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dissabte, 4 de novembre del 2017

Enredados de forma inconsciente

Vivimos de forma bastante inconsciente

Vivimos recibiendo continuamente una cantidad ingente de información, tanto sensorial como cognitiva; reaccionamos a parte de esa información, al resto la ignoramos, quizá inconscientemente, quizá reprimiéndola. Creíamos que éramos seres conscientes, pero con el auge de mindfulness - conciencia plena - vemos que no, que de hecho sólo somos semi-conscientes, pues de eso tratan los programas de mindfulness, de que seamos más conscientes. La inmensa mayoría de la población realmente vive de forma semi-automática: sus pensamientos vienen y van aleatoriamente, sus emociones surgen de forma automática en reacción a lo que sucede en el momento o bien a lo que se está pensando o recordando, incluso sus decisiones, tan racionales que parecen a primera vista, se toman en gran medida de forma inconsciente. (ver por ejemplo, ¿somos libres cuando decidimos?).


La persona común, pues, se mueve, reacciona, motiva, emociona, opina, etc. impulsada por numerosas fuerzas externas e internas sobre las que tiene poco o ningún control, y ni siquiera tiene conciencia de ello, de lo que está sucediendo realmente, de lo que le está sucediendo. Y no obstante, se muestra convencida de que sí está consciente, de que es libre en sus decisiones, imparcial en sus opiniones. Este convencimiento es necesario para su estabilidad psicológica, siempre que la persona se esté identificando con sus ideas y opiniones. Así, cuando más identificada esté con sus esquemas mentales y reacciones automáticas, más dependiente de ellas será, y mayor resistencia opondrá a cualquier factor que ponga en duda o debilite esos esquemas. La persona real, que es mucho más que la mera unión de sus pensamientos y automatismos, vive enredada en sus mecanismos, movida de un lado a otro por las fuerzas de la existencia. Cuando estas fuerzas realmente aprietan, la persona va como a la deriva, arrastrada por ellas.

Embarcación con mal tiempo y con un timonel inconsciente!
Viviendo de esa forma, se puede llegar a sufrir y hacer sufrir mucho, por pura inconsciencia, o por ignorancia, como dirían las antiguas tradiciones espirituales. 
Todos decían que hacían una hermosa pareja, además, los dos eran unas buenas personas, incapaces de hacer o desear ningún mal a nadie. Fueron novios durante varios años. Una vez casados, él se decepcionó rápidamente del matrimonio, no sin antes dejar embarazada a su joven esposa, y empezó a serle infiel, incapaz de resistir las tentaciones que se le presentaban, pues era un hombre muy atractivo. La mujer perdió su trabajo por su embarazo; a consecuencia del giro que había dado su vida, y siendo como era de naturaleza romántica, se deprimió, y para aliviarse empezó a beber; ello alejó aún más a su infiel esposo, que con los años acabó abandonándola. La ya no tan joven mujer, triste, deprimida, alcoholizada por los años de excesos, un triste día tuvo una crisis depresiva que no pudo soportar, y acabó con su vida. Su antiguo marido sufrió por ese desenlace, pues no había dejado de quererla, se sintió culpable, y quedó con un sentimiento de amargura que le acompañó el resto de sus días.
¿Cuantas emociones, reacciones y comportamientos inconscientes puede el lector distinguir en este relato? Todo el relato es pura inconsciencia, los protagonistas están enredados por unas fuerzas naturales que tiran de ellos en direcciones opuestas, por emociones y pensamientos no conscientes: deseo, expectativas, atracción, tristeza, aflicción, etc. 

Ideas parciales aceptadas como absolutas

La idea fija personal de "como deberían ser las cosas" cuando choca con la realidad produce frustración, dolor, inseguridad, ira, y otras emociones negativas. Y este es un punto complicado, pues necesitamos hacernos una idea del mundo, el problema es cuando nos tomamos demasiado en serio nuestra idea personal, imaginando que es una verdad absoluta, o identificańdonos inconscientemente con ella. 

La Naturaleza no conoce fronteras políticas; sitúa nuevos seres sobre el globo terrestre y contempla el libre juego de las fuerzas que obran sobre ellos. Al que entonces se sobrepone por su esfuerzo y carácter, le concede el supremo derecho a la existencia. - Adolf Hitler: Mi Lucha - 

La observación anterior sobre la Naturaleza es en principio correcta, pero aplicada de forma generalizada condujo a la idea de la eliminación de las "razas inferiores" a manos de las "superiores", más "aptas" para la existencia. Es preciso darnos cuenta de que nuestra capacidad de captar y modelar la realidad con nuestro pensamiento es muy limitada, y por tanto nuestras decisiones siempre tendrán un alto grado de parcialidad, y por ello pueden ser incluso injustas. Esa percepción puede hacernos sentir inseguros,  pero es que de hecho lo somos, hay muy pocas cosas seguras en la vida, una vida demasiado dinámica, demasiado inmensa para encerrarla en un marco mental limitado.

La realidad es complicada, y no puede simplificarse

Es fácil ver que incluso en las decisiones simples puede ser complejo, e incluso imposible, definir que se entiende por la mejor decisión. Veamos un ejemplo tomado del artículo Limitaciones de la toma de decisiones racionales:  una familia de 4 miembros A, B, C, D quiere decidir democráticamente, esto es,  todos los miembros de la familia tienen una opinión del mismo valor, su destino de vacaciones de entre tres posibles: playa, montaña, o turismo en una ciudad extranjera. Deciden votar cada uno ordenando de más a menos cada destino según sus preferencias. Los resultados de la votación han sido:


1-Playa 2-Montaña 3-Ciudad
A
B
C
D

Por ejemplo, el miembro A ha elegido en primer lugar playa, en segundo montaña y en último lugar de preferencia una ciudad en el extranjero. Planteamos la pregunta: ¿cuál es el mejor destino para esta familia, en el sentido de satisfacerlos lo máximo posible? A poco que pensemos, veremos que no hay una solución clara. 

Si con este ejemplo simple vemos que no es tan simple la decisión, con las decisiones complejas será mucho peor. Las sociedades modernas se hacen más y más complejas a medida que se desarrollan: tenemos miles de normas, directivas, leyes, etc. y su número va creciendo; al redactar cualquiera de ellas se están tomando decisiones que afectaran a grupos de personas que quedaran sujetas a las normas. ¿Cómo se toman estas decisiones? ¿Con que criterios? Dada la imposibilidad de decidir de forma óptima, las ideologías y creencias se revelan como necesarias para poder decidir. 
Una ideología viene a ser una especie de profiláctico para un grupo social contra la incertidumbre; las ideas preconcebidas y pre-aceptadas como ciertas de la ideología escogida por el grupo ayudan en buena parte a tomar las decisiones necesarias de ámbito social. Estas ideologías inspiran políticas, que aplican los representantes en la tarea de gobierno. Del mismo modo, las creencias personales tienen el mismo papel pero en el ámbito personal y familiar. Pero es importante ver que ninguna ideología, política o creencia es "la más correcta", por mucho que nos creamos lo contrario;  así que cualquier decisión tomada, por muy elaborada que sea, será siempre sólo parcialmente correcta. Desde este punto de vista es interesante observar el hecho de que, habitualmente, se olvida esta limitación intrínseca, y se defienden ideologías y creencias como si fueran absolutas, incluso se intenta imponer una ideología a personas que no las comparten, produciendo enfrentamientos y represiones entre grupos, entre individuos , o entre estados que pueden ser desde dialécticos hasta extremadamente violentos (!). 

Desenredando nuestra mente

La única solución al enredo de fuerzas contrapuestas en el que vivimos, a la inseguridad, a la parcialidad de nuestras ideas y modelos, es ser más y más conscientes. Pues la consciencia es un modo de conocimiento directo, sin filtros ideológicos previos, sin parcialidad; la pura observación sin juicio permite captar mejor la realidad, y si después necesitamos, por razones prácticas, emitir un juicio sobre lo observado, debemos también enjuiciar con plena conciencia, sin pre-juicios basados en ideas fijas previas, y sabiendo que todo juicio, opinión o modelo es parcial. 

Grafiti bastante enredado, ¿será un reflejo de la mente del autor?

Cuando realmente nos damos cuenta del modo habitual de funcionar, tan inconsciente, tan enredado, de las personas, lo entendemos y lo aceptamos: dejamos de luchar contra las opiniones de los demás, pues hacerlo es sumirse en el mismo estado de inconsciencia, y alguien que está dormido es incapaz de despertar a otro que también está dormido. Primero despertemos nosotros, y permaneciendo en plena consciencia, desde esa posición, observemos, escuchemos, hablemos y actuemos con conocimiento no sesgado ni parcial. 
















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