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diumenge, 26 de març del 2017

La decepción y su mensaje positivo

La decepción es una emoción negativa relacionada con la tristeza. Imagen tomada de http://universodeemociones.com/

Nos decepcionamos cuando una realidad que estamos viviendo en un momento determinado no cumple con nuestras expectativas, y no estamos preparados para ello, bien por que no nos lo esperábamos, en cuyo caso hay también un elemento de sorpresa, bien por que no queríamos ver la realidad, nos resistíamos, hasta que no queda más remedio que aceptarla, pero a disgusto. 

Siendo que la vida no está en absoluto bajo nuestro control, parece que deberíamos caer en decepciones a menudo, al ver que nuestros planes, deseos, proyectos, etc no se cumplen, y de hecho es así, pero la mayoría de veces la decepción es muy leve, muy pasajera, la emoción se experimenta con poca energía, debido a que el suceso que no cumple nuestras expectativas no era muy importante para nosotros, así que nos es fácil sobreponernos. 

El problema se presenta cuando nuestra idea de como son las cosas tiene mucha importancia para nosotros, y la realidad nos lo desmonta de golpe, de forma inmediata, sin darnos tiempo a prepararnos psicológicamente. Puede ser uno de nuestros sueños, un proyecto, o una relación, algo importante, que en un momento se cae, se viene abajo. En este caso la emoción negativa se vive intensamente, dolorosamente, sufrimos. Especialmente si estábamos apegados a eso que nos falla, si confiábamos en ello, o lo deseábamos con vehemencia. 

Por ejemplo si estamos muy apegados a la idea de triunfar profesionalmente, y la realidad nos muestra lo contrario, sufriremos. Claro que en este caso podemos volver a intentarlo una y otra vez, un fracaso no tiene porque ser el final. 

Quizá por este motivo la decepción que nos produce una persona que no cumple nuestras expectativas es la más dura, ya que frecuentemente no hay posibilidad de intentarlo de nuevo, la persona se revela como realmente es y no como imaginábamos que era, y no podemos cambiarla, ahí sólo queda la resignación. Además al confiar en una persona se produce una situación de apego, de afecto, lo que hace la decepción más dura de soportar. Una situación así sería aquella en la que estamos pasando un mal momento, y procuramos llevarlo lo mejor posible, sin que se nos note, pero en un momento dado confiamos nuestro estado a una persona a la que consideramos amiga, esperando una empatía, un afecto, un calor humano, y lo que recibimos a cambio es alguna frase pre-frabricada o una palmadita en la espalda , "que no sea nada"; la realidad nos golpea de repente, y la decepción puede ser mayúscula. En un momento nos damos cuenta de lo que realmente significábamos para esa persona: nada.

La decepción, como emoción negativa, esto es, de negación de una idea que teníamos aceptada, puede conllevar estrés, tristeza, incluso depresión. Para sobreponerse es necesario un trabajo cognitivo, un darse cuenta de nuestro error, de nuestras suposiciones erróneas, y ver el lado positivo, que es el conocer la realidad y dejar de creer en imaginaciones irreales. Para este trabajo cognitivo puede ser de gran ayuda recurrir a técnicas de relajación y meditación, ya que no es cuestión de ponerse a pensar en lo equivocados que estábamos, no, al contrario, eso puede producir sentimientos de frustración, lo que hay que hacer es mantener una mirada lúcida sobre lo ocurrido, con la voluntad de entender, de ver, no de razonar sobre ello. Y por supuesto, paralelamente a este trabajo cognitivo será recomendable recurrir a a algunos de los protocolos existentes para reducir los efectos de las emociones negativas en general, que suelen recomendar cuidarse mucho a uno mismo, atenderse, darse comodidades y pequeños placeres, disfrutar de las cosas que nos gustan, etc.








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