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dijous, 21 de setembre del 2017

Trascendencia: qué es, dificultades, advertencias y oportunidades que nos aporta

Nuestro marco mental por el que nos guiamos

Todos tenemos ideas, opiniones, esquemas mentales, sobre lo que nos rodea, sobre nuestra vida y todo lo que contiene; es natural en la especie humana formarse conceptos, proyectos, sueños, tener ideales, etc. El proceso de crear todo ese marco mental empieza desde muy temprano en nuestra vida, y no se detiene, en todo caso se ralentiza en la vejez. Y ese marco mental nos es necesario para guiarnos en la vida, para tomar decisiones, para emprender viajes vitales, embarcarnos en proyectos, arriesgarnos. 

Pero por otro lado, si lo miramos reflexivamente, veremos que ese funcionamiento nuestro, natural como es, tiene sus limitaciones, sus defectos; seguramente todos habremos oído hablar de "salir de tu zona de confort", o de "reinventarte a ti mismo", aludiendo precisamente a salir de un esquema mental que te está limitando, uno que estabas siguiendo, por el que te guiabas, con un resultado poco satisfactorio. Y es que todo esquema mental, al estar formado por ideas, las cuales no son verdades absolutas sino siempre relativas, puede cambiarse, flexibilizarse, adaptarse a realidades cambiantes; en parte eso es lo que hacen los coach, hacerte reflexionar acerca de ti mismo, de lo que realmente te motiva en profundidad, para desde ahí reajustar tu marco mental, reorientándolo. 

Trascendencia

Pero este blog no se dedica al coaching o a la psicología positiva, sino más bien a la trascendencia del estado mental habitual a través de la relajación, la meditación y el mindfulness. La trascendencia no trata de cambiar marcos mentales, sino de adquirir un punto de vista más elevado, con más amplitud, desde el cual observas todas las ideas con desapego, de forma ecuánime, sin identificarse con ninguna de ellas. No buscamos un marco mental óptimo para triunfar en el trabajo, o en nuestras metas personales, al contrario, soltamos, aflojamos nuestro aferrarnos a ideas, y quedamos en libertad, desligados de cualquier idea, ideología, visión concreta. 

http://viajerosreverdes.com/estambul-desde-el-tejado/
Para poner un ejemplo simple: dos personas que viven en la misma calle trabajan en la misma empresa, y las dos van andando al trabajo, pero no siguen la misma ruta, cada uno ha escogido, por preferencia personal, un trazado distinto entre las calles. A veces coinciden al salir de casa, y van juntos hasta el trabajo, y o bien uno de ellos sigue al otro, o hacen un camino mixto; la persona a la que le toca cambiar su ruta se siente un punto incómoda, pues no es su ruta natural, aunque no es que una sea "mejor" que la otra, es una cuestión "personal". Este es un ejemplo simple de marcos mentales con los que esas personas, inconscientemente, están identificadas, es parte de su zona de confort. La trascendencia en este caso podría consistir en subir un día al tejado de su casa, desde esa altura observar la zona, observar los trazados, y ver que hay muchísimas posibilidades, todas con sus pros y sus contras, y que en última instancia, es totalmente intrascendente el escoger una u otra, que no tiene sentido el apegarse a alguna de ellas, sueltas ese apego psicológico no porque quieras apegarte a otro trazado mejor, de hecho no quieres nada en concreto, simplemente ves con claridad, desde la altura del tejado,  que la elección es intrascendente.

 
¿Es deseable tal estado? ¿Podemos realmente vivir de ese modo, sin un marco mental propio que nos guíe en la vida?

Dificultades y advertencias

http://minutoaminutoblog.blogspot.com.es/2014/10/otono.html
En realidad con la trascendencia pasa un poco como con el coaching y su abandono de la zona de confort, sólo que es mucho más radical: no sólo sales de tu zona, es que además no entras en ninguna otra zona, dejas de tener "zonas". Es como un salto al vacío. Si ya el salir de una zona mental a la que te has habituado para entrar en otra presenta dificultades en la forma de resistencias psicológicas y miedo a lo desconocido, miedo al cambio, podemos imaginar lo que se siente al saltar a la "nada", al soltarlo todo.


Detrás de cada apego psicológico hay una cierta cantidad de identificación personal: creemos ser eso a lo que nos apegamos. Si somos lo que hacemos y pensamos, entonces somos nuestro marco mental, que es lo que pensamos y nos guía en nuestras decisiones, opiniones y en nuestro hacer. Por tanto, cualquier cambio importante en ese marco mental lo vivimos como un profundo cambio personal, de nuestra propia identidad, que cambia, dejamos de ser de una forma para pasar a ser de otra forma. Estos cambios de uno mismo siempre son un poco, bastante, o muy traumáticos, pues se está disolviendo una parte más o menos importante de lo que éramos. 

En la trascendencia de todos los marcos mentales, que pasan a verse como relativos, soltamos también toda identificación con ellos, en mayor o menor grado, pues la trascendencia también tiene grados, siendo muy poco usual que una persona haya trascendido al 100% todos los marcos mentales. En todo caso, al trascender las ideas, se trascienden también las identificaciones, y es un proceso que puede ser especialmente duro, al menos al principio, pues sientes que tu propio yo se debilita, se disuelve, ese yo compuesto de ideas, opiniones, tendencias, ideales, sueños, todo eso, se ve en perspectiva, se suelta, se afloja, y hay una vivencia de disolución de uno mismo. 

Es un proceso que nunca ha de emprenderse a menos que se sienta la verdadera necesidad de hacerlo; y la única manera de sentir esa necesidad de desprendimiento total es a través del deseo de conocer la realidad tal como es, incluso a ese precio de perderse a uno mismo. Porque la realidad en sí misma es trascendente, no puede conocerse estando limitado, cerrado, dentro de un marco mental personal determinado. Cuando en la persona se despierta esa necesidad, ese anhelo de saber, de vivir la realidad total, esa fuerza es tan grande que es capaz de arrasar con todo lo que antes se vivía, que era una realidad parcial, nuestro pequeño mundo personal. 

Oportunidades que nos aporta la trascendencia

Incluso nuestros ideales y sueños más nobles y bellos, aquellos que parece que son tan correctos, siendo personales, son trascendidos; ¿creíamos que nuestra profesión nos haría felices, realizados? ¿que seguir nuestra vocación era el ideal? ¿que formar una familia unida, feliz, amorosa, era nuestra meta? ¿quizás llegar a destacar en algún deporte? ¿tener muchos amigos? ¿vivir en una sociedad justa? ¿cambiar el "sistema" por uno más justo y equilibrado, más respetuoso con la Naturaleza? ¿tratar mejor a nuestros compañeros los animales? Todo eso son marcos mentales, son parcialmente ciertos, y por ello, al identificarnos con ellos, nos limitan. La trascendencia la podemos ver como un centramiento, como estar en una posición central, equidistante a todo, desde la que vemos todo eso con ecuanimidad, con desapego, pero también con empatía y tolerancia. 

Desde esa posición central comprendemos en profundidad todos los planteamientos posibles, y tenemos la oportunidad de actuar como moderadores de todos ellos. Pues el sufrimiento humano es en buena medida producido por el choque entre la realidad y nuestros marcos mentales: cuando lo que creemos, lo que queremos, y con lo que nos identificamos, no coincide con lo que nos sucede, al estar rígidamente apegados a nuestras creencias, nos hace sufrir. Por eso la práctica de mindfulness, por ejemplo, disminuye el sufrimiento, ya que nos hace actuar como observadores sin juicio de lo que sucede, tanto fuera como en nosotros mismos; también la relajación vivencial, cuando se practica en profundidad (física, emocional y mental) ayuda a soltar todas las ataduras con nuestras ideas, y de hecho cualquier tipo de meditación va en esa misma dirección. 

Es importante destacar que ahora no estamos hablando de una trascendencia "mística", para monjes o monjas, ni siquiera de espiritualidad, en absoluto; estamos  a nivel absolutamente práctico, "tocando el suelo, aterrizados" como le gusta decir al experto en mindfulness Fernando Tobías, es una trascendencia de la que estamos muy necesitados, pues el apego extremo a posiciones mentales personales está produciendo mucho sufrimiento en la forma de infelicidad, frustración y angustia crónica, depresión, suicidio, enfrentamientos entre familiares, entre sectores sociales, entre países ... No es ninguna exageración, algunos datos: ¿sabe el lector que oficialmente, en España se registraron 3.602 muertes por suicidio en 2015? (fuente) ¿Que es, con mucha diferencia, la principal causa de muerte no natural? A pesar de que no suele informarse de este hecho en los medios, es así. La sociedad está muy atenta a las muertes en carretera, de esas sí nos informan constantemente, y eso que no llegan ni a  la mitad de las causadas por suicidios, (1690 muertes en 2015). Y eso que en España estamos en la franja baja de tasa de suicidios, que es bastante mayor en otros países: en España hay 8,14 suicidios por cada 100.000 habitantes, más que en Italia (5,19), pero muchísimos menos que en Bélgica (17,27), que en Alemania (11,79), que en Francia (15,47) o que en Finlandia (16,36) (fuente).

http://www.fronterad.com/?q=bitacoras/cristinavallejo/suicidio-enfermedad-social-mediana-edad

Todos esos suicidios, absolutamente todos, están en el fondo causados por una imposibilidad de la persona de aceptar y adaptarse a una realidad que choca frontalmente con su marco mental, con sus deseos, opiniones e ideas de "como deberían ser las cosas". ¿Y qué decir de la depresión en sus múltiples manifestaciones? ¿Esta enterado el lector que es un problema de salud pública de primera magnitud, afectando a unos 300 millones de personas en el mundo (fuente)? ¿O quizás sí que sabe el lector que se cree que los trastornos de ansiedad crónica serán sufridos por más de un 20% de las personas en algún momento de su vida, de las que aproximadamente un 9 % desarrollarán un trastorno de pánico (fuente)? Estamos ante una necesidad social urgente: la de trascender nuestros marcos mentales, al menos hasta cierto saludable punto.

Así que la recompensa al posible desasosiego temporal producido por el abandono de cualquier posición mental rígida, a ese soltar identificaciones mentales, es el logro de la ecuanimidad de mente, la estabilidad mental y emocional, la visión centrada de la realidad, el desapego y la desidentificación, que nos llevan a ir más ligeros por la vida, y a una disminución del sufrimiento causado por las "adversidades" de la vida, de la realidad. Como hemos comentado antes, no es necesario llegar al 100% de trascendencia para experimentar esos beneficios; la mayoría de las personas se situarán en un grado intermedio: todavía mantienen marcos mentales que les son útiles para su vida, pero al mismo tiempo han conseguido un cierto grado de trascendencia, de forma que su apego no es muy fuerte, son por tanto adaptables, flexibles, saben que no deben aferrarse a posiciones mentales rígidas, fluyen con las situaciones y adaptan sus marcos mentales a esa realidad cambiante. Tanto si practicamos seriamente relajación como cualquier tipo de meditación estaremos promoviendo el establecimiento de ese estado de trascendencia, hasta el grado en el que nos sintamos cómodos, nunca hay que forzar más allá.

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