¿Qué es la voluntad?
La voluntad puede verse como la potencia del ser que le mueve a manifestarse, a materializar algo, a hacer algo. Ese ser puede estar a distintos niveles de conciencia.
La voluntad inconsciente
Es una voluntad en gran parte inconsciente, que se apoya en vivencias del pasado; nos mueve a pensar sin haber decidido hacerlo (ruminación mental), a desear lo que quizá no nos conviene, a actuar de forma reactiva, automática. En realidad, es la misma voluntad que nos mantiene vivos, es la voluntad de vivir y de seguir vivos, que se expresa en diferentes niveles, es la razón última de que el corazón lata, de nuestros impulsos primarios. En parte viene genéticamente determinada, y en parte es aprendida desde nuestra infancia. Cuando incorporamos una concepción del mundo a nuestra mente, tomándola como absolutamente cierta, esa concepción se incrusta en nuestro inconsciente, se programa allí como parte básica de nuestro estar en el mundo, y la voluntad basal se encargará de defenderla contra ataques externos y de aplicarla, realizarla en la práctica. Es una voluntad básicamente de supervivencia, de apego a lo personal, de cuidado de nosotros mismos en cuanto cuerpo y personalidad.
Señalemos que dado que la mayor parte de la humanidad todavía está fuertemente dirigida por su inconsciente (ver vídeo explicativo), su voluntad también suele serlo.
La voluntad consciente
Es la voluntad libre de automatismos inconscientes y por tanto liberada de anhelo de supervivencia, de apego a lo personal; al no estar centrada en nosotros mismos se motiva a hacer el bien, por hacer las cosas bien, por el beneficio de los demás, por altruismo, por amor incondicional, por idealismo. Esa voluntad no es, no puede ser programada, reactiva, siempre es actual, se desarrolla momento a momento, no está condicionada por lo que nos haya sucedido en el pasado, puede apoyarse en nuestros conocimientos adquiridos en el pasado pero no queda limitada en nada por ellos.
El que sea voluntad no egocentrada no implica que sea espiritual, pues puede estar motivada por ideologías por ejemplo totalitarias, en las que el individuo cree saber lo que es mejor para la colectividad, e incluso para toda la humanidad, y entonces pone su voluntad al servicio de materializar esa idea, todos los dictadores en buena parte caen en esta categoria.
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