Convicciones y creencias
Convicción, del latín
convictio (creencia firme), compuesta de
con (junto con),
vincere (vencer) y el sufijo -
ción (efecto, acción de), se refiere a una idea o esquema mental que se cree absolutamente cierto y que por ello la persona lo aplica a su comportamiento, opiniones y demás elaboraciones mentales. Como en cualquier creencia, se puede estar convencido de algo sin poder demostrar a los demás la verdad de la creencia, incluso sin poderlo demostrarlo a uno mismo.
Como usamos las convicciones para juzgar con parcialidad
Las convicciones son parte de esa base sólida de ideas propias que la mente utiliza para poder juzgar situaciones y personas en base a esas creencias; siendo el juzgar una de las funciones básicas de la mente, está claro que se crea una necesidad innata de mantener algunas convicciones personales. Si no tengo ninguna convicción, ¿puedo opinar, juzgar, hechos y comportamientos, como correctos, incorrectos, acertados, desacertados, etc? En la siguiente figura vemos en un esquema cómo la mente genera juicios a partir tanto de conocimientos sólidos, fundados, como de creencias más o menos fundadas.
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Elaboración habitual de juicios de valor y opiniones |
En este modo de funcionar se ven varios problemas:
- creamos juicios no sólo a partir de conocimientos firmes, si no también a partir de creencias mantenidas como verdades pero que pueden serlo de forma parcial, o incluso no serlo en absoluto;
- la persona, o más precisamente, la personalidad común, se confunde con sus ideas, creencias y juicios de valor, en un entramado conocido como ego, o identidad psicológica, por ello, ciertos hechos o contradicciones a las creencias de la persona son vistos, a menudo inconscientemente, como amenazas a la propia persona, a su sistema de creencias, y por consiguiente la persona reacciona a la defensiva rechazando aquello que la niega;
- los juicios en los que participa ese ego a menudo son automáticos, reactivos, no se decide juzgar algo, simplemente sucede, juzgamos sin decidirlo, es un comportamiento típico del ego el reaccionar automáticamente ante supuestas amenazas.
Veamos algunos ejemplos de como sucede esto continuamente. En el siguiente caso una convicción firme, semejante a "
la escuela privada concertada es mala para la igualdad de oportunidades, por tanto debería ser erradicada",
ha sido creída e interiorizada hasta tal punto que no hay tonalidades
de opinión para la persona, sino solo blanco o negro, y cualquier
opinión no coincidente es atacada inmediatamente, convirtiendo una
conversación sobre intereses profesionales mutuos en un combate
dialéctico sin salida.
Un grupo de docentes de la escuela pública está conversando sobre innovación educativa en un descanso, surge el tema de la diferencia de recursos disponibles entre la pública y la concertada, uno de ellos en seguida que nombraremos como A adopta una postura muy crítica del estilo de "deberían retirar todas las subvenciones a la escuela privada, no quiero que mis impuestos se destinen a escuelas elitistas", otra docente que llamaremos B replica "esas escuelas también realizan un servicio público, y además la mayor parte de su financiación procede de fondos privados", entonces A reacciona diciendo "esto si que no me lo esperaba de ti, defender la escuela privada, con razón la derecha tiene más votos que nunca ..." con lo que la conversación inicial degeneró en una discusión sobre política mezclada con reproches mutuos.
La situación política actual es otro claro ejemplo de cerrazón en las convicciones personales, no sólo entre políticos profesionales, sino en general. Cuando las convicciones personales sobre la sociedad son cuestionadas, a menudo se recurre a argumentaciones falaces, al negacionismo de realidades, o incluso a la descalificación del presunto "adversario" que sólo pretende ofrecer un punto de vista alternativo a una realidad compleja. Además de mantener opiniones como si fueran verdades absolutas debido mezclar el ego personal con el asunto, además aquí suele haber presente una gran falta de humildad, creyendo poseer la verdad absoluta sobre realidades muy complejas que muy pocos, o quizá nadie, son capaces de entender completamente. Sólo hay que ver un debate televisivo para verlo.
La aportación que la práctica de la conciencia plena puede hacer
La práctica de la atención plena (o mindfulness) así como de otros tipos de meditación relaja la identificación con nuestras opiniones, debilitando el ego psicológico, y por ello dejamos de tomarnos nuestras propias ideas como algo personal, pasan a ser simplemente conocimientos más o menos consolidados, siempre revisables, siempre abiertos a mejorar nuestra comprensión de la realidad. Por ello nuestra actitud deja de ser reactiva, a la defensiva, y pasa a parecerse a la de un investigador de la vida, siempre dispuesto a compartir lo que sabe y a aprender cosas nuevas, Nos volvemos imparciales, libres de cambiar de opinión si es necesario. Además esta actitud nos abre a la empatía con otras formas de ver el mundo. El siguiente esquema intenta ilustrar este cambio de modo de funcionar.
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Con conciencia plena nos sentimos libres para revisar nuestras creencias |
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En este blog ya habíamos hablado de este tema tan importante, el ser capaz de formarnos una imagen de la realidad que sea imparcial, integradora, empática con otras visiones, en diversas ocasiones:
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