuna, pero como alguien que está establecido en sí mismo, sin ataduras egoístas, y ecuánime en el triunfo y en el fracaso. Porque el yoga es perfecta calma mental.
Busca refugio en la actitud de estar libre de ataduras egoístas, y amasaras la riqueza del despertar espiritual. Aquellos que están motivados sólo por el deseo de los frutos de sus acciones son miserables, porque están siempre ansiosos acerca de los resultados de lo que hacen. Cuando la conciencia está unificada, no obstante, toda la vana ansiedad queda atrás. No hay causa para preocuparse, tanto si las cosas van bien como si van mal. Por tanto, dedícate a las disciplinas del yoga, porque el yoga es habilidad en acción.
El sabio unifica su conciencia y abandona las ataduras a los frutos de sus acciones, que llevan a la persona a renacer sin cesar. Así, alcanza un estado más allá de todo mal.
Cuando tu mente supera la confusión de la dualidad, alcanzas el estado de indiferencia sagrada, divina, sobre las cosas que oyes o has oído. Cuando no eres afectado por las ideas confusas y tu mente está completamente unificada en un profundo estado de samadhi, entonces alcanzas el estado de yoga perfecto.
Arjuna
Háblame de esos que viven establecidos en la sabiduría, siempre conscientes del Ser, oh Krishna. ¿Cómo hablan ellos? ¿Cómo se sientan? ¿Cómo se mueven?
Krishna
Ellos viven en sabiduría viéndose a sí mismos en todo, y todo en ellos mismos, habiendo renunciado a todo deseo egoísta y a todo anhelo sensual que pueda atormentar su corazón. No están afectados ni por aflicciones ni por anhelos de placeres, viven libres de codicia, de miedo y de ira. Establecidos en meditación, son realmente sabios. No estando encadenados por ataduras egoístas, no se exaltan por la buena fortuna ni se deprimen por la mala. Así son esos sabios.
Así como una tortuga puede recoger sus extremidades en su caparazón, el sabio puede recoger sus sentidos en sí mismo a voluntad. Los que sólo son aspirantes se abstienen de placeres sensuales, pero todavía los anhelan. Estos anhelos desaparecen por completo cuando se alcanza el objetivo supremo. Incluso a aquellos que siguen el camino, las tormentas de los sentidos pueden arrastrar sus mentes. Los sabios suavizan y rinden sus sentidos y mantienen sus mentes siempre enfocadas en mi.
Cuando te mantienes pensando en los objetos de los sentidos, te atas a ellos. Las ataduras de los sentidos alimentan el deseo, el anhelo de posesión que enciende la ira. La ira nubla el juicio; te vuelves incapaz de aprender de tus errores pasados. Perdido el poder de elegir entre lo que es sabio y lo que es necio, tu vida se desperdicia totalmente. Pero cuando te mueves en medio del mundo de los sentidos libre de ataduras egoístas y de aversiones, entonces viene una paz en la cual todo el sufrimiento termina, y entonces vives en la sabiduría del Ser.
La mente no unificada está lejos de la sabiduría. ¿Cómo puede meditar? ¿Cómo puede estar en paz? Cuando no sabes que es la paz, ¿cómo puedes saber lo que es la alegría? Cuando dejas que tu mente sea dirigida por la llamada de los sentidos, ellos se llevan consigo tu mejor juicio, como una tormenta se lleva de su rumbo a un bote en medio del mar.
Utiliza toda tu voluntad para liberar tus sentidos de las ataduras egoístas y de las aversiones, y vive en la plena sabiduría del Ser.
Así como los ríos desembocan en el vasto océano pero no pueden desbordarlo, así fluyen las corrientes de los sentidos mundanos y desembocan en el océano de paz que es el sabio. Pero no sucede así con el deseador de deseos.
Esos sabios son libres, renunciando a todos los deseos egoístas, y rompiendo la jaula del ego de los "yo", "mi" y "mio", estando unidos con el ser supremo. Este es el estado supremo. Alcánzalo, y pasa de la muerte a la inmortalidad.