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dilluns, 21 d’agost del 2017

Conciencia plena continuada, natural, espontánea

Ya hay mucha información, muchas explicaciones, sobre la conciencia plena - mindfulness: qué es, como se ejercita, beneficios. Cuando hablamos de conciencia, creo que se hace obligado mencionar que se manifiesta en niveles de conciencia, que no son estables, al contrario, nuestra conciencia va cambiando de nivel continuamente, las 24 horas de cada día. Hablar sobre conciencia plena desde el punto de vista de los niveles de conciencia no es tan común, así que intentaré aportar algo al respecto. 

Niveles de conciencia

Los niveles de conciencia no están claramente separados entre sí, al contrario, forman un continuo, viene a ser como cuando disolvemos un terrón de azúcar en agua, la disolución es gradual y se produce de forma continuada, no se detiene incluso cuando ya no vemos el azúcar, sigue mezclándose con el agua a nivel molecular, microscópico. Pero para entender un proceso continuo, es útil "inventar" unos niveles de realización del proceso, para fijar ideas. En el caso de la conciencia una posibilidad es fijar los siguientes niveles, con ejemplos de un estado de la persona cuando está en ese nivel:

  1. Inconsciencia total, ausencia total de pensamientos (dormir profundamente)
  2. Inconsciencia casi total, pensamientos del subconsciente (dormir soñando)
  3. Inconsciencia elevada, consciencia leve (dormitar, estar medio dormido)
  4. Inconsciencia media,  consciencia media (estado de vigilia bastante habitual) 
  5. Inconsciencia baja, consciencia con atención concentrada, pensando (concentración en una tarea, resolución intelectual de un problema)
  6. Inconsciencia muy baja o casi nula, consciencia con atención amplia, no necesita un objeto concreto, sin o casi sin pensamientos (atención plena - mindfulness)
En el 4º estado de vigilia habitual, aunque nos parezca que estamos muy conscientes, realmente el subconsciente sigue estando muy activo, generando emociones, pensamientos automáticos involuntarios, reacciones emocionales, influyendo en gran manera sobre nuestro comportamiento. Todos nosotros pasamos por todos los niveles, cada día; incluso si estamos practicando meditación de conciencia plena, tendremos momentos en los que experimentamos el 6º nivel más o menos plenamente, para luego volver a oscilar, durante la vigilia, entre los niveles 4º al 6º. 

Empezando a vivir en consciencia plena

Puede suceder que, a medida que se insiste en la práctica de la meditación, se experimente un cambio, sutil al principio, luego más y más evidente: se vive una especie de superposición del estado de conciencia plena con los otros estados; es como si nos desdobláramos, estamos, por ejemplo, conversando con alguien desde nuestro nivel 4º, y al mismo tiempo sentimos que estamos observando la escena completa, incluyendo nuestra propia persona conversando, a un nivel más profundo, más sereno, en el que no se piensa, o sea, desde el nivel 6º. Se viven simultáneamente los dos niveles, al principio el más elevado de forma casi imperceptible, pero está ahí. Esta coexistencia de dos niveles distintos también se da en los denominados sueños lúcidos, un estado en el que la persona está soñando (nivel 2) pero al mismo tiempo está consciente de que está soñando, una percepción relacionada con los niveles 3 y 4.

Cuando ya llevas un tiempo experimentando esa simultaneidad de estados, empieza a suceder algo más: estando solo, por ejemplo leyendo, o caminando hacia el trabajo, el estado de conciencia plena "viene sólo", no necesitas realizar un acto de voluntad para acceder, los pensamientos se paran solos, sin esfuerzo, y quedas en un estado de paz con atención plena a todo, te experimentas como muy vivo, todo lo que te rodea parece más luminoso. Es una elevación y expansión de conciencia espontánea. No "estas meditando", estas en ese estado de forma natural, que se está estableciendo en ti de forma permanente. Es común la advertencia que se da a los practicantes noveles de meditación "no intentes parar tu mente, es imposible, y además contraproducente", y es cierto, pues intentar parar la mente desde la propia mente viene a ser como guiar a un ciego siendo ciego. No es algo que se deba forzar, ni siquiera intentar, vendrá solo, de forma natural, cuando llegue el momento.

Hay, desde mi experiencia personal, una siguiente fase de desarrollo, que es cuando te das cuenta de que se puede vivir sin estar pensando, y de hecho se vive más, con más plenitud. En ese momento dejas de pensar compulsivamente, y sólo lo haces cuando tienes la necesidad. Vives la experiencia del silencio mental de forma natural, y es muy sana, muy curativa. Es una fase en la que te planteas preguntas, tu propia mente no entiende lo que está pasando, de hecho no puede hacerlo, te surgen dudas: sí, sí, es un estado muy placentero, pero para actuar, para decidir cosas, necesito pensar, si no pienso, ¿cómo voy a comportarme? La actitud mindfulness es la de simplemente ignorar la pregunta, pues no tiene respuesta al nivel en el que es planteada. No hay que preocuparse, eso sería volver al 5º nivel. Sigues viviendo ese estado sin pensamientos, y entonces ves, experimentas, que cuando se presenta una situación que requiere activar el pensamiento, simplemente sucede, piensas porque la situación lo requiere, pero sigue estando ahí, como un vigilante atento, el nivel mindfulness, que ya  nunca se disipa del todo. 

 Conciencia plena continuada

El estado de conciencia plena continuada, interrumpida sólo cuando no hay más remedio que pensar, es una maravilla, te sientes tan bien que de hecho no necesitas nada más, no buscas más satisfacción en nada, ya tienes plena satisfacción en el momento presente, y sientes un impulso de compartir esa paz, ese bienestar, que sabes que mucha gente no conoce, ni siquiera imagina que sea posible. Pero está ahí, es muy real, y esta a nuestro alcance. 

Intuyo que nuestras posibilidades de desarrollo no se detienen ahí, que todavía podemos ir más lejos. Creo que cuando estamos en actividades sociales es cuando más se diluye la conciencia plena, intuyo que ahí juega un papel importante el ego psicológico, que se activa automáticamente en frente de otros egos, o también se puede ver desde el punto de vista neurológico, en la interacción social se activan áreas cerebrales distintas, con comportamientos aprendidos, condicionados, muy establecidos. Podemos establecer relaciones interpersonales con conciencia plena continuada, sin forzarlo, en las cuales el pensamiento, nuestro hablar, nuestra actitud, no está condicionada por nada, está totalmente libre, sin reacciones automáticas de defensa.  Quizás también el nivel de conciencia plena puede manifestarse mientras dormimos. Y también es posible que existan otros niveles superiores de conciencia, ya que mindfulness tiene su origen en la tradición oriental, la cual afirma que hay, efectivamente, niveles superiores de conciencia imposibles de describir, pero posibles de vivir.



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